Camila me había sacado de su casa, aun no me lo creía, ¿realmente le afectó tanto que le haya contado a su padre? Tiré todo por la borda, mierda, mierda y más mierda, la he perdido, por mi estúpida amabilidad con su padre. La tenía a ella no necesitaba nada más ¿por qué todo lo tenía que arruinar?
No quería ir a mi casa, pues las pinturas me la recordaban, tampoco ir a la palestra, ni a la plaza, joder, todo me recordaba a Camila.
Caminé en línea recta hasta hallarme frente al mar lleno de rocas con mucho filo, decidí sentarme en aquella arena grisácea que su falta de color denotaba tristeza tal como la mía; las lágrimas caían sin permiso y se camuflaban con la humedad del suelo, de verdad la amaba, yo no recuerdo sentir este ardor tan fuerte al perder a alguien. Mis ojos ya pesados pedían un descanso y yo cerrándolos se los concedí
Flashback
-¿Crees en el destino?- me preguntó ella acurrucándose más junto a mí mientras veíamos las estrellas desde su balcón
-Completamente- le respondí
-¿Y en las casualidades?-
-Esas son mis favoritas- le dije con una sonrisa la cual ella imitó
-Me gusta que el destino haya sido generoso conmigo esta vez, es algo gratificante- acercándose depositó un suave beso en mi frente –gracias-
-Gracias a ti Camz-
-Mi nombre suena muy bien viniendo de ti, suena especial- me dijo sentándose en mi regazo y mirándome de forma fija
-Espero que se mantenga así- le dije robándole un beso al cual ella sonrió y se acercó para darme otro lleno de ternura
-Te amo- dijo contra mis labios
Fin del flashback
Al abrir mis ojos pude ver como aquellas olas se peleaban entre ellas sin preocupación alguna; a lo lejos divisé un punto se iba acercando, nadando lentamente, a medida que se iba acercando logré distinguir que era una persona, se acercó más a la orilla y ahora sólo de la cadera hacia abajo estaba en el agua. Mis ojos llorosos no me dejaban detallar muy bien a lo que parecía una mujer, pero al frotármelos con desesperación me quedé atónita frente a lo que veía
-¿Camila?- pregunté sorprendida
-¿Por qué lloras amor mío?- dijo ella
-No, espera ¿cómo fue que llegaste aquí nadando?- algo en ella me parecía muy extraño pero me encontraba en medio de un trance
-Cariño, ¿quieres venir aquí conmigo?- preguntó ella extendiendo su mano para que la tomara. Sí, sí quería, Camz estaba frente a mí, ¿cómo se lo iba a negar?
-¿No estás enfadada conmigo? ¿Me perdonas?- las lágrimas corrían de nuevo
-Claro mi amor, ahora ven conmigo, ven dame un beso- en mi trance me fui acercando cada vez más a ella
-¡Alto Lauren!- gritó una voz a mis espaldas. Al girarme pude ver que era ¿otra Camila?, creo que voy a vomitar. Me giré de nuevo y vi que la Camila del agua estaba furiosa, gritó de forma tan aguda que sentía que mis oídos estallarían, su forma comenzó a cambiar, sus dientes se hicieron filosos, sus ojos tomaron un color amarillezco, su piel se volvía llena de escamas. Me asusté tanto que en un rápido movimiento volví a la parte alta de aquella playa, donde se encontraba la otra chica.
-¿Quién eres tú?- le pregunté con miedo a la joven
-Lau, soy yo Camz- dijo en tono suave
-¿Cómo puedo estar segura de eso?-
-Yo...- suspiró –lo lamento, no debí sacarte así de mi casa, fue un berrinche lo que hice pues no tenía un motivo válido, perdona por haberte gritado pero fue la cantidad de emociones mezcladas- limpié con cuidado una lágrima que se deslizaba por su mejilla
-Camz, no llores- le dije asimilando lo que me había dicho
-No me dejes sola por favor, te amo y no quiero que salgas de mi vida- se lanzó a mí dándome un abrazo –por favor mi luna, no me dejes, mi noche no sería la misma si me dejaras-
-Y mi cielo no sería el mismo sin ti, mi sol- le dije dándole un beso en la frente –prométeme que no volverá a pasar, que todos los problemas los hablaremos y encontraremos una solución juntas-
-Lo prometo-
-Pero que lindos son los últimos momentos de la vida, el amor va y viene al compás del viento, pero la tormenta llega y lo destroza sin piedad- habló la sirena
-¡Cierra la boca!- le gritó Camila
-A ti será quien maten primero- dijo la monstruosidad apuntando a ella
-¿De qué estás hablando?- le pregunté
- De su fin y el de este imperio Griego- dijo señalando a sus espaldas unos barcos Romanos que se acercaban
-Mierda- dije cogiendo la muñeca de Camila corriendo fuera de ese lugar, ella estaba en un tipo de shock; debíamos buscar refugio.
En las calles del Ágora y sus alrededores la gente corría desesperada, gritos de lamento y ayuda se escuchaban por doquier, era demasiado tarde, estábamos rodeadas, era el fin de Grecia. Mi casa en este momento parecía la mejor opción así que sin soltarla me abrí paso por la multitud; al llegar atranqué la puerta con diferentes sillas, muebles o cualquier cosa que tuviera cerca.
-No quiero morir-dijo Camila sentada en un rincón de la sala –no quiero morir-
Me acerqué a ella y la tomé de las manos
-Te protegeré con mi vida, lo prometo-
-No quiero perderte- dijo ella
-No lo harás- pero el destino fue cruel con nosotras, desde fuera de la casa se escucharon ruidos de caballos y fuertes golpes que le daban a la puerta
-Escúchame atentamente- le dije en voz baja y con mis nervios al borde –necesito que te encierres en mi cuarto y no bajes hasta que te lo diga-
-Estás loca si crees que te dejaré aquí-dijo ella desesperadamente con lágrimas en sus ojos –no te dejaré-
Yo sabía que podría intentar hablar con ellos, me haría pasar por una romana que se quedó como algún tipo de vigilante, pero era demasiado riesgoso estando ella presente, debía protegerla. Mis opciones se acababan de forma exponencial así que lo hice a las malas; cogí con fuerza el cuerpo de ella y lo llevé hasta mi cuarto, cogí unas cuerdas de las cortinas y contra su voluntad la amarré a las varillas del balcón.
-Te amo, confía en mí que todo saldrá bien- le dije, sin más cerré la puerta y bajé a hacerles frente a los romanos que estaban a sólo instantes de entrar.
RECUERDA DARLE A LA ESTRELLITA ☆
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Ten un excelente día y gracias por leer. MaJo
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El Bosque Griego (CAMREN)
FanfictionPara los que aún creemos en el amor puro y verdadero... Historia CAMREN. En la antigua Grecia el cuerpo humano siempre fue digno de admiración, por su belleza y armonía, por ser creación de dioses, por ser aquella obra de arte digna de apreciar; per...