No tenía ni idea,
pero aseguró que estaba sonrojada.
Reí, lo desmentí,
y me hizo dirigirle la mirada.Al girarme ,
para mostrarle mi cara
- no colorada -,
me acarició de sopetón,
y me besó.
Así, de la nada.Quedé inmovilizada.
Esperó unos segundos
a que reaccionara;
pero me mantuve muda,
totalmente callada.Sabíamos bien que
no quería que parara.
No iba a abrir la boca,
a impedirle que continuara.