Bailaba mis versos
con pasos gráciles y fluidos.
Entre elegantes rimas realizaba
movimientos bellos y muy tranquilos.Las dos ansiábamos la inercia,
pero sin querer arrojarnos al vacío.
Yo, con mi mente añicos;
y ella, con los pies dolidos.Ambas rotas por dentro,
con destrozos masivos.
Pero sin hallar culpables,
sin encontrar motivos.Buscábamos el momento
en el que quedar tendidas;
mantenernos en un punto inmóviles,
suspendidas.
Allí dónde mi alma y su cuerpo
terminaran unidas.
Dónde su danza y mi poesía
acabaran fundidas.