Era un día lluvioso, el viento meneaba la falda de la pequeña joven de tan solo 14 años, sus calcetas estaban empapadas, pero nada iba a impedir que su hermanito llegara tarde a su primer día de clases, los dos corría mirando al piso, para evitar que las gotas de lluvia llegaran a sus caras. El más joven reía junto a la mayor, los dos estaban divirtiéndose. Al llegar el menor se despidió de su hermana con un beso en la mejilla y fue corriendo a su aula.
Es mi turno de correr. La joven corrió lo más rápido que pudo, con su cuerpo delgado, esquivó a la gente que pasaba con agilidad, seguía con la mirada baja riendo es sus adentros. La joven disfrutaba estos climas. Al llegar la joven saludó a uno de sus compañeros y corrió a su sala de clases.
- Llegaste justo a tiempo...
Era mi mejor amiga, que con tan solo verme me dio su abrigo.
- Estoy muerta de frio- dije temblando mientras acomodaba el abrigo en mis hombros.
- ¿Estudiaste para el examen? -
- Claro que sí, pero tú no, ¿cierto? -
- Has ganado un millón de dólares - dijo con tono burlesco- acertaste, no estudié.
- ¿Estuviste con Dylan el fin de semana?- dije un poco enojada.
- Sep- dijo con una sonrisa tonta en su cara mientras tocaba su cabello- deberías tener novio.
- No gracias, ya tengo muchas cosas que hacer- aunque tampoco me vendría tan mal- siéntate cerca mío, te daré las respuestas.
Mis días eran bastante similares, tengo 3 hermanos, uno tiene 16 y siempre lleva zorras a su casa, el otro tiene 11 y el más pequeño 8. Siempre tengo que ir a trabajar después del colegio y luego del trabajo llego a hacer la cena ya que mi hermano mayor es un inútil egocéntrico. Mi madre es soltera y trabaja como profesora, pero de día va a una escuela normal, y de noche va a una escuela para gente adulta que no terminó la enseñanza media, sus dos trabajos quedan bastante lejos, así que suele llegar a las dos de la mañana y se despierta a la cinco y media, gracias a eso ella nunca tuvo tiempo para ninguno de nosotros.
Mi hermano mayor, que es bien puto y retrasado, Matt no sirve para nada más que ocupar su pene con zorras, siempre llega borracho y con una mujer, para mi suerte las chicas con las que "pasa el rato" les incomoda que estemos nosotros en casa así que se van a otro lado a "pasar el rato", no sabe ni encender la cocina y no es para nada inteligente, ya repitió un grado antes, pero me he encargado de que se mantenga vivo. Mi hermano de 11 años Lucas, que es una rata, no es muy inteligente, pero lo intenta, es parecido a la familia de mi "padre" delgado, ojos alargados, pestañas largas y onduladas, cuello largo, ojos claros y rubio, está aprendiendo a cocinar y le gusta limpiar los baños así que me ayuda bastante. Él bebe de 8 años, Gabriel, él es un amor, me entiende a pesar de ser bastante pequeño, le gusta cantar y bailar, también los autos y cuando grande quiere estudiar arquitectura, cuando tengo ataques de ansiedad el siempre me consuela, también le gusta cocinar y ama barrer mientras pongo música, él es mi prioridad ya que yo a los 8 años sufrí mucho.
Terminé mi examen bastante rápido, ya que me había aprendido toda la materia, le pasé las respuestas que pude a mi compañera, por mi naturaleza competitiva no debería hacerlo, pero ella es mi mejor amiga, siempre me da buenos consejos y su madre me presta ayuda cuando la necesito. Cuando sonó el timbre todos salieron despavoridos, mientras yo revisaba materia de mi cuaderno.
- hola princesa ¿qué haces?...
No, puede ser... Jaeden, el popular.
- ¿que necesitas? - dije tímida y sin mirarlo.
- quería saber si podías ir a mi casa, para que estudiáramos juntos, últimamente me está costando entender la materia-
- de...de verdad me gustaría pero...yo trabajo después del colegio-
- yo podría pagarte lindura- dijo tomando mi barbilla- te estaré esperando el la salida.
maldición, si tan solo pudieras decir lo de verdad piensas. Era de lo peor, tendría que ir a la casa del chico más popular y que me pagara para que le ayudara.
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Lo que usted desee (Editando)
FanfictionUn hombre millonario, está buscando una nueva empleada que cumpliera todo sus deseos, y digamos que la edad no sería un impedimento.