Cap 4

704 60 5
                                    

Estuve feliz todo el camino a casa, ese hombre me había dado confianza y por primera vez me sentía protegida. Voy a hacer todos los esfuerzos del mundo, para que se enamore de mi madre.

Cuando llegamos a mi casa, salió del coche para abrirme la puerta, pensé que me iba a acompañar a la puerta, pero no lo hizo, solo me miró desde el coche sonriendo. Solo con esa sonrisa me sentía segura, con esa sonrisa nada podía hacerme daño, era esa sensación que nunca sentí y anhelaba sentir de nuevo.

Mi hermano pequeño me resibió con un fuerte abrazo y una tierna sonrisa.

- Sabes, tengo algo que contarte- dije sonriendo- algo muy bueno.

Al entrar vi a Matt sentado en el sillón con su acompañante.

- ¿Donde estabas? - dijo amenazante.

- Me despidieron del trabajo...-me interrumpió.

- Mas te vale que consigas uno nuevo, yo no me voy a conseguir uno-

- Si ya me conseguí uno -dije emocionada- Un hombre....

- Si, si lo quieres, ahora haz la cena-

Completamente sumisa seguí las órdenes de mi hermano mayor e hice la cena.

- ¿Qué querías contarme? - dijo Gabriel mientras ladeaba su cabecita.

- Hoy me despidieron del trabajo, pero un hombre muy alto- Dando énfasis en la palabra alto- me dio un trabajo, es muy amable y pienso que podría casarse con Mamá.

- ¿Vamos a tener un Papá? - Preguntó emocionado.

-Si- Contesté sonriendo- Voy a hacer lo que sea para que conozca a mamá.

Fue una noche tranquila, Lucas estuvo toda la cena hablando de sus jueguitos, Matt hablaba con su acompañante y yo hablaba con Gabriel, ambos muy entusiasmados por tener al hombre que había conocido como padre.

Ya era media noche, Todos estaban dormidos, meno yo, cómo siempre. Ese hombre es nuestra única salvación de salir de esto, tengo que ser la mejor empleada que haya tenido nunca, Tengo que hacer todo lo que el desee, lo que sea...

Eran las siete de la mañana, todos estábamos listos para ir al colegio, está vez decidimos tomar el bus al colegio. Yo no quería, ya que Jaeden iba a estar ahí, pero tenía que aguantarme, era la manera más rápida y cómoda de ir a dejar a mis hermanos. El bus había llegado después de unos 20 minutos de espera y como había pensado Jaeden estaba ahí, intenté aferrarme a la mano de mi hermano mayor, pero este me soltó sintiéndome indefensa.

-Hola pequeña...

Jaeden me había llamado para que me sentara a su lado.

- No gracias-

Caminé rápidamente a los asientos traseros, con la mirada baja, estaba nerviosa.

- ¿Que pasa hermanita? - dijo Gabriel ladeando la cabeza.

-Nada...estoy bien- dije tartamudeando.

Estuve todo el viaje al colegio temblando y jugueteando. Al llegar me baje evitando completamente a Felipe.

- ¿Te viniste en el bus? -

- Si es más cómodo- dije apenas

Ambas entramos a nuestras salas y no sentamos en nuestros pupitres. Estuve toda la clase apoyando mi cabeza en la pared de la sala, solo pensaba en lo aburrida que estaba en esos momentos, y la ansiedad que tenía por volver a ver a ese hombre. Las clases estuvieron interesantes, pero nada me ayuda a olvidar lo ocurrido en casa de Jaeden. Las horas se pasaron lentamente, haciéndome esperar. Para mi suerte Jaeden no se había acercado a mí, ni ninguno de sus compañeros, estaba muy segura de todo lo que había hecho era por una apuesta, yo era una chica demasiado común como para que muchos chicos quisieran algo conmigo.

Lo que usted desee (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora