Jaeden es un chico de un grado mayor al mío, guapo y alto, pero no es solo eso lo que llamaba la atención es también una de las personas más ricas de la secundaria. Recientemente había cumplido la mayoría de edad y sus padres decidieron comprarle un auto costoso y llamativo. Igual al dueño.
A pesar de sus encantos físicos, suele ser un imbécil la gran parte del tiempo, solo se preocupa de aprobar sus materias por los pelos ya que su futuro lo tiene asegurado,y se preguntarán, que hace alguien tan pobre como yo ayudando a un niño rico cómo él. Es fácil, debido a mis esfuerzos pude conseguir una beca en una de las escuelas secundarias más prestigiosas de la ciudad, y gracias a qué los rumores corren rápidamente, Jaeden no se demoró en asumir que le podría ser de ayuda académicamente hablando.
Después de clase me dirigí a la salida y pude ver a Jaeden apoyado en su carro mientras un montón de admiradoras lo acosaban, algunas tomando fotos y otras escondiéndose entre ellas, susurrando cosas que preferiría no contar
- ahí estás- dijo con una sonrisa- vámonos.
Me abrió la puerta de su coche y me senté, pude ver como todas sus fanáticas me miraban con celos, una horrible sensación recorrió todo mi cuerpo, ser pobre y enemiga de niñas ricas era definitivamente mi peor pesadillas, pero como suelo decir, el dinero es lo primero.
Entonces arrancamos.
Jaeden, me miraba constantemente, yo intentaba esquivar sus ojos, distrayendome con el paisaje, pero nada me podía quitar los nervios que sentía.
- entonces pequeña ¿cuánto cobras por la hora? - dijo sonriendo pícaramente con la mirada fija en la pista.
- ¿ Es necesario que lo preguntes de esa manera?-
Sonrió burlescamente, ignorando mi incomodidad y disfrutando de mis reacciones
- sí, es bastante lo que quiero que me enseñes así que puede que estemos un par de horas- dijo mirándome por unos segundos
- 50 dólares por hora - dije firmemente
- No sabía que eras tan barata - se rió con ambas manos en el volante, disfrutando de mi humillación.
Me quedé mirando la ventana, del carro, imaginando las mil y un maneras en las que podría matar a este desgraciado. Impotencia recorriendo todo mi cuerpo, pero debía mantener silencio
La "casa" de Jaeden era bastante grande, habían 2 carros más estacionados en el patio delantero, con arbustos bien arreglados y un piso pulcro, se alcanzaba a ver, casi a la entrada que tenía un espacio bastante amplio en la parte trasera, y se podría escuchar algo de agua porque lo era fácil asumir que había una piscina, la casa era bastante sofisticada.
-¿te gusta? - preguntó curioso mirándome fijamente.
- sí, si es muy bonita-dije sonriendo-¿tus padres están en casa?
-No-me respondió y siguió caminando.
Parece que sus padres no están, definitivamente no quiero estar aquí. Jaeden me abrió la puerta como todo el caballero que pretendía ser.
Él era uno de esos chicos que con el mínimo esfuerzo todas las chicas de la secundaria terminan lamiendo la suela de sus zapatos, a mí por suerte nunca me generó interés su poca personalidad, y a pesar de todo el dinero que tiene, estar en boca de mi secundaria no era de mucho gusto.
Estuvimos un par de minutos y ya me daba cuenta que este sujeto apenas podía resolver algunos ejercicios de matemática con mucha ayuda, es un tonto, pero supongo que quiere esforzarse ¿No?
Quizás uno de mis mayores defectos era creer que la gente iba por la vida intentando ser mejor, pero no es así.
- siéntate aquí pequeña, no tardaré mucho- dijo sonriendo mientras subía las escaleras.
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Lo que usted desee (Editando)
FanfictionUn hombre millonario, está buscando una nueva empleada que cumpliera todo sus deseos, y digamos que la edad no sería un impedimento.