Good love never die < Mermaid 2 >

11. ¡Lagartija!

"Ariel's pov"

Por fin había cumplido mis 20 años. Hoy era el día de mi cumpleaños y los chicos me habían sorprendido preparándome una fiesta, que no esperaba para nada. Así que allí estábamos todos, en una casita de campo a las afuera de Londres.

Alaska había pensado en todo: la decoración al estilo hawaiano como sabia que me gustaba, había mucha fruta por todas partes, había comprado  coronas, pulseras y collares de flores y hasta había contratado a un dj. Era la mejor amiga del mundo.

- ¿Te traigo otra piña colada, cariño? - Me preguntó Harry acercándose a mi. Ay, estaba tan guapísimo con su corona de flores.

- Vale. - Le dije mientras le daba un beso en la mejilla como agradecimiento. Beca y yo estábamos sentadas en un sofá mientras charlábamos.

- Esta noche toca sexo intenso ¿no? - Me preguntó Beca levantando las cejas de forma juguetona.

- No hace falta que sea mi cumpleaños para que tenga de eso. - Dije yo fanfarroneando. Pero era verdad, mi vida sexual era excelente gracias a Harry, que era un dios del sexo.

- Que suerte tienes, hija de puta.

- Pues búscate un novio, envidiosa. - Le dije yo mientras golpeaba su hombro bromeando.

- No me hace falta un novio. Lo guay es poder follar sin compromiso. Y eso ya lo hago.

- Por dios, hablas como un tío. - Dijo Harry, que acababa de llegar con dos piñas coladas. Le entregó una a Beca y otra a mi. - Me siento identificado contigo. - Dijo mi chico, sentándose a mi lado y pasando un brazo por mi hombro.

- Eso quiere decir que tu también quieres sexo sin compromiso ¿no?- Le preguntó Beca a Harry.

- Pues claro, joder. ¿Quién querría tener una novia? - Dijo Harry bromeando. Que tonto era a veces, pero le quería igual.

- Eres gilipollas - Dije, mientras le daba una hostia en la cabeza. Ay, por chulito.

- Sabes que estoy de coña, nena. - Harry comenzó a besarme el cuello, y no pude dejar escapar un gemido.

- Por dios, estáis tan salidos que sois capaces de follar conmigo, aquí.

- Yo si seria capaz. - Dijo Harry, encogiéndose de hombros. - Cariño, es que vas provocándome con ese vestido. - dijo por segunda vez en la noche.

Iba a contestarle a Harry, cuando de repente escuchamos un grito proveniente de dentro de la casa.

- ¡Lagartija!- Se escuchó la voz chillona de Alaska desde dentro. Harry y yo nos miramos y fuimos hacia dentro corriendo.

- Pero ¿que te pasa? - Le dije con el corazón acelerado.

- Hay una lagartija enorme en la ventana. - Lloriqueó la chica. Que exagerada era. Alaska estaba ya muy borracha y creo que tenía visiones por que yo no veía ninguna lagart.. JODER. Pues si que había una lagartija, y era enorme.

- Pero, joder. ¿Eso qué es una lagartija o un cocodrilo? - Chillé yo uniéndome a Alaska.

Alex entró corriendo a casa mientras llevaba una manta roja atada al cuello. ¿Y a este ahora que le pasaba?

- Tranquilas, señoritas yo os salvaré. - Dijo el idiota de mi mejor amigo. - ¡Soy supermaaaaaannn!- Gritó Alex mientras se precipitaba hacia la ventana y le daba un tortazo con la mano abierta a la largartija. Y como estaba en el cristal de la ventana, este se hizo pedazos y comenzaron a saltar cristales por toda la habitación. Genial, ya nos habíamos cargado una ventana y la noche acababa de empezar

- Alex. - Le grité a mi amigo. - Corre muy rápido, por que como te pille, te mato. - Dije mientras salía disparada detrás de él. El chico salió corriendo hacia afuera y no pude alcanzarle.

Un rato después volví al lugar del desastre y vi que estaba todo recogido. Escuché un ruido en el cuarto de baño y fui hacia allí a comprobar que pasaba. Cuando entré, lo primero que vi fue mucha sangre. Después a Harry con los ojos apretados. Y lo ultimo que vi fue a Alaska vertiendo alcohol etílico sobre el gran corte que tenía Harry en la mano.

- Harry. - Dije muy preocupada mientras me acerca a a él. - ¿Que te has echo?

- Estaba recogiendo el estropicio que ha dejado el inbecil de Alex y sin querer he apoyado la mano en uno de los putos cristales. - Volví a mirarle la mano y me estaba comenzando a preocupar cada vez más. La hemorragia no paraba así que decidí llevarle al medico.

- Vamos a ir al médico ahora mismo. - Le dije, mientras buscaba una venda que ponerle al rededor de la mano, para que la herida no se infectara y para que no se desangrara vivo.

- Ni de coñá vas a pasarte tu cumpleaños en el medico.

- Harry, deja de decir tonterías. Que estas perdiendo mucha sangre, tenemos que ir ya. - Alaska me dio la razón de inmediato, por que ella también veía que el corte era muy profundo. Harry pareció recapacitar y acepto que le llevase al medico. Así que salimos en la casa y nos pusimos en camino.

"Harry's pov"

Me habían tenido que coger cinco puntos en la palma de la mano, y dolían como el infierno. Iba a matar a Alex por ser tan gilipollas. Pero ¿a quien se le ocurría darle una hostia a una ventana de cristal? Esa persona solo podría ser Alex. Y lo peor de todo es que la lagartija seguía viva. Osea que con más razón tenía que matarle.

Ariel condujo tranquilamente hacia la casa de campo mientras tarareaba las canciones que iban sonando en la radio y me acariciaba el muslo. Me encantaba cuando estaba despistada pero aún así tenía las manos encima de mi. Es como si me tocara por acto reflejo y eso me flipaba, ya que a mi me pasaba exactamente lo mismo con ella. Agarré su mano y le di un pequeño beso en la palma. Ella volvió la cabeza hacia mi, para sonreírme y volver a mirar a la carretera.

- Te quiero mucho, preciosa. - Le dije acercándome a ella para besar su mejilla.

- Y yo a ti, sirenito. - Y dale con ese mote. A mi chica le había dado por decirme "sirenito" y sonaba fatal. No me gustaba pero como era muy caprichosa y sabía que le hacía ilusión pues la dejaba llamarme así.

Cuando llegamos a la casa de campo, aquello era un desmadre. Había gente vomitando por un lado, gente drogándose por otro y ya os podéis imaginar. ¿A que clase de gente había invitado la tonta de mi hermana? De repente me fijé en una cabellera rubia que estaba bailando en la pista. Me sonaba de algo.

Entonces se dio la vuelta y me miró. Era Maya, joder. ¿Que hacia aquí? Vi que Ariel también se había percatado de su presencia y puso cara de asesina. Mierda. Esto no iba a acabar bien. Maya se acercó a mi con intención de saludarme, pero antes de que eso ocurriera, Ariel se abalanzó sobre ella.

- Yo a ti te mato, zorra.