Good love never die < Mermaid 2 >

13. De todo

"Ariel's pov"

- Venga tía, anímate. - Le dije a Beca mientras agarraba su brazo para que se levantara del sofá. Alaska y yo estábamos haciendo un karaoke y lo estábamos pasando en grande, pero la pesada de Beca, estaba sentada en el sofá con la cara muy seria.

- Que no quiero jugar a esa mierda. - Me contestó ella de mala manera. Pero ¿qué mosca le había picado a esta?

- Tía, no hace falta que seas tan borde. - Le dije yo un poco cabreada. No entendía que le pasaba, pero fuera lo que fuese no tenía por que hablarme así. Yo no le había echo nada.

- Olvídame. - Dijo mientras se levantaba del sofá, cogía sus llaves y salía del piso, tras dar un portazo. Yo miré a Alaska con expresión interrogante y ella solo se encogió de hombros.

- Pues supongo que estará con la regla. - Dije yo, ya que no había otra explicación coherente por la que Rebeca se comportase de esa manera. Ella no solía estar enfadada nunca.

- Venga, vamos a seguir. Que me lo estaba pasando muy bien. - Dijo Alaska poniendo un puchero.

- Vale. - Le contesté yo alargando la 'a'. Ya hablaría con Beca más tarde.

Una hora después Alaska decidió pedir una pizza para cenar, y mientras ella llamaba por teléfono a la pizzería decidí mandarle un mensaje a Harry.

*Chat abierto*

Sirena: Hola, mi amor! <3

Gordito: Hola, guapa. ¿Que haces?

Sirena: Estoy con la pesada de tu hermana en casa. Vamos a pedir pizza para cenar.

Gordito: Yo estoy con Bruno, fumándonos algo. Y estoy muy cachondo, nena. 

Sirena: Harry, odio cuando fumas porros. Y si estás cachondo, te jodes. No haber fumado, tonto.

Gordito:Sirena.. Voy a ir a tu casa. Necesito follar.

Sirena: Que insoportable eres cuando fumas, joder. No quiero que vengas. Hoy es noche de chicas.

Harry: Nena, ¿por qué no me quieres? :'(

Sirena: Sí te quiero, pero eres muy guarro, cariño.

Sirena: Bueno te dejo, gordito. Que Alaska ya ha pedido. Adioooooos! <3

Harry: Ariel, espera.

*Chat cerrado*

Que pesadito se ponía Harry cuando estaba emporrado, coño. Siempre que fumaba porros acababa muy cachondo y eso me encanaba, pero ahora no era el momento. Y no me gustaba que se pusiera cachondo por el echo de fumar porros.

- Ey, nena. ¿En qué piensas? - Dijo Alaska sentándose en el sofá a mi lado.

- En que tu hermano es gilipollas. Ah por cierto, está con Bruno. - Dije yo levantando y bajando las cejas de forma juguetona. - Ya se llevan bien los cuñados ¿no?

- Bruno no es mi novio. - Dijo Alaska mirándome con cara de asesina.

- Si que lo es. - Dije yo, sonriéndole.

- No

- Sí

- No

- No

- Sí

- ¿Ves? Lo sabía. - Dije yo satisfecha.

- Joder, eso no vale. Me he confundido. Quería decir que no.

- Pero has dicho que sí. Así que es tu novio y te callas. - Alaska no quería admitir que estaba loquita por Bruno, pero yo la conocía muy bien. Y sabía que estaba enamorada de ese chico.