Good love never die < Mermaid 2 >

16. Pandemónium

Unas horas antes de la llamada que recibió Harry..

"Ariel's pov"

No podía creer que me hubiese mentido. Me había prometido que no participaría más en esas peleas y lo había hecho. Lo que más me molestaba era el hecho de que no me lo dijese. Una relación se basa en la confianza y él me había mentido. No entendía por qué, pero lo había hecho.

Salí cabreada de casa de Harry, sin escuchar a Louis, que me preguntaba que me pasaba. Cogí el primer bus que pasó por la parada más cercana y me baje en una parada desconocida. No sabía donde coño iba, pero estaba tan enfadaba que ni siquiera me había parado a pensarlo. Miré a mi alrededor y lo único que vi eran calles vacía. Eran las 12 de la noche por lo que no había nadie en las calles. Anduve por el barrio sin ningún rumbo, hasta que me encontré con el letrero de una discoteca. "PANDEMÓNIUM" ponía en letras fluorescentes en la puerta de la misma. Decidí entrar. Necesitaba beberme un trago. ¿El alcohol te hacia olvidar no?

Cuando entré en la discoteca y vi a toda la gente que había allí, me asusté un poco. Todas las personas que estaban dentro iban vestidas de negro, llevaban perforaciones, y estaban repletos de tatuajes. Genial, me había metido en una discoteca de góticos. Mi atuendo no era el más apropiado para pasar desapercibida, ya que llevaba un vestido rosa claro de vuelo.
Cuando comencé a caminar entre la gente, empecé a darme cuenta de que era el centro de atención. Mierda, odiaba cuando la gente me miraba tanto. Llegué a la barra tras pasar el cúmulo de góticos que llevaban la sala.

- Un Whisky solo. - Le dije a la camarera, la cual tenía el pelo negro, todo el pecho tatuado hasta el cuello y media cabeza rapada. Madre mía, que pintas. Pensé.

- Aquí tiene, princesita. - Dijo la chica, sirviéndome mi vaso hasta arriba. ¿Princesita? ¿En serio?

- No soy ninguna princesita. - Dije mientras me tragaba el contenido del vaso de un solo buche.

- Eso vas a tener que demostrarlo. - Dijo una voz a mis espaldas. Me volví para encontrarme a un chico, con las mismas pintas que todos los que había en esta discoteca. ¿y este por qué se mete en la conversación?

- Y ¿tu quien eres? - Pregunté mirándole mientras levantaba una ceja.

- Soy James. - Dijo el chico, sonriéndome mientras se sentaba en un taburete de la barra, al lado del mío. - Ponle otro a la princesita, Rose. - Le pidió él a la camarera. - ¿Y tu como te llamas, preciosa?

- Soy Ariel. - Dije mientras le daba un pequeño buche al nuevo baso que James me había pedido. - Y gracias por la bebida.

- Sí antes pensaba que eras una princesita, ahora, con ese nombre, lo tengo más que confirmado. - Dijo James, sonriéndome mientras él también bebía su Whisky. - ¿Que hace una chica como tú, en un sitio como este?

- La verdad es que no lo se.

- ¿Como que no lo sabes? - Preguntó él, frunciendo el ceño. Joder, ese gesto me recordaba tanto a Harry.. Bueno en realidad, todo me recordaba a él.

- Estaba muy cabreada y he acabado aquí.

- Una chica atrevida, por lo que estoy comprobando. - Dijo el chico. - ¿quieres otro? - Preguntó haciendo referencia al Whisky.

- Sí. - Dije yo muy segura. A la mierda Harry, a la mierda las peleas ilegales, a la mierda sufrir. Yo quería disfrutar y olvidar los problemas.

- Vamos a pasarlo muy bien, princesita.

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- Adudame. - Le dije a James. Me acaba de caer al suelo de culo, tras haber resbalado con mis zapatillas Conver.

- Creo que no deberías beber más, Ariel. - Me dijo James, mientras me ayudaba a levantarme.

- ¡Quiedo zeguid! - Grité eufórica. - Lo edtoy pazando genial. - Dije mientras le agarraba el brazo y lo hacía moverse conmigo en la pista de baile. Estaba tan borracha que lo único que veía era luces por todas partes y muchas sombras negras moviéndose, pero no me importaba.

Un rato después, tras hacer una ronda de chupitos con Rose y James, noté como mis piernas empezaban a fallarme. No podía alzar la cabeza para mirar a James que me llamaba desesperado. ¿que pasa? ¿Por qué no veía nada? ¿Por qué no escuchaba nada? Dejé de pensar en el momento en el que me desplomé encima de la barra.

"Harry's pov"

Entré al hospital corriendo para buscar la puta recepción. Estaba insterico y asustado. ¿Que le había pasado a mi chica? Me moriría se le pasara algo grave.

- Ariel. - le dije a la enfermera que estaba detrás de la recepción.

- Lo siento señor, pero necesito saber su apellido también. - Dijo ella.

- No me jodas, que seguro que es la única Ariel que hay en este puto hospital. - Dije muy cabreado.

- Segunda planta, habitación 3. - Salí corriendo hacía el ascensor sin ni siquiera dar las gracias a la enfermera. No había tiempo para tonterías. Llegué a la puerta de la habitación de inmediato encontrando fuera a Louis y a un tío que no había visto en mi vida. ¿Quién cojones era este?

- Louis, ¿Que le ha pasado? - Pregunté mientras la bilis me subía por la garganta y mi corazón se iba a salir de mi pecho.

- A tenido un coma etílico, pero está bien, tranquilo. - Respiré un poco más tranquilo, pero aún así estaba muy preocupado.

- ¿Como coño le ha pasado eso? Ella no me dijo nada de que fuera a salir hoy..

- No lo se, tío. Hace una hora recibí una llamada de Ariel, pero no era ella la que estaba al teléfono, sino este chico. - Dijo señalando al tío que miraba la pared del pasillo sin pestañear.- Me dijo que Ariel estaba inconsciente y que venían en una ambulancia para el hospital. Me llamó a mi por que era el número más reciente que aparecía en su movil. - Me explicó Louis.

- ¿Quién eres y de que conoces a mi chica? - Dije yo acercándome al desconocido de forma amenazante.

- Tranquilízate, H. Este tío ha salvado a tu novia.

- Soy James. Y he conocido a la princesita esta noche. - Le voy a partir la cara, joder. ¿Que hacia llamándola así?

- No la llames así, imbecil. ¿Donde coño la has conocido?- Pregunté yo mientras sentía como unos celos terribles creían dentro de mi.

- Primero me hablas bien, y después, si quiero, te contestaré. - Dijo el muy hijo de puta, volviéndome la cara.

- Yo a ti te parto la cara, capullo. - Dije yo apunto de abalanzarme sobre él, pero Louis me lo impidió agarrándome los brazos y empujándome hacia atrás.

- Deja de hacer el gilipollas. ¿No te das cuenta que gracias a él, Ariel está bien?

- ¿Tu que sabes? ¿Y si a sido él el que la ha obligado a beber o le ha echado algo raro en el vaso? - Pregunté yo, mientras echaba humo por las orejas. Iba a explotar de lo cabreado que estaba.

- Mira, gilipollas. - Dijo James acercándose a mi. - Sí fuese tan buen novio como piensas que eres, deberías saber que tu novia estaba en una de las discotecas más chungas de Londres emborrachándose como una cuba, por que estaba cabreada por algo. Pero no se por qué, tengo la impresión de que ese cabreo ha sido por tu culpa. Así que deja de insultarme cuando tu eres el culpable de todo.

- ¿A que discoteca te refieres? - Pregunté horrorizado por todo lo que había dicho.

- Pandemónium.

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