Cielo y Mar

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Recuerdo verla caminar hacia la cama,

con esa sonrisa tan suya,

esa sonrisa que pone cuando me ve.

Esa sonrisa que sólo dibuja su rostro,

esa sonrisa que me dice tanto,

sin pronunciar nada.

Y camina lentamente,

sus pies parece que forman una danza,

sus ojos infinitos me hablan,

me seducen,

me embriagan,

no dejan de verme ni un minuto.

Y yo,

yo sólo puedo estremecerme,

sólo puedo sonreír sútilmente,

porque mi rostro no responde.

Porque mis sentidos se incendian,

porque mi cuerpo se debilita,

porque no puedo creer que hace unos minutos,

esa belleza insoportable,

haya sido mía,

toda mía.

Ella es como una mariposa. PoemarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora