Ella es como una mariposa. Poemario

Me sobran los poemas

Desde que te fuiste me sobra la tristeza,

tengo para aventar,

para regalarle a las guerras,

a las catástrofes,

a las viudas.

Se me ha roto el camino, ese que llevaba a ti,

todos los caminos están rotos,

porque todos te tenían a ti al final,

como mi bandera,

pero hoy ya no estás.

Me sobran las ganas, las manos, la boca, los ojos,

todo eso está lleno de ti,

pero como dártelo a manos llenas, si tú ya no estás aquí.

Me sobra el silencio, se cuela por la ventana y entra a cada rincón,

me invade y me asfixia y no da tregua,

no se calla.

Me sobra el ruido que traspasa las paredes,

que es como un chillido que punza

y me trastorna los sentidos.

Me sobra la casa, la cama, la chimenea y los sillones,

todo tiene tu esencia, tiene tu olor,

como quien lleva en el pecho los latidos del alma.

Me sobra el miedo,

ese que te habías llevado tú con tus ojos,

ese al que habías exorcizado con tu cuerpo,

ahora, aquí, me sobra y me ahoga.

Me sobra todo lo que tengo,

porque aunque tenga todo,

ya no te tengo a ti.

Me sobra la muerte,

hay mucha por todos lados,

está embarrada en tus fotos,

en tus cartas,

en mi piel que aún sabe a ti,

en los besos que nos dimos,

en las noches que deshicimos,

ella, la maldita, te llevo y ahora, aquí, todo sobra.

Me sobran los poemas,

todos esos que eran para ti,

esos que se quedarán enterrados,

esos que se han convertido en cenizas.

Y hoy, aquí, también sobro yo.