-POV LAUREN-
Doce cuarenta de la noche, miro una y otra vez el reloj sobre la pared; como si cada que lo mirara avanzaran rápidamente los minutos, pero era todo lo contrario.
Esta noche me siento aún más sola, odio este maldito sentimiento de soledad, ya me cansé de él. En este tiempo aquí me he dado cuenta que a nadie le importo,ni si quiera a Dan le importa si estoy sola , pero supongo que está bien...nadie tiene que saber que a veces la tristeza me invade, que la soledad me rompe y el miedo me mata poco a poco, día a día.
Anhelaba como cada noche; desde que conocí a Camila, que la noche fuera rápida y el día eterno. Su presencia en esta casa era maravillosa, su presencia en mi vida era como la luz del sol en un mundo de tinieblas.
Camila es una chica maravillosa, llena de vida,llena de sueños, llena de alegría... ella... es la felicidad misma. Es un ser único, lleno de amor, lleno pasión, lleno de cariño, nobleza y belleza.
Ella me hace sonreír, me hace feliz de una manera que ni yo puedo explicarme. Tal vez su luz ha comenzado a alumbrar mi mundo lleno de sombras, tal vez ese ángel llegó aquí con la intención de sacarme del infierno o tal vez soy una mujer loca con ideas absurdas sobre ella.
-Ya basta-murmuré para mí misma. Me levanté de la cama con la intención de evitar todo pensamiento que tenga que ver con ella.
Tenía cosas más importantes que estar pensado y admirando lo bonita que es esa joven mujer.Entré al despacho de Dan y nuevamente comencé a buscar algunos datos o documentos que me puedan llevar a hundirlo.
Dan Clayton no es tan bueno como aparenta. Dan es un demonio disfrazado de ángel, Dan Clayton es un verdadero miserable, y por desgracia es mi esposo.Hace tres años prácticamente me obligó a casarme con él, habían dos opciones: ser su esposa y tener una vida de lujos a los que estaba acostumbrada o era hundir a mis padres en sus negocios y llevar a mi hermano a prisión por supuesta corrupción en aduanas internacionales. Todos estos años fui una tonta, una estúpida ciega, jamás me di cuenta que él era el maldito corrupto, traficante de 'esclavos' y tratante de mujeres.
Mi hermano y yo, ahora estamos unidos para poder hundir a Dan, solo...solo debía permanecer a su lado, debía continuar siendo su esposa hasta encontrar todas las pruebas necesarias que lo hundan.
Busqué nuevamente por el todo el despacho, pero no había nada; eso me desesperaba, quería terminar todo e irme lejos de este infierno.
-¡Lauren!-Escuché el grito de Dan, aquello me hizo sobresaltar.
Rápidamente guardé los papeles que había sacado y cerré los cajones con la llave.-¡Lauren!-Gritó nuevamente , mi cuerpo comenzó a temblar por los nervios que tenia de que me descubriera en su despacho.
Rápidamente salí del lugar, tratando de dejar todo en orden,justo iba a subir por las escaleras cuando él venia bajando casi a tropezones, entonces me percaté de que estaba ebrio nuevamente.
-¡¿En dónde carajo estabas?!-gritó cogiéndome bruscamente del brazo-¡¿Hay alguien más en esta casa?! -sentí mi brazo doler mientras miraba sus ojos llenos de furia, y su aliento alcohólico.- ¿Hay otro hombre aquí?!¡¿Ah?! ¡¿Quién es tu amante?! -me jaloneó un poco, comenzaba a sentir miedo de nuevo.
-yo no tengo ningún amante-Negué bajando la mirada-Me estás lastimando, Dan-me quejé cerrando los ojos,pues realmente me estaba lastimando el brazo.
-¡No soy ningún estúpido! Sé muy bien que eres una mujerzuela! ¡Una puta!-Negué tratando de evitar que salieran mis primeras lágrimas.
-¡No soy ninguna puta!-grité tratando de zafarme de él.
