|2 0 : 1 7| ¿Hasta cuándo?

Eres peor de lo que imaginé

Miro una vez más las ojeras negras que hay debajo de los ojos del maestro, sin duda ese nuevo bebé no lo ha dejado dormir. Aunque bueno, creo que yo también llevo conmigo una cara de cansado, una cara de fastidio. Hoy tengo este tonto taller donde claro está, no me gusta estar. Sin embargo, también pienso que la razón por la que me encuentro en este estado de ánimo es porque tendré que ver a Dakota. Después de la conversación que tuvimos bajo las gradas, no la he visto para nada.

—Al final de la clase quiero ver los avances de sus floreros, ¿de acuerdo? —dice el maestro Simmons mientras se acomoda sus anteojos. Por lo que todos asienten en voz alta y comienzan con su trabajo.

Como supongo que yo también debo de hacer lo mismo, saco el pañuelo que me regaló Dakota, el cual sigue impregnado de un exquisito olor a fresas, que por cierto, me encantan cuando están bañadas de chocolate.

Pero cuando estoy a punto de encender el torno e imaginar que puedo hacer esto solo, alguien llega corriendo al salón de clases.

—¿De nuevo tarde? —cuestiona el maestro Simmons mientras lanza un bostezo realmente contagioso, pues incluso yo bostezo.

—Lo siento maestro —se disculpa Dakota. Aunque ella termina por regalarle una sonrisa al maestro y suavizar su rostro. Esta chica en serio me sorprende cada día más.

—Dakota, siéntate cerca de Dante, aún debes de ayudarle con el florero. —Es muy evidente la incomodidad que empieza a desprender el cuerpo de Dakota, ya que pone la expresión más seria que jamás había visto en ella.

Sin embargo, trato de imaginar que no le incomoda el sentarse a mi lado, sino los terribles cuchicheos que comenzaron justo cuando ella entró al salón. Espero que sea eso, porque claro está, su caso se ha difundido aún más debido a que el director quiere encontrar al culpable de su pobre situación. Pero los cuchicheos y las risas comienzan a taladrar mis oídos, esto debe parar.

Aunque Dakota eleva el rostro y camina llena de seguridad hasta mí, ella no quiere demostrarle su lado débil a los demás. Lástima que yo me encontré con su lado sensible ayer. Duele mostrar ese lado, duele sentirse indefenso, y estoy seguro que así se sintió ayer. Sin embargo dejo de pensar en eso, ya que Dakota se sienta a mi lado, pero no me saluda ni trata de comenzar una conversación conmigo.

—Enciende el torno —exige Dakota. Y sé que ella está pasando por momentos difíciles, pero no es justo de su parte tratarme de esta manera.

—¿Al menos sabes lo que el "por favor" significa? —Pero ella me lanza una mirada fulminante. Por lo que se pone de pie y ella enciende el torno.

—Coloca la mezcla —vuelve a exigirme con una mirada que puede helar a un ejército entero.

Y como noto que el maestro nos mira fijamente, sigo con las exigencias de Dakota. Entonces coloco la mezcla, y ella comienza a explicarme lo que debo de hacer, pero no lo logro a la primera, ya que todo se deshace. Y ella lanza un gruñido frustrada.

—Al menos lo estoy intentando Dakota —me excuso bastante molesto, juro que me sale humo de los oídos. Aunque mi voz sale más bien como un grito y llega a los oídos del maestro Simmons, quien interfiere en la pelea.

—Tranquilo señor Collins —anuncia desde su escritorio.

—Eres peor de lo que imaginé. —El comentario de Dakota lo único que provoca es que me vuelva loco. Pero cuando estoy a punto de responderle, ella toma la mezcla que está en el torno, y me la lanza a la cara.

—¿Estás loca? —sale de mis labios. Sin embargo no puedo hacer nada más pues el maestro Simmons llega hasta nuestros lugares.

—Ambos están castigados. Collins, Harrison, tomen sus cosas. —Pero ni Dakota ni yo dejamos de mirarnos con ganas de hacernos daño—. ¿No me oyeron? Recojan sus cosas. Y se acabó el taller.

Las palabras del señor Simmons por fin cobran sentido en mi mente. Así que todos tomamos nuestras cosas, pero mientras que los demás salen felices para llegar a sus hogares, Dakota y yo nos vamos a la dirección. Ahí es donde Simmons se encarga de llamar a nuestros padres... bien, esto tan sólo significa otra golpiza.

Muchas gracias Dakota, muchas gracias por hacer mi vida aún más miserable.     

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Nota de la autora:

Ellos sin duda están actuando de una manera totalmente inmadura. Espero que se den cuenta pronto, hagamos la paz y no la guerra. Ambos deberían entender que están pasando por momentos difíciles. Ninguno es más que el otro. Pero ahora son unos necios.

Espero que les siga gustando, porque yo amo escribirla, en serio que la amo.