(Escuchar canción en multimedia)
Capítulo XXXVIII
Ambos lanzamos un suspiro mientras escuchamos la música salir de la radio de la madre de Barry. A veces cometemos el error de sustituir las palabras por sonidos, pero es que mi cabeza está llena de tantas cosas. Aunque creo que Barry es el más indicado para hablar de esto.
—Estoy muy preocupado por ella— le confieso a mi amigo mientras me llevo las manos a la frente. —No confío en Leonard— así es como dejo salir todo, así es como dejo que mi corazón se desahogue. A decir verdad ese hombre siempre me pone los nervios de punta. No creo que sea una buena compañía para Dakota. Todo el tiempo están solos, además ella le tiene miedo. Puedo apostar a que la maltrata verbalmente.
—Ese hombre es muy turbio, yo tampoco confío en él— habla Barry, quien está conectado a un tanque de oxígeno. Aunque prefiero que él se encuentre en su habitación y no en el hospital. El ambiente es mucho más acogedor. Incluso veo como su guitarra está cerca de la cama. Seguro cuando se siente aburrido, se pone a componer canciones. A decir verdad es muy bueno, tiene la voz de un ángel.
—¿Ha venido Dakota a verte?— cuestiono un poco triste, matando de nuevo el silencio. Pues aunque no lo quiera admitir, ambos estamos enamorados de la misma chica. Lo único que me preocupa, es saber quién será el ganador de esta batalla. Pero estoy dispuesto a dejarla ir si sé que ella será feliz con Barry.
—No falta ni un sólo día. Incluso juntos escuchamos a 20:17, el otro día también vino Lilly con... Dorothy. Yo sólo actué normal Dante, espero que no te moleste— una sonrisa llega a mis labios, pero es una sonrisa triste. Yo creo que Barry no ha salido por completo del corazón de Dakota, no podría hacerlo, Barry es perfecto para ella.
—No me molesta y lo sabes bien querido amigo. De hecho ayer hablé con Lilly, sólo le he pedido un poco más de tiempo— el punzor en mi pecho se intensifica. Siento como mi corazón comienza a latir con fuerza. Lilly era mi mejor amiga. No prometo que las cosas vuelvan a ser las mismas, pero... podría volver a sentirme cómodo con ella. —Por cierto Barry, ¿escuchaste que la próxima transmisión de 20:17, será la última?— le comento a mi amigo cambiando de tema completamente. Entonces veo como Barry asiente con tristeza. Bien, de pronto un sentimiento negativo se estaciona en el ambiente. La conversación incluso se vuelve un poco tediosa y pesada. Siento que Barry está a punto de decirme algo que no me va a gustar para nada.
—Dante— comenta matando el silencio y lo incómodo de la situación. —¿Quieres a Dakota? ¿Te has enamorado de ella?— su pregunta me toma por sorpresa. Siento como mis manos comienzan a sudar, es que no lo esperaba. Aunque así es Barry, todo lo dice directo.
—¿Quieres que te hable con sinceridad?— le cuestiono mirándolo a los ojos. Aunque él no me mira, sólo está atento al techo blanquecino de su habitación. Así que él asiente. Quizás ninguno de los dos esté preparado para la siguiente respuesta, por lo que dice.
—Hazlo Dante— trago un poco de saliva. Y al final de todo, lo dejo salir.
—Estoy perdidamente enamorado de ella... pero, jamás te haría daño amigo. Sé que tú también la amas— le digo convencido. Claro está que mi respuesta nos deja a ambos en silencio. A decir verdad, yo no quiero pelear con él. Aceptaré la decisión que Dakota tome. Ambos son mis amigos, no quisiera perder a uno de ellos, por simples problemas amorosos.
—Dakota Harrison sin duda es uno de los seres humanos más maravillosos que he conocido en el mundo entero. Claro que te ibas a enamorar de ella— comenta Barry con una sonrisa. Y es imposible para mí no tener el rostro de Dakota en la mente, por lo que comienzo a sonreír como un bobo también. —Pues es oficial querido amigo, ambos estamos enamorados de la misma chica— sin esperarlo, Barry comienza a reír. Pero lo hace nervioso, sé que aún no ha terminado de decirme todo.
ESTÁS LEYENDO
|2 0 : 1 7| ¿Hasta cuándo?
Teen FictionUna hora, un mensaje y una chica. Tic Tac, Tic Tac... "Sal a tu azotea, apaga las luces de tu casa y busca la estación 20.17 a las 20:17, dicen que esa es la hora de las almas abatidas, pero esta noche será sólo nuestra. Y dime, ¿hasta cuándo?" El t...