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Al parecer mi buena suerte se acababa apenas me confiaba, porque apenas unos segundos después se oyó un bullicio en la puerta principal. Entonces de entre la multitud apareció Mateo, vestido de la forma más espantosa posible, con un saco y pantalón de cuadros verdes, acompañado de una camisa morada, y una rosa en la bolsa frontal.

¡Dios mío, esto no me puede estar sucediendo! Dije en voz baja, cubriéndome la cara con las manos.

"¡Hola Megan, mi bomboncito..!" Gritó alegremente Mateo mientras me daba un beso idiota en la frente.

"¿Pero qué haces…?" Le pregunte en voz baja, visiblemente irritada.

"Pues, vengo a la fiesta contigo. ¿O te molesta, mi amor?"

Todos en la mesa estaban en silencio, sin quitarme la vista de encima. Si quería mantener la farsa del "noviecito", debía ser lo más convincente posible. "Eh.. sí, mi amor. Ven, vamos a un lugar más privado a platicar." Y entonces agarre a Mateo con fuerza de la mano y casi lo fui arrastrando hasta que llegamos a una esquina medio oscura del jardín.

"Uy, hasta me dolió la mano, Megan." Dijo en tono de chiste Mateo.

"¡Estúpido! ¿Pero qué carajos haces aquí?" Le reclame indignada.

"Mira, no te estás portando como la noviecita educada que quiero ehh.." 

"Me vale madre eso, Mateo, ¡Te dije claramente que no te invitaba a la fiesta!" Respondí apretando los puños de la impotencia.

"Pues, el trato era que serias mi noviecita, y si no puedes hacer eso tendré que tomar algunas medidas. ¿Entendido?"

"No te creo, nerdcito, porque tú sabes que te he estado dando mi cuerpo y no renunciarías tan fácilmente a eso. Además, esto de ser tu noviecita ya me está hartando." Reclame con seguridad.

"¿Ah sí? Bueno, si, tienes razón, me has estado dando tu cuerpo, pero si no te portas como la noviecita cariñosa que espero, al menos una de las fotos saldrá en internetcuando el trato termine. ¿Entendiste, muñeca? Además, eso te ganas por tratarme tan mal." Dijo Mateo con mucha irritación en su voz.

"¡No puede ser..!" Dije con impotencia a la vez que me le quedaba mirando con cara de enojo. Pero sabía que él tenía razón, no podía escaparme de ser su noviecita. Me quede sin hablarle durante casi 10 minutos, y cuando por fin me tranquilice le dije:

"Mira… ve y tráeme un tequila. ¿Ok? No pienso moverme de esta esquina en toda la noche."

Mateo me miro con una cara que dejo en claro que mi comentario le había dolido, y entonces se puso en marcha al Bar. Me recline en la baranda, con mi corazón latiendo a mil por hora por el o que acababa de pasar, hasta que pasados unos minutos Mateo volvió con mi tequila y me lo ofreció.
Sorprendentemente, luego se quedo en silencio junto a mí y no dijo nada durante un rato.

Le di varios tragos a mi bebida, y cuando la curiosidad ya me tenía vuelta loca le pregunte: "¿Estas molesto conmigo?"

"Si. Megan, eres muy cruel." Dijo sin mirarme.

"Ah, ¿Cruel? ¿Necesito recordarte quien es el que me está chantajeando?"

"Si, pero.. ¿Tan mal te la has pasado?"

"P..pues, claro.. ha sido asqueroso todo."

"No te creo, porque siempre has gemido de una forma que deja en claro que te gusta. Y no me digas que no, Megan."

"Pues, creo que estas volviéndote loco o algo. Yo NO he gemido de placer contigo NUNCA."

"¿Ah no? ¿Y qué me dices de esto?" Y acto seguido me mostro su reloj, y al apretar un botón se oyeron claramente mis gemidos. Y sin duda, eran sexuales.

"Estúpido, ¿Me has estado grabando?"

"Si, ¿A poco no está súper este reloj? –Contestó súper emocionado- Pero solo graba voz. ¿Ya vez como sí has gemido de placer?"

Le di varios tragos a mi bebida y no le respondí. Me había descubierto, y por más que pensaba que responder nada me convencía. Resignada, me di cuenta que el silencio era mi única alternativa posible.
Mateo se quedo callado también, y durante un largo rato nos quedamos admirando las luces de la ciudad a lo lejos. Seguí tomándome el tequila, hasta que de repente…

…Paso algo que altero aun mas mis planes.
Quizás causado por el enojo o lo que sea, el tequila comenzó a hacer efecto. Y fue súper intenso y REPENTINO. Me sentí mareada de repente, y me puse a reírme como tonta. Mateo vio inmediatamente que algo no estaba bien, y me dijo:

"Megan, ¿Te sientes bien?"

"Uff. Si, nerdcito.. me siento suuuper.." Dije agarrándome a la baranda con dificultad.

"Ay Megan, ya se te subió la bebida. Te voy a llevar a tu casa ¿Ok?" Dijo Mateo sujetándome de la cintura, a lo cual respondí abrazándolo con fuerzas. Pude sentir como su corazón se acelero de inmediato, y sonreí un poquito.

Regresamos a la fiesta y aun atontada me fui despidiendo de todos, mientras Mateo seguía llevándome en sus brazos hacia la salida entre la multitud. Lentamente llegamos hasta la puerta principal, y cuando estuvimos afuera vi que la espantosa pickup de Mateo estaba estacionada en la entrada.

Y no pude evitar poner una cara de burla al ver eso. Era un vehículo espantoso, modelo60, con golpes y manchas de oxido por todas partes. Claramente esa camionetahabía visto muchísimo camino en su vida.

"E..espera, Mateo.. ¿N..nos vamos a ir en esa…cosa, a la casa?" Dije arrastrando las palabras, sintiendo como me movían el piso.

"Si, Megan.. " Respondió con indiferencia Mateo, y entonces me abrió la puerta del pasajero y con un pequeño esfuerzo se aseguro que estuviera bien sentada y luego me coloco el cinturón de seguridad.

Rápidamente fue hasta el otro lado y se coloco al volante, y cuando encendió la espantosa camioneta se oyó un rugido tremendo del motor. Acelerando poco a poco dio la vuelta y nos pusimos en marcha a mi casa.

El nerd y la porrista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora