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Colgué con algo más de fuerza que la necesaria, bastante irritada por la actitud de Michelle. Bueno, más que la actitud fue la posición de lástima que me manifestó. Y lo peor era que seguramente así pensaría más de uno, por lo que ahora más que nunca mi presencia en esa fiesta era indispensable.

Sin duda, mi única salida. *** 11 Horas después ***

El resto del día pasó sorprendentemente rápido. En la escuela no vi en ningún momento a niall , y las clases fueron pasando una tras otra sin incidentes. Finalmente, y casi sin darme cuenta, ya estaba de vuelta en mi recamara y comenzaba a anochecer.

Eso sí, todo el día le había dado vueltas en mi cabeza al gran evento, y cada vez me sentía más contenta por lo que sucedería en la noche. Tenía que ir vestida de forma espectacular, claro está, y entonces fui a darme un baño rápido, y al terminar corrí a mi closet para elegir el atuendo que llevaría.

Y lo primero que escogí fue una sensual tanguita rosa que fui subiendo por mis piernas lentamente, ruborizándome en el proceso. Luego me puse un súper sensual vestidito negro de tubo de una pieza, que cubría desde mis muñecas hasta un poquito debajo de mis nalgas, y se apretaba contra mi cuerpo como si fuera una segunda piel. 

Luego, para completar la imagen sexual que quería, me puse unas botas de terciopelo blanco a media pierna, y finalmente me arregle el cabello en una linda cola de caballo y me pinte un poco el rostro. Entonces con vanidad me paré frente a un espejo de cuerpo completo y lo que vi me dejo impactada. 

Uff. Me veo súper sexy. 

Con una sonrisita picara di varias vueltecitas para lucir mi figura, y supe que los chicos en la fiesta se morirían de la impresión al verme llegar así. Justo entonces oí como sonaba un claxon en la calle, y al asomarme vi que en un jeep amarillo estaban mis amigas saludándome como desesperadas.

"¡Ya voy, espérenme!" Les grite mientras agarraba una pequeña bolsita negra y a toda velocidad bajaba las escaleras hasta llegar a la puerta principal. Pero cuando la abrí me lleve una sorpresa, ya que ahí estaba niall , con sus típicas fachas de nerd y un ramo de rosas rojas en la mano.

"H..hola Megan.. te traía esto.." Dijo entre apenado e impactado, recorriéndome con la mirada de pies a cabeza."Wow.. estas súper linda esta noche."

"Ah.. si, gracias.. –Dije con indiferencia- Me tengo que ir a una fiesta, pero pues deja las flores en la sala. ¿Ok?" 

"¿A una fiesta? ¿Oye, y si vamos juntos?" Preguntó emocionado.

"No, no creo, es muy exclusiva, gente como tú no puede entrar.." Dije con desdén.

"Gente… ¿Como yo?" Le cambió inmediatamente la expresión. 

"Bueno... no quise que sonara así. Pero tú me entiendes, ¿No? Nos vemos mañana, y gracias por las flores." 

Y sin darle tiempo a responder corrí hasta el Jeep y me subí en la parte de atrás. Estaba tan emocionada que ni siquiera voltee a ver a niall mientras el vehículo se ponía en marcha a la fiesta. Había sido más cruel de lo necesario, sí, pero esta era mi noche y nadie me quitaría eso.

*** En la Fiesta, 15 minutos después ***

"¡Hola chicos…!" Grito Michelle de forma escandalosa mientras que ella y el resto de mi equipo de porristas entraban a la casade Pedrito Salinas, una lujosísima residencia en las afueras de la ciudad. Y yo las iba siguiendo unos pasos atrás, y cuando por fin entre vi que todo era un pandemónium, ya que el lugar estaba atiborrado de gente y la cerveza y las risas fluían alegremente. 

Entonces fui siguiendo a mis amigas con dificultad entre las miles de parejitas bailando, hasta que finalmente llegamos a una mesita junto a la alberca en la cual ya varios chicos nos estaban esperando. Una a una mis amigas se fueron sentando, pero por las miradas que me daba el público masculino ahí reunido supe que la estrella sin duda era yo.

¡Y esa sensación me fascinaba!

Y claro, los chicos se morían por llamar mi atención y me ofrecían cosas: "Ven, Megan, siéntate aquí.. ""No, nena, aquí.." "Vamos, Meg ¿Te traigo algo de beber?" 

"Gracias, chicos, ¿Me podrían traer un tequila?" Les dije a mis admiradores con una sonrisita coqueta.

Y casi de inmediato 2 de ellos se levantaron y a toda prisa fueron hasta el bar cercano. Voltee a ver a Michelle y le sonreí con malicia, disfrutando el darle estas muestras de mi poder con los hombres, porque…

…A ella ni siquiera le preguntaron si quería algo de tomar.
En menos de un minuto los chicos regresaron con mi bebida, y como la lujuria estaba a tope esa noche, aproveche para de forma picara sentarme de un modo más sensual que de costumbre. Con total inocencia arquee un poco la espalda y cruce seductoramente mis largas y espectaculares piernas, y cuando voltee a ver de reojo a los chicos supe que a más de uno le estaba a punto de dar un infarto.

"M.megan... " Dijo uno de ellos, tragando saliva. "¿Vas a llevar al equipo de porristas al partido de mañana?"

Lo mire de la forma más sensual posible. "No sé. Depende de si nos tratan bien esta noche."

"S..sí, claro, las vamos a tener muy divertidas todo el tiempo eh." Y el pobre chico comenzó a sudar de nervios mientras bajaba la mirada. 

Me mordí los labios con actitud de travesura ante eso.

"Ay Megan.." Dijo Michelle en mi oído, visiblemente irritada. "Abusas de esos chicos, el pobre se está muriendo de la pena."

"Bueno, Michelle, es la carga que llevo en mis hombros, ser espectacularmente bonita. " Respondí con ironía, lo cual saco una risita falsa de mi rival.

"Ah sí.. sin duda. ¿Oye, y que paso con tu noviecito?" Respondió Michelle con evidente rencor.

"Se quedo en casa por sus tratamientos. Ya sabes, pobrecito. 3 Meses de vida." Dije con una mirada de ternura pura. 

Michelle no dijo nada, y se limito a darle un trago a su bebida con frustración.

Voltee a ver de nuevo a la gente a mi alrededor, y como esperaba, casi todos los chicos en la fiesta no me quitaban la vista de encima. Bueno, no solo a mi sino a todas las chicas de la mesa, porque con toda honestidad aquí estaban los mejores especímenes femeninos de toda la escuela. Pero eso si, al ser yo la capitana del equipo de porristas eso me hacia sin duda el manjar más apetitoso de todos.

Le di otro trago a mi bebida, y casi sin darme cuenta ya tenía a otros 3 chicos guapísimos sentados a mí alrededor, todos con el evidente afán de ganarse mis atenciones. Sonreí de forma frívola, fascinada con la atención. Sin duda, esta sería una noche especial.

… Y desgraciadamente, lo fue.

El nerd y la porrista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora