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La tarea de Matemáticas.
Exhibida, sodomizada y esclavizada. Pobre Megan ¿No? (Este capítulo contiene juegosde Dominación/sumisión, sexo anal y exhibicionismo.)

Mi mente era un caos.

Estaba reclinada sobre mi escritorio sin poner atención a lo que el profesor decía en la clase. Lo que había sucedido ayer en la fiesta aún me tenía en shock. No solo había perdido mi virginidad con el candidato menos pensado, Mateo, sino que… 
…a pesar de lo que sea, me había gustado. 
Angustiada cerré los ojos mientras recordaba en detalle cada movimiento, gemido y beso, y sin poder evitarlo una sonrisita se asomo en mi rostro. Pero al visualizar a Mateo la sangre me hirvió de coraje y apreté los puños. 
Me sentía engañada. El nerdcito se había aprovechado que la bebida me había pegado de más, y con alevosía y ventaja me había llevado a ese mirador con la intención de desvirgarme. 
"¡Estúpido, maldito Mateo!" Dije de repente, olvidándome de donde estaba.
"Eh... ¿Señorita Megan? ¿Desea usted compartir algo con la clase?" Dijo en un tono soberbio el profesor de matemáticas, a la vez que el resto de la clase se moría de risa.
"N.no, profesor, perdone… estaba distraída, lo siento." 
"Señorita Megan, le aseguro que no la entiendo. Ayer recibí los trabajos de toda la clase, y el de usted fue el peor. Si vuelve a sacar una calificación así podría ser expulsada. ¿Entonces le parece a usted bien estar distraída en mi clase?" 
Oh Dios. ¡El profesor tenía razón! Mis calificaciones eran espantosas, y si volvía a sacar un trabajo tan malo perdería el derecho a examen…
… y adiós escuela.
"Perdón, profesor... –Respondí con preocupación- pondré más atención de ahora en adelante." 
"Muy bien, señorita Megan.. –Dijo el profesor dándose la vuelta- bueno, como les iba diciendo, la estructura del cálculo diferencial es…." 
Y la clase siguió su curso.

*** 3 horas después, en mi recamara ***

Me le quede viendo al libro de matemáticas, tratando de resolver uno de los problemas que nos habían dejado de tarea para entregar mañana….
…. Pero era inútil. No lograba entender NADA. 
"Dios, ¿A quién quiero engañar? Soy una idiota." Dije desconsolada, dejándome caer sobre mi cuaderno. Mi vida dependía de entregar bien este trabajo, porque si no, las consecuencias serian horribles. 
Estaba a punto de llorar, cuando de repente se me ocurrió una solución.
¡Mateo!
¡Si! Sin duda el me podría ayudar con el trabajo. Y después de lo de ayer no podría negarse.
Con una expresión de alegría agarre mis libros y fui corriendo hasta su casa. Una vez ahí subí a toda velocidad las escaleras y cuando llegue a su recamara abrí la puerta de golpe. 
Pero Mateo no estaba solo. El y otros 4 nerds estaban jugando Xbox, y al verme todos pusieron una cara de sorpresa.
"Eh... hola chicos. Mateo, ¿Puedo hablar contigo un segundo?" Dije en tono amistoso.
Y sus amigos no movían ni un musculo, impactados por mi presencia. Creo que lo que menos esperarían ver en la recamara de Mateo seria a una chica guapísima y que encima les dirigiera la palabra. Claro, normalmente me hubiera fascinado recibir tanta atención, pero ahora mi misión era urgente. Tenía que hacer la tarea de matemáticas.
"Claro, Megan… ven, platiquemos afuera." Dijo Mateo con actitud extrañamente seca.
Y con eso el y yo salimos al pasillo, y Mateo cerró la puerta para tener privacidad.
"Mira... aun no me tienes nada contenta con lo de ayer, eh." Le dije con una cara de reproche. "Pero, aun así... tengo un problema. Resulta que si no entrego bien este trabajo de matemáticas, me van a expulsar. "
"Pero ¿Megan? ¡Si son matemáticas básicas!" Dijo Mateo en un tono burlón, lo cual me hizo sentir la más estúpida del universo.
"¡Si, idiota, para ti…! Pero para el resto de la gente NO. Entonces ¿Me podrías ayudar?"
Mateo dudo varios segundos, poniendo otra vez esa cara misteriosa.
"Es que, Megan, tengo que terminar también otros trabajos, y mañana es la fecha de entrega. No tendría tiempo."
"Pero... Mateo, si no entrego esto ¡Me van a expulsar...!" Dije con una carita de ternura.
"Megan, lo siento, es que no puedo hoy. Mañana podría ser y…"
"¡Pero esto no puede esperar a mañana…! Necesito tu ayuda, Mateo. Además, ayer me quitaste la virginidad ¿No cuenta eso para algo?"
A Mateo se le endureció la mirada.
"Si Meg, pero también me hiciste sentir fatal en la fiesta, y con tus amigas, y luego del incidente de la virginidad. Nunca nadie me había hecho sentir tan… poca cosa, como tú."
"Perdón Mateo, pero ahorita ayúdame ¿Si?" Dije suplicante.
"Lo siento, Megan… hoy de verdad no puedo."
Me sentí a punto de llorar, y con actitud derrotista le dije: "E..está bien, Mateo ¿Te gustaría… darme por atrás? ¿O que te la chupe? Solo pídemelo."
"Megan, eso lo puedo tener cuando quiera. No me convences." Contesto fríamente. 
"Ay Dios, ¿Entonces qué quieres...?" Dije con un pequeño berrinche, pateando de forma cómica la pared.
Mateo se quedo serio unos minutos, pensando. Entonces una sonrisa volvió a su rostro y emocionado me dijo: "Mira, te ayudare con una condición. Tu trabajo de matemáticas me va a tomar unas 3 horas, y cómo pudiste ver estoy con mis amigos en la recamara. Bueno, quiero que durante todo ese tiempo estés desnuda con nosotros. Y deberás estar así y hacer todo lo que yo te pida. ¿Entendido?"
"¿!Queee?! ¿Pero estás loco? ¿Cómo crees que yo…?" Dije alzando la voz.
"Bueno, es el único camino, Megan. Tómalo o déjalo" Respondió Mateo con una actitud de triunfo.
"P.pero, ¿Y si tus amigos cuentan lo que paso?" Pregunte con miedo.
"No, que va. Son de toda mi confianza, y muy discretos." 
"¿Pero, y si……?" 
"Ya, Megan, decídete… el tiempo es oro." 
Me quede paralizada por el coraje durante unos segundos, y cuando por fin logre calmarme me di cuenta que en realidad no tenía otra opción. Era soportar una nueva humillación o perder la escuela, tan simple como eso.
"Está bien Mateo. TU ganas."
"Si, Megan, siempre gano yo. Mientras más rápido lo entiendas, mejor te ira. Ahora, princesa, pasa a mi recamara por favor." 
"Estúpido." Le dije con coraje, y cuando volví a entrar al cuarto los 4 chicos me esperaban con ansias. Y ya con más calma vi que era un grupo bastante peculiar. Estaba un chico gordito de aspecto simpático, 2 flaquitos de pelo negro, y un chico pequeñito, pelirrojo. Con una sonrisita malvada pensé que seguramente ninguno era material de las fantasías de alguna mujer en la escuela.
Y tuve que hacer un esfuerzo para no reírme ante esa idea.
"A ver, todos, -Le dijo Mateo al grupo- durante la tarde Megan va a estar acompañándonos mientras hacemos SU tarea de matemáticas. ¿Quién la quiere ver desnuda?" 
Obviamente, se armo el gran alboroto y TODOS los nerds levantaron la mano. 
Bueno, Megan, ya viste. Todos quieren verte desnuda, así que mi amor, comienza."
"Idiota..." Le dije en voz baja a la vez que volteaba a ver a los chicos, que solo esperaban en silencio a que el gran show diera comienzo. Sentí de repente que en la habitación hacía mucho calor, y durante unos segundos jugué nerviosa con mi pelo, sin decidirme a nada.
El color rojo de mi rostro me delataba, me sentía súper apenada. Perder el pudor y quedar desnuda frente a 4 desconocidos no era nada fácil, y no sabía si lograría reunir la fuerza de voluntad para hacerlo.
"Ejem, Megan. Te estamos esperando, fuera ropa…" Dijo Mateo con una sonrisa malvada, mostrándome en una mano mi libro de matemáticas para hacer presión.
"Ay Mateo.. es que.. no se…" 
"Megan…"
Me mordí los labios de forma infantil, bajando la mirada. No había forma de ganar esta batalla.
Y entonces, con todo el valor que logre encontrar, cruce los brazos y agarre la parte de abajo de mi blusita rosa y la fui subiendo lentamente por mi torso hasta que me la quite. Mis firmes y redonditos pechos quedaron entonces a la vista de mi peculiar público, que solo sudaba copiosamente y abría la boca.
Luego me desabroche mis pequeños shorcitos de mezclilla, y con un gesto simpático los fui bajando por mis piernashasta quedarme solo con mi tanguita rosa. Y finalmente la diminuta prenda quedo en el piso también, y mi delicado coñito, apenas cubierto por un sensual triangulo de vello negro, quedo completamente expuesto. 
El silencio en el cuarto era impresionante. Los nerds no se movían ni un milímetro.

El nerd y la porrista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora