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Capítulo 06:

Inocente interés.

Los pasillos vacíos de la escuela eran escalofriantes en algunos
sentidos, no se sentía cómoda caminando por el lugar desolado por el cual no paseaba ni una sola alma, y si no fuese porque era necesario,
no lo estuviese haciendo. Había pasado la tarde entera viendo clases
especiales para álgebra y su cercano examen de final de curso, tenía
presión sobre sus hombros haciéndola ahogarse con sus propias
responsabilidades que no estaba segura de poder cumplir, estaba siendo insegura con sus propias habilidades.

Pocos alumnos se quedaban
después de la hora normal para ir a clases extras, algunos se
encontraban por ahí, en clubes adicionales de deporte o fotografía,
Minah era la única de su curso que parecía ser una rata de biblioteca
que tan sólo vivía de estudiar, pero no le daba importancia a aquello,
porque se distraía haciéndolo.

Se encontraba muy distraída días anteriores por su último encuentro
con Jackson Wang, la había dejado ausente de sí misma, y logró lo que
quería, desestabilizarle el pensamiento una vez más, por eso,
agradecía tener que concentrarse en las matemáticas porque le desviaba
los bellos ojos del hombre viéndola con frialdad por unos momentos.

Sus pasos resonaban por la soledad del lugar, una que otra persona de
mantenimiento iba de aquí para allá encargándose de dejar la escuela
en orden para el siguiente día, y aún así, eran escasos. Iba a apresurar su caminar cuando le llamó la atención las puertas transparentosas del gimnasio, que reflejaban desde afuera todo lo que sucedía ahí dentro, nunca había tenido un interés especial por el
equipado sitio, pero algo más logró que se detuviera por tan sólo unos
segundos.

Paró en seco inmediatamente, tomando con fuerza uno de los
sujetadores para así estabilizarse y no resbalarse por el encerado
suelo. Su corazón latió con fuerza al encontrarse a quien menos
esperaría esa tarde lluviosa: Lee Taeyong.

Parecía exhausto hasta en la distancia en que lo observaba oculta, con
su Dobok como uniforme practicando contra un muñeco de entrenamiento en pleno Dojang, sin importarle quien lo estuviese viendo, sumido en lo que hacía. Sabía que Taeyong practicaba Taekwondo, pero nunca lo había visto en acción en pleno. Sus golpes hacia el muñeco parecían rudos e incansables, haciendo gruñidos fuertes mientras ejecutaba cada movimiento preciso, uno tras otro sin darse un respiro.
Un escalofrío recorrió su columna con temor, al pensar en lo fuerte
que sería enfrentarse en una pelea contra él, de seguro no tendría ni
un mínimo de compasión contra su adversario porque eso era lo que
demostraba justo en ese instante. Sus dedos se volvieron casi blancos
al ver el último golpe que dió antes de caer de lleno al suelo
repentinamente.

Maldita sea, eso fue lo que pudo escuchar Minah cuando su cuerpo se
estrelló con fuerza contra el suelo de una manera más que brusca. Un
alarido por su parte le provocó náuseas de repente, porque Taeyong no se levantaba del suelo haciéndose un ovillo con su propio cuerpo,
enterrando su rostro refugiándose de algo que ella desconocía pero
que le provocaba un ajeno temor que no debía afectarle en lo absoluto.

Insegura de lo que hacía, decidió abrir la puerta del gimnasio para
acercarse sigilosamente hasta él, fue cautelosa sin querer invadir su
espacio, aunque algo le impulsaba a saber que estaba mal con Taeyong y
por qué no se levantaba del suelo. Quería ayudarlo, sentía que era su
deber hacerlo al verle tan vulnerable en el suelo, estático y soltando
aún bramidos doloridos constantes.

Su mano se tambaleó con miedo al posarse contra la espalda de él, y de
inmediato se tensó bajo su toque, no obstante, Minah no se movió ni un
paso, manteniendo la fuerza que aún restaba en su cobarde cuerpo.

ᴛᴇᴇɴᴀɢᴇʀ [ᴊᴀᴄᴋꜱᴏɴ ᴡᴀɴɢ]✓ //En Edición//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora