ᴛᴇᴇɴᴀɢᴇʀ [ᴊᴀᴄᴋꜱᴏɴ ᴡᴀɴɢ]✓ //En Edición//

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Inocente ayuda

Gran parte de su vida vagó por esos mismos pasillos que hoy atravesaba, los mismos que había olvidado de su memoria junto con todos los recuerdos gratos que alguna vez tuvo de su familia, que aunque eran pocos, sin dudas podría decirse que eran preciados. Con la cabeza pesando en pensamientos y cansado de recorrer la casa sin nada más que hacer, se detuvo frente a la vitrina cristalina que daba el final a uno de los pasillos. Ese rincón de la casa en particular parecía abandonado, a comparación del resto del lugar, lo pudo notar con la soledad que transmitía el aparador transparente lleno de marcos con fotografías, todas perfectamente tomadas, todas y cada una de ellas con personas sonrientes que figuraban ser felices pero que en realidad él sabía la verdad, no eran felices y nunca lo fueron.

El vacío en una de las estanterías le memoraba la fotografía que debería seguir allí, junto a su portarretrato, junto al de sus abuelos. Sus ojos se cerraron con penuria cuando el hueco dentro de su pecho se hizo presente para hacerle sacudir el cúmulo de emociones que le restaba en el cuerpo, Jackson seguía siendo humano, lo recordaba cada vez que sentía el dolor de la ausencia de su hermano.

-¿Aún te sientes culpable, muchacho?

Viró la cabeza sobre su hombro, sin girar para encontrarse con el hombre mayor de sonrisa indulgente que le hacía sombra a sus espaldas. Con un suspiro deshauciado, le dió la razón a la pregunta, dando la vuelta al fin para que se pudiesen ver bien a la cara. El hombre sonrió con más ganas al tenerlo frente a él, algo que Jackson en definitiva no esperaba por su parte.

-Yo también lo echo de menos, Jiaer-Confesó con una risita sin humor.

Él alzó la vista escéptico hacia su padre, sin creerle del todo lo que decía, pero finalmente le creería. Su padre siempre había sido un hombre transparente, a diferencia de él, demostrando sus sentimientos sin importar dejar al descubierto sus debilidades, hubiese querido aprender a ser como él y así quizás no tendría una piedra por corazón.

-Padre-Fue lo único que pudo decir, y se abrazó a él en forma de saludo.

Nunca fue bueno expresándose, tampoco de manera física, en su infancia rechazaba todo acto de cariño de quien fuese, detestaba aquello con todo su ser, sin embargo, sólo se lo permitía a su hermano mayor quién en ese entonces era su ejemplo a seguir. Al separarse de su padre, captó con él iba con un bastón en su mano derecha, impulsando su caminar con éste para hacerse más fácil la tarea. ¿Qué tanto tiempo se había perdido para no saber que su padre ahora usaba un bastón?, No había sido mucho, de seguro era reciente todo eso.

-¿Hace cuánto usas el bastón?-Preguntó con curiosidad.

Iban al comedor, se acercaba la cena y seguramente ya su madre los estaba esperando. El hombre mayor comía una barra de granola que Jackson no sabía de donde había sacado, pero conocía anuncio padre, nunca le gustó la comida que preparaban en casa por eso siempre intentaba comer algo antes.

-Hace un año y medio-Respondió al tragar un bocado-, lo sabrías si contestaras las llamadas de tu madre.

Se volvió un niño pequeño en ese instante, se sintió como uno en realidad, porque aunque su padre no le habló en tono de regaño era claro que le estaba reprochando el hecho de evitar a su familia.

-Estoy ocupado, padre-Siempre daba la misma excusa-, y sí contesto las llamadas de mi madre-Se quejó pro primera vez.

El Sr. Wang iba a contestarle cuando ya dieron un paso dentro de la sala de comedor, donde colocaban la mesa para la cena de bienvenida del hijo menor. Jackson tragó en seco al encontrarse por primera vez en tanto tiempo con su madre, quién se mantenía distraída, hablando de aquí para allá con una de las sirvientas, dando órdenes con tal de que todo esté a la perfección justo como a ella le gustaba. La mujer perfeccionan muy concentrada el jarrón con flores de colores que decoraba estéticamente el centro de la mesa, en su infancia recordaba verla hacer eso una vez tras otra, y al tenerla frente a él, creía que los años no habían pasado del todo.