Capitulo 06: La oscuridad es eterna

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En una dimensión totalmente desconocida para los ojos humanos una sombra impecablemente eterna abrasa con su fiel llama oscura a las almas perdidas que fueron llevadas por la bestia, en donde los arboles se marchitan y las aves cantan al inicio de la noche solo en espera de apoderarse de algún que otro cadaver putrefácto para devorarlo de forma lenta empezando por las cuencas de sus ojos. El mundo yace blanco y negro, el ambiente tiene un firme olor a nefasto y a cuerpo quemado que acompaña con montañas de azufre y hierba pútrida de color negro.

La bestia vive en un mundo donde el sol no aparece dejando el día como la noche, no existe una luna sino un pedazo gigantesco de lo que parece ser un vientre descompuesto y los organos suelen formar las nubes de una tonalidad carmesí, la criatura se mantiene dormida durante miles de años hasta que despierta y sale a las sombras para saciar su hambre infiníta y posteriormente dormirse durante otros miles de años más.

Sus pliegues de piel suelta, con hoyos que deberían ser una nariz y una sonrisa larga y retorcida, sus ojos están tapados por su rostro, no tiene. El cuerpo es de color almendra y los huesos se notan por una mínima capa de cartílago, las manos son largas y negras con uñas curvas y gruesas, la sonrisa horrible se extiende hasta lo alto de los pómulos y los dientes amarillentos y sucios, unos cuernos parecidos a los de un venado hacen parecer a la bestia un demónio. El abdomen es flaco, el costillar se nota por mucho y los movimientos del estómago parecen albergar gusanos vivos.  La lengua es larga y delgada, como la de un tipo de reptil. No tiene organo sexual, en vez de eso tiene unas piernas distanciadas una de la otra, raquíticas y con pezuñas en vez de dedos. La espalda tiene una pequeña joroba haciendo que se arquéen los omoplatos, la columna sobresale de manera asquerosa. Tampoco tiene orejas, es una cabeza circunferencial mediana. Los oidos están perfectamente adaptados para escuchar a metros de distancia. Es un ente que no ve, por ende sus sentidos como el tácto, el oido y el gusto estan más desarrollados que los otros.

Una silueta larga y delgada, de aproximadamente más de dos metros de alto. Fueran más si no estuvieran arqueados sus hombros haciendo que baje unos centímetros su estatura.
El apetito es insaciablemente desesperante, llega al punto de estar temblando por comer carne, la humana le atrae mucho más por su sabor y humedad. Las pezulas raspa la piel levantándola hasta que las uñas puedan penetrar firmemente la carne y así cortar un pedazo para llevarselo hasta sus dientes amarillos. Y así masticar una y otra vez, repitiendo el proceso hasta que no quede nada del cadaver.

La bestia maldita come niños, su inocencia se ve más atraída a el sadismo de la criatura, morder el cuelo hasta arrancarle la garganta es la manera más morbosa de acabar con un pequeño, o simplemente abiréndole el abdomen para que se ahorre el trabajo de tener que comer hasta llegar a los organos, tambien bebe el líquido dentro de sus ojos, estos los mete entre los molares para masticarlos como una goma de mascar sintiendo el contenido de estos. Llena su cuerpo de las heces de la víctima, bañandose con las sustancias fecales y tragándola como ponchera creada por sus manos negras, él arranca la lengua y la come más rápido que cualquier otra cosa.
Cuando acaba con un niño empieza a reir de manera impulsiva con risas guturales y chillídos desesperantes haciéndolo una criatura despreciable para la existencia, o dentro de la suya, porque no pertenece a ningún mundo. Está en todos, pero en ninguno, es un alma inmunda e infinita, cuando aparece se manifiesta como una lluvia de color negro y unas nubes colosales en un amplio radio de kilómetros. Y cuando está en la dimensión múltiples muertes se dan a conocer en el área de donde nació de nuevo.

Los oscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora