Capitulo 11: ¿Seguros?

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Se supone que como el asesino murió no habrían más bajas en Wilton, estaban completamente equivocados ya que asesinaron a un completo inocente, al menos a la hora de matar a estas personas. George está más nervioso que nunca, tal vez nunca había tomado un arma y ahora era cómplice de asesinato en primer grado junto a siete personas más. La criatura se oculta en las sombras, nadie sabe que es y que puede hacer. No obstante todos creían que era un asesino serial más no una bestia. 

La familia se dirige a casa, el motel estaba significativamente lejos de la residencia de donde viven, unos varios kilómetros al oeste, cerca de la entrada al pueblo en donde hay un letrero de madera casi podrida con el nombre del lugar "Pueblo de Wilton, población: -2600". El auto móvil estaciona afueras de la casa y todos salen, Zack abre la puerta gritando el nombre de Gato.

 - Mamá, ¿Y el perro? ~ Preguntó
 - Lo tuvimos que regalar, pues si se quedaba mientras la tormenta iba a enfermar y a morir pronto
 - Pero, no nos consultaste primero ~ Dijo Sarah
 - Soy la dueña de este techo y si quiero puedo hacer lo que me plazca mientras vivan aquí ~ Respondió con sarcasmo

La limpieza había culminado poco después de encontrar al perro en esas condiciones tan atroces, la investigación forense no dio con ninguna huella o fluido corporal del asesino, era como si un fantasma había pasado y arrasado con todo. 

Todos pasan a la casa, la ausencia del perro era notable sin embargo todos van por lados diferentes. Zack a su cuarto igualmente Sarah, exceptuando a la pareja, extrañamente ninguno sospecha del perro, claro; un poco de melancolía por la falta de la mascota no obstante estaría seguro en su nuevo hogar. Mandy y George platican:


 - ¿Ahora que harémos George?
 - Esperar a que capturen a esa escoria
 - ¿Cuanto va a tardar eso?
 - No tengo idea Mandy, ojalá sea rápido, los niños no irán al colegio dentro de mucho si la situación sigue así, aparte otra tormenta viene en camino.

El instituto del clima del estado predijo otra tormenta, incluso más fuerte que la anterior: y eso era demasiado. Pero ya habían comprado suficientes recursos, velas, muchos libros y un tablero de ajedrez. 

En las noticias

 - Tornados con daños potenciales, lluvias abundantes que a su vez pueden provocar inundaciones. Hasta ahora se clasifica como tipo tres, quédense en sus hogares hasta nuevo aviso. Muchas gracias

 - Maldita sea Mandy, ¿Que pasará?
 - Bueno. No podemos enviarlos a el colegio
 - Obviamente que no.

Una ventisca sopló la calle, las ventanas cerraron fuertemente, los cristales cayeron de manera violenta rompiéndose  en el suelo. George cubrió sus ojos con los antebrazos y Mandy se agachó.

 - ¡Dios! ~ Exclamó Mandy
 - En el sótano hay otro cristal, lo pondré ahora

Sarah y Zack bajaron de las escaleras asustados por el crujido de el cristal, ningún herido hubo, fue más el susto que el daño ocasionado, la ventisca se tornaba más fuerte a medida que oscurecía, las cuatro con cuarenta y dos minutos en el reloj, los relámpagos tronaban desde lejos. Las ramas de los robles parecían caricaturescas cuando el viento las golpeaba, caían en seco sonando en lejanía y las gotas de lluvia una tras una impactaban en el techo de madera, las luces titilaron y la luz eléctrica como solar se esfumaron, casi todo quedó a oscuras mientras otra tormenta se avecinaba, incluso peor que la anterior.

 - Creo que hoy dormiremos en la sala ~ Dijo George
 - ¿Con la ventana rota? ~ Preguntó Sarah
 - Tu padre y yo la arreglaremos ya, busca una vela. Zack: acompaña a tu hermana a buscar el cristal.

Zack se encogió de hombros con rostro de inseguridad, Sarah respiró dos veces muy profundamente, el viento silbaba, se oía perfectamente entre cada rincón de la casa que una lluvia tan fuerte como la del diluvio universal se haría presente.

 - Niño, acompáñame a buscar el cristal, tu vas adelante. Tienes las velas después de todo ¿Eh?

 - *Inhala* Perfecto, vamos

Encienden la vela con un fósforo muy humilde, se apagaba a cada dos por tres, Zack se mete la cajita en el bolsillo derecho del sueter. Zack camina con pasos atontados con la vela en la mano cuidando que los restos aún calientes de la vela no le caigan en los dedos, se dirigen al sótano en donde una bajada de escalones era casi infinita en plena oscuridad. Sarah sigue a Zack detrás.

 - ¿Tienes miedo Zack?
 - N-no, ¿M-miedo yo?
 - Mira, el cristal está allí

A un lado de la lavadora estaba el cristal recién comprado, como si el destino supiese que la ventana de la cocina se iba a romper, un resoplo de frío medio apagó la vela, Zack puso sus palmas al rededor de la mecha para evitar que se extinga.

 - M-maldit...

Otro viento suave apagó la vela por completo

 - ¡Lo que faltaba! ~ Gritó Zack
 - ¿Todavía le temes a la oscuridad?

No se veían ni las palmas de las manos en esa oscuridad agobiante, Sarah siente como la toman de su chaqueta, unas manos frías, iguales que las de Zack, Zack siempre le temió a la oscuridad, tal vez por sentirse expuesto a cualquier mal.

 - No seas marica Zack, no va a pasar nada ~ Susurró

La mano apretó la chaqueta casi halándola

 - ¡Zack! ~ Gritó
 - ¿Dime Sarah?

Al otro lado de la habitación Zack prendió otro fósforo encendiendo la vela consigo.

 - ¿¡Qué mierda acaba de pasar?!
 - ¿Qué hubo Sarah?
 - Vamonos de aquí 

Sarah tomó el cristal y mientras Zack caminaba con pasos más largos saltando entre escalón yendo de dos en dos, Sarah sintió un pequeño zumbido

 - ¿Escuchaste eso Zack?
 - Para nada
 - Corre, rápido

El zumbido era más notable, la vela se apagaba por poco

 - C-cuidado con la ¡Vela! ~ Gritó desesperadamente Sarah
 
Casi llegando a la puerta, cuando Sarah daba un paso, consigo se escuchaba otro aún más fuerte, a la par de su ritmo, Zack llegó primero a la puerta seguido de un desespero de Sarah, casi tumbando a su hermano, los pasos cedieron y el zumbido igualmente, Sarah sudaba mientras el otro no sintió nada, en lo absoluto, la respiración casi sollozo de ella era inevitable, vivió algo bizarro mientras estaba en la oscuridad, la tomaron de la chaqueta mientras que Zack encendía el fósforo.

 - ¿Se durmieron por allá? ~ Preguntó con sarcasmo Mandy
 - No mamá. ¿Y tú, podrías venir al menos? ~ Le dijo a Sarah
 - E-esta bien.

La noche estaba haciéndose joven, la luna no se veía gracias a aquellas nubes colosales que la escondían, otro frío llegó desde afueras de la casa, Sarah le entregó el cristal y en menos de cinco minutos George lo fijó como si nada, Mandy fue a buscar las sábanas en el segundo piso, Sarah a su vez pensó entre acompañarla y no hacerlo.

 - Escucha Zack, yo sé que pasó algo en el sótano, no quiero que mamá vaya sola para arriba, voy a acompañarla
 - Entonces ve y la sigues
 - Eso haré

Sarah tomó una linterna en una gaveta de la cocina y siguió a Mandy, iban a tomar varias sábanas para así abrigarse por la noche de lluvia, si bien todos dormirían en la sala de estar, estarían más seguros juntos que cada quien por su lado. Zack ayuda a George mientras este arma el ventanal por completo, no le toma tanto tiempo, se cerró tan fuerte que el cristal se partió en dos partes, el cielo se oscurece tanto que las nubes parecen de un color negro y el ambiente un tanto verdoso nefasto. 

Suben las escaleras, los cuadros de los familiares; Abuelos, tíos y primos. Yacían de lados por el viento, Sarah alumbraba el camino por donde pasaban, las puertas entre abiertas, caminan a la habitación de los padres y toman seis sábanas con las que se arroparían, salen ambos, Mandy lleva consigo su propia linterna al igual que Sarah, Mandy baja primero que ella, Sarah queda sola en el pasillo mientras su madre bajaba por las escaleras. Una sombra larga miraba a Sarah.

 - ¿Qué demonios? 

El mismo zumbido se hizo tan fuerte que la vista se le nubló, se mareaba casi cayendo a un lado de la pared, la sombra tornaba figura a medida que se acercaba, unas largas uñas salieron de detrás de su cuerpo, anteriormente ocultándolas, unos pasos lentos, unos cuernos y un rostro borroso, los zumbidos hicieron que se cayera Sarah. Unos pasos fuertes daban a arriba de las escaleras, alguien estaba subiendo. La bestia se acercaba poniéndose en cuatro patas, un gruñido gutural emitía la criatura, sonidos entre agudos y vomitivos, Zack se acercó corriendo, las linternas de Sarah se apagaron y la bestia desapareció de repente. Zack no vio nada mientras subía, alumbrando con una vela débil salvó a Sarah de garras del oscuro. Algo extrañamente atípico, la bestia acababa con una persona muy rápidamente antes de que ella se diera cuenta, esta vez fue muy lenta, casi aletargada. Sarah aún mareada, con la vista negra y las manos temblando se es ayudada por Zack a pararse.

 - ¿Viste eso? ~ Dijo Sarah
 - ¿Qué cosa?

Sarah pierde el equilibrio y cae a un lado de Zack golpeando su cabeza contra el suelo de madera.

 - ¡Mamá! ~ Grita Zack

Los padres vienen corriendo subiendo por las escaleras, unas marcas de uñas iban hasta el fondo de la habitación de Zack, un líquido negro emanaba de las orejas de Sarah mientras esta todavía estaba desmayada. Por sus ojos las lágrimas eran oscuras y de la nariz salía mucosa negra a chorros. 


Los oscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora