Confía en mi

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Daehwi despierta el Sábado sin saber como ha terminado bajo las sabanas y con la pijama puesta.

¿Pudo dormir tan profundamente como para no sentir nada?

Le dolía la cabeza y la garganta, tenía los ojos hinchados, no quería ir a ningún lado ni moverse de su posición. Mirando a su ventana con los ojos entrecerrados por la luz del sol que entra por ella.

—Por fin despiertas...

La voz aunque baja le hizo dar un respingo. No tenía que girarse. Era Dongho.

—¿Qué haces aquí? — Daehwi no quiso sonar tosco, pero lo rasposa de su voz lo traicionó.

—Anoche vine... Te encontré dormido, y parecía que llevabas tiempo llorando... No hiciste ningún movimiento mientras te acostaba.— Dongho sonaba cansado, Daehwi lo escuchaba de espaldas, solo respirando.— Lo siento... Abrimos la carta en casa.— el rubio cerró con fuerza los ojos y deseó haber podido cerrar sus oídos.— Quedé, Daehwi. Si quedé.

La famosa carta.

La carta que había arruinado su fingida tranquilidad.

~Viernes anterior~

Estaba en casa de Dongho. Se habían ido juntos para cenar con la familia del alto.

Compartían el sofá mientras Dongho le contaba a Daehwi que Minhyun estaba en algo con algún chiquillo de primero pero aún no sabía si era serio.

Fueron interrumpidos por el estruendoso sonido de los padres de Dongho llegando, contentos por alguna razón.

Dongho y Daehwi se sonrieron sin saber exactamente que pasaba.

El padre del pelinegro apenas llegó abrazó fuerte a su hijo mientras la madre saludaba a Daehwi junto a Somi.

—¿Qué pasa, por qué tan contentos? — Dongho formuló la pregunta de ambos.

—¡Ya llegó la carta! — el padre del alto lucía tan emocionado pero Daehwi había perdido la sonrisa ya que no entendía.

Dongho también perdió la sonrisa.

—¿Carta de qué? — no quiso sonar irrespetuoso pero un sentimiento de ansiedad lo invadió. Necesitaba saber.

—¡De nuestro universitario hijo! Porque obviamente es la carta de aceptación y sólo tendrá que estar una semana más en la escuela y se irá a hacerme una madre aún más orgullosa.— Su madre lucía tan feliz contrastado a la cara de devastación que debió haber puesto Daehwi porque todos lo miraron preocupados.— ¿Pasa algo, hijo?

El rubio negó repetidas veces mientras retrocedía hasta la puerta, necesitaba aire.

—Dae por favor, espera...

Pero seguía negando, a Dongho, a su hermana, a sus padres.

Creyó que tenía más tiempo, que podía seguir disfrutando a Dongho por más tiempo. Pero no lo tenia.

Sus tres semanas se reducieron a una sola.

—Quiero ir a casa.

~💭~

—Daehwi, hablame por favor.

—¿Donde está nana?

—Le di el día libre.

—A éste paso me quedaré sin nana.

Dongho sonrió por un segundo. Su novio no se había movido ni un centímetro.

Tampoco quiso tomarse la pastilla para el dolor de cabeza que le llevó.

—¿Por qué en una semana? — Daehwi se decidió a preguntar pasados algunos minutos de total silencio.

—Para instalarme en Busan y porque mi madre encontró unas clases para prepararme antes de entrar, está muy emocionada.

La culpabilidad golpeó a Daehwi silenciosamente. Estaba arruinando algo que para la familia entera de Dongho era sólo motivo de orgullo. Quizás Dongho también estaba feliz.

—¿Estas feliz? — el rubio se giró lentamente para mirar a Dongho directo a los ojos y sonreirle.

Él no era una persona egoísta. O al menos debía dejar de serlo.

—Tu sabes que yo te adoro, pero me gusta ver a mi mamá así, a mi papá. Hasta a Somi, que cree que voy a ser astronauta.— Rieron juntos por un momento.

—Perdón por ser un infantil llorón, es que te voy a extrañar mucho...

Dongho se acercó a la cama y sin nada de delicadeza se dejó caer sobre el rubio.

—Oye ¿Qué haces? Me aplastlas — se quejó Daehwi.

Ante eso Dongho se acomodó de lado, rodeando el cuerpo ajeno con brazos y piernas. Mientras Daehwi enterraba su rostro en su pecho manteniéndose inerte.

—Ven conmigo...

—Aquí estoy.

—No, ven conmigo a Busan.

Tan rápido como pasó por la mente de Dongho, salió de sus labios.

No quería perder a Daehwi, además el rubio tendría vacaciones pronto.

—Te volviste loco.— pero para Daehwi solo sonaba a locura. Una locura hermosa, pero locura después de todo.

—No me volví loco, ven conmigo cuando salgas de vacaciones, puedes pasarlas allá.

—Mi mamá no me dejaría.

—¿Por qué no? Puedes decirle que pasaras las vacaciones con un amigo.

Dongho sonaba cada vez más esperanzado. Y la idea dejaba de sonar tan loca para Daehwi.

Vacaciones juntos.

O al menos el tiempo que Dongho tuviera libre.

—Se que crees que todo se acaba aquí, pero al menos intentemoslo Daehwi, pero tenemos que hacerlo juntos.— la mirada de Dongho buscó al rubio, para intentar transmitirle toda la seguridad que el sentía. Esa que nadie más que Daehwi le brindaba.— ¿Confias en mi?

—Es que también está el factor de que no nos conocemos tanto y...

—Dae, de eso se trata, de conocernos más. Ninguna pareja sabe todo de el otro ni con años, y por algo se debe empezar.

Dongho lucia tan confiado y seguro de que estarían bien que todas las dudas dentro de la mente de Daehwi se hacían agua y se iban por el drenaje.

—¿Confias en mi? — repitió el pelinegro.

—Sí.— contestó esta vez sin dudas Daehwi.

—Pues vamos a hacerlo, y no me refiero al sexo... Aunque si quieres, no me niego.

Dongho le guiñó un ojo a un sonrojado Daehwi.

Definitivamente lo iban a intentar.

💕💕💕💕

Dije que no iba a desaparecer pero lo hice, perdón.
El próximo que será el final. Honestamente no me he podido concentrar con esta historia ya que hay otra rondando mi cabeza. Aunque no es Donghwi.

Quizás algún día la haga pública, cuando logre plasmar bien las ideas (que probablemente sea nunca)

Sam out

《Just a cliché》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora