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Raine fue de regreso a la biblioteca. Se había dado cuenta de que los estaban espiando, por eso salió sin decir nada. Abrió las puertas de golpe sorprendiendo a los demás del cuarto.

—Antony se ha ido con Haru —dijo—. Debo ir a traerlo de vuelta.

—Esas son unas terribles noticias —Eros negó con la cabeza—. No obstante nos será difícil ir tras ellos, Stevie dijo que es imposible llegar al Archipiélago Dragón.

—No te pedí que fueras conmigo —Raine dio la media vuelta—. Iré solo.

—Nel, nel, nel —Brendon se levantó de la silla—. Yo también voy.

Kira habría gustado ir con ellos, pero ahora que Nathanaël está buscando a las diosas, lo más seguro es quedarse en la cabaña.

—Usa el helicóptero real —dijo Hope—. Sabes pilotear uno, ¿no? Tú haces de todo, eres perfecto.

—Yo lo haré, idiotas —apareció Alex preparando su chaleco naranja.

—¿Cómo puede un mapache volar un helicóptero? —preguntó Hope.

—¡No te importa, rey inservible! —Alex alzó la voz—. ¡Seré el maldito piloto les guste o no! ¡Traeremos a ese puto par de vuelta!

—Bebés, tengan cuidado —Kira torció las cejas—. Los estaré esperando.

—Busquen información —ordenó Serena—. El más mínimo detalle también vale mucho.

Stevie siguió a Raine, Brendon y Alex en silencio hasta que llegaron al helipuerto del campo. Allí está Viktor esperando con su capa oscura cubriendo su cuerpo.

—¿Van a salvar a Antony sin mí? Eso es cruel, yo quiero ser su héroe —hizo un puchero.

—No vamos a jugar, idiota —dijo Alex—. ¡Quítate, basura!

—Ayudarles quiero —Stevie se acercó al mapache—. Por ahora sólo —le palmeó la cabeza.

—Oh, sí —Alex mostró los colmillos emocionado.

—Humano serás dentro de esta misión —Stevie alzó el dedo—. Real a tu corazón pendiente sigue.

Alex bufó y entró al helicóptero. Brendon fue el segundo y después Viktor. Stevie detuvo a Raine tomando su mano.

—Cuidado ten, mi pequeña creación —Stevie le acarició el cabello—. Intentar con él hablar debes.

Raine asintió y como muestra de despedida sujetó ambas manos de Stevie.

Chotto matte! —Lou gritó al correr hacia ahí—. ¡Raine! —lo abrazó por detrás.

—Lou, estabas durmiendo —la miró de reojo—. Tengo que irme ya.

—¡No te mueras!

—No.

—¡Regresa con Antony a salvo!

—Sí.

—Te amo.

Raine no respondió a ello. Tomó las mejillas de Lou y le besó la frente. A continuación fue al helicóptero. En seguida partieron. Lou permaneció mirando cómo se alejaban evitando llorar de lo preocupada que está.

—Bien todo está —Stevie le dio palmaditas en la espalda.

—Stevie, ¿por qué Raine te llamó mamá esa vez? —preguntó Lou.

—Si saber del pasado de Raine quieres, hablar con él mismo debes.

—Pero a Raine no le gusta hablar de eso —Lou paró la trompa—. Siempre evita mis preguntas.

Tales of Gods and DemonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora