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Haru montó a Ryū para acercarse a la entrada de aquella catedral vieja. Durante su camino derrotó a ciertas sombras y demonios artificiales. Jamás había visto un campo de batalla como este. Si los pergaminos hubieran sido respetados, los dioses habrían sido quienes luchen para proteger este mundo.

—Definitivamente este es un cataclismo creado por el mismo humano —dijo Haru—. Ryū, cuida mi espalda.

Ryū asintió y se puso en guardia. Haru entró en la catedral con cautela, sin bajar su espada.

«My lady, debería salir de ahí —dijo Arthur—. Regrese a casa. Hemos cumplido nuestra parte».

—¿Qué hay de Antony?

Ryū rugió alarmado. Haru miró enfrente, a la enorme cruz de piedra. Allí está Eros y Jo. Haru iría a atacarlos, pues Eros mostró una sonrisa llena de maldad y satisfacción. En realidad Haru quería matarlos. Sabía que podía lograrlo, pero Ryū entró sin importar romper las paredes viejas para detenerlo.

—¡Te maldigo, Eros Collins! —exclamó Haru—. ¡Te mataré! ¡A ambos!

Eros ahora le sonrió amable.

—Eso el tiempo lo dirá, Haryū.

***

Hope salió al campo de batalla sin temer a ser atacado. Con cada paso que da, la tierra se mueve levemente. Por alguna razón no van en contra de él ni las sombras o los demonios. En ciertas ocasiones tropieza con los exorcistas o logra esquivarlos.

Y cuando las tierras se sacudan, los mares vayan más allá de sus límites, las montañas caigan y los volcanes estallen, será por el poder de Tierra para castigar a la ignorancia e incredulidad —habló Hope al llegar a la iglesia.

Hope cerró los ojos, extendió sus manos hacia adelante y suspiró. El círculo mágico no se formó debajo de él, sino alrededor de la iglesia, en sus manos se fue formando un arma larga, que al momento de moverla, tomó el aspecto de un mazo dorado con piedras verdes y adornos marrones simbolizando la tierra.

En el nombre de Neoma.

Hope giro con agilidad aquel mazo que aparenta ser pesado y golpeó la tierra justo enfrente de él. La superficie se cuarteó y siguió su trayecto hasta el centro del círculo mágico en la catedral y de allí, todo el suelo se quebró.

No sólo esa parte del suelo rompió, sino que todos los alrededores se sacudieron como si hubiera pasado un temblor. Hope corrió hacia el centro, saltó quebrando esa parte de tierra en donde tomó impulso. Lanzó su mazo en dirección a los escombros de la iglesia, y al momento de chocar, no sólo lo rompió sino penetró todo el edificio subterráneo y aquel impacto, destruyó todo el interior.

Hope cayó en sus pies perfectamente. Alzó su mano así como su mirada aguardando un momento. El mazo salió a la superficie en dirección a su mano. Prosiguió a recitar:

Y la tierra por única vez alumbrará el cielo para purificar la creación de Neoma.

Hope golpeó la tierra con el mazo y todas las grietas que había hecho y se hicieron con el actual golpe irradiaron un tono blanco resplandeciente. También comenzó otro temblor. Todas las sombras y demonios que eran alcanzados por la luz de la tierra eran consumidos y con ello desvanecidos.

Los exorcistas detuvieron el fuego ante tal violento temblor y la batalla finalizó con ello.

—¡Hemos ganado! —Hope gritó saltando—. ¡Lo logré otra vez! ¡Veneren a su rey, plebeyos!

Phil se golpeó la frente negando con la cabeza por la actitud de su rey. Tomó la radio para ordenar a sus oficiales verificar el perímetro y asegurarlo.

Tales of Gods and DemonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora