Pequeño y dulce...

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Observó a Jiraya con la mirada perdida. No podía permitir que volviese a ocurrir algo así,  no permitiría que hiciesen daño a inocentes, no permitiría que hiciesen daño a culpables. A costa de su propia vida.

- Mi hermano...- susurró entre sollozos.

- Tú lo sabías, - empezó a decir Jiraya. – has heredado el don de tu abuela Mito, eres un Daemon muy poderoso. Puedes ver el futuro en sueños, Naruto... eres consciente, ¿verdad? – El hombre tenía un brillo peligroso en la mirada que el niño obvió por el dolor de la reciente pérdida, aún no se lo podía creer... - Eres único en el mundo.

Un grito interrumpió el discurso de Jiraya, al ver los ojos de Naruto... lo que reflejaban, todas las alarmas saltaron en su cabeza. El niño se dobló en su silla, tratando de parar el horrible dolor de cabeza que le atormentaba... Mito, Uzumaki Mito era la protagonista de la pesadilla que estaba recordando, las imágenes...no, los recuerdos se abrieron en su mente como un tren a toda velocidad. Antes de que pudiese tan siquiera procesar lo que había visto, sus ojos se cerraron cayendo en una profunda inconsciencia.

<< - ¡Abuela! – Mito vio al pequeño huracán subirse a su cama mientras esbozaba una sonrisa de diversión.

- Hola, Naruto – sus miradas se encontraron y la ternura invadió la sala. A Naruto le encantaba ir a ver a su abuela, era la única que se portaba bien con él y le enseñaba muchísimas cosas. De hecho, pasaba todos los veranos con ella, el último día de colegio ya tenía lista su maleta, siempre cogía el primer bus hacia casa de su apreciada familiar para pasar unas increíbles vacaciones con ella. Se sentía querido. – Lo siento, cariño pero tengo una mala noticia.

- ¿No podré venir este verano? – Mito abrió los ojos desmesuradamente ante la percepción de su nieto. En cuanto se recompuso, acarició suavemente la cabeza del niño, desordenándole ese pelo largo recogido en una cola de caballo.

- Cariño, tu abuela no tiene muy buena salud así que...

- Ya lo sé. – La interrumpió el pequeño con su vocecita. Mito abrió los ojos desmesuradamente. No podía ser, había tenido una corazonada muy fuerte pero... Aún no, Naruto no podía despertar sus poderes, era demasiado joven para lo que le esperaba. El pequeño abrazó con fuerza el peluche que le había regalado por su cumpleaños y siguió hablando. Mito no pudo evitar que un escalofrío la recorriera hasta la punta de los pies cuando oyó su voz temblar ante la confesión de su nieto favorito. – Lo he soñado... - Su abuela no pudo ocultar la desolación al ver los ojos de su nieto. - ¿Te puedo contar un secreto, abuela?

Mito asintió de seguida, acariciándole la espalda para que se calmara mientras trataba de sonreír. No podía ser...

- He estado teniendo sueños malos, - Naruto clavó la mirada en los ojos de su abuela para que supiese que no mentía, que estaba asustado y tenía miedo. Le aterraban sus sueños, las marcadas ojeras bajo sus ojos confirmaban las peores pesadillas de Mito. – muy malos, abuela... Hay gente a la que le hacen mucho daño, a veces hasta puedo sentir lo que ellos sienten... - Un sollozo se escapó de sus labios pequeños y manchados de chocolate de las galletas que había cogido sin permiso de la cocina. – Me da miedo dormir, abuela.

Abrazó al pequeño en cuanto este echó a llorar. Mito le entendía más que nadie y sabía perfectamente por qué se había puesto enferma tan de repente. Naruto siguió hablado contra su pecho.

- Siempre se hacen realidad, abuela, a veces tengo miedo de que en mis sueños aparezcan papá o mamá... - Mito intentó calmarlo, pero a estas alturas su nieto ya era todo un vidente. Pronto, esas pesadillas se harían más y más reales... Aún le quedaba un poco de tiempo así que se levantó con cuidado, anduvo hasta su biblioteca buscando la ayuda que necesitaría Naruto en un futuro. Lo encontró, sacó el libro algo polvoriento de esa gran colección y se lo dio al pequeño huracán de ojos bañados en lágrimas. – Pero abuela, esta vez soñé que tú morías.

VANISHEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora