Porque no eres mío...

555 55 3
                                    

En cuanto terminaron con sus secretitos, Naruto se quedó mirando fijamente al hombre, pero en su mirada se encontraba un reconocimiento que rompía las de curiosidad de los otros niños.

- Algunos ya me conocéis, - empezó a decir con su timbre bajo y dominante. – he venido a comprobar el avance de vuestros dones.

Todos se pusieron de pie, como conociendo el procedimiento, el significado de las palabras de ese hombre que observó a Naruto con una ceja alzada, en cuanto el chico ya no tan nuevo se desplazó a la derecha, vio con sorpresa por qué no se había levantado,  pero nunca llegó una mirada de disculpas, el hombre simplemente apartó la mirada.

La puerta se abrió de nuevo, dejándoles ver a un chico con los mismos rasgos que su padre, otro ExDeo.

- Este es Sasuke, mi hijo, - hizo una pausa para esperar que el adolescente irguiera la espalda con orgullo a su lado. – ha venido para ver cómo se hacen las cosas, en unos años él ocupará mi lugar así que no quiero jugarretas de críos.

El humor de la clase entera pasó a ser uno tenso, sin dejar de lado la curiosidad por aquél apuesto adolescente de ojos oscuros y crueles como los de su padre.

Les había llamado críos, eso era un error muy grave en este lugar. Sí, nuestras edades aún no cumplían las dos cifras, pero la mayoría tenía el coeficiente intelectual de un genio, excepto Konohamaru, que no conseguía superar sus diferencias con la aritmética.

En silencio, todos le seguimos hasta el ala prohibida del edificio. No era diferente al resto del lugar, a pesar de estar guardada bajo llave. Nos hicieron entrar en una sala blanca con dos puertas, la que habíamos entrado era igual a todas las puertas del edificio, de madera de roble y pintada con un colorido morado, la que llamó mi atención fue la otra, un pesado muro de titanio que franqueaba con otra misteriosa sala.

Todos fueron llamados uno por uno, salían sonrientes, felices de saber que, a medida que crecían, sus poderes lo hacían con ellos.

Fui el último en ser llamado. Jiraya abrió la puerta para que pudiese pasar, no era una sala muy espaciosa, había un sillón con un buró para estirarse. Fugaku estaba cómodamente sentado en ese mueble de color azul verdoso, Sasuke de pie justo detrás de él, como su perro guardián.

- Sasuke, ayúdale a estirarse en el buró. – Por lo visto a ninguno de los dos nos hizo gracia tener que interactuar así que intervine, no quería que ese imbécil se me acercara.

- No será necesario, estoy bien en mi silla. – Fugaku me miró con una ceja alzada, sus ojos fríos como un témpano de hielo eran una extensión de lo que él creaba en mi propio corazón. No me podía creer que el hombre que había estado al lado de mi abuela durante su muerte y me había mirado con esos ojos tan bondadosos ahora me tratase de esta manera. Era repugnante.

- Como quieras, - hizo un gesto con la mano, señalando a Sasuke. – Sasuke te va a examinar, como tu don no es invasivo no va a haber problemas.

Alcé una ceja, estaba totalmente en desacuerdo.

- ¿En qué consiste el examen? – Fugaku abrió los ojos sorprendido, no estaba acostumbrado a que alguien que no fuese su persona llevase las riendas de una conversación. Pero resopló, veía a Naruto como a un crío sin inteligencia, sobre todo cuando apretaba contra su pecho ese adorable peluche de un zorro.

- Sasuke va a inspeccionar tu mente, así averiguaremos tu potencial... o en su defecto, parte de él. – Hizo una pausa mientras Sasuke apartaba la mirada, avergonzado. – Aún está aprendiendo y a veces no sabe dónde mirar.

- Pues ya podéis empezar a buscar a otro conejillo de indias. – Sasuke me miró como si estuviese loco, nadie le llevaba la contraria a Fugaku. – Además, no creo que Sasuke quiera estar en mi cabeza... se cagaría encima... - mi sonrisa zorruna escondía unas palabras más gélidas que los ojos de Fugaku , ambos lo supieron. No iban a poder invadir mi mente sin mi permiso pero aun así sentí la presencia del padre Uchiha tratando de colarse en mi cabeza.

VANISHEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora