CAPÍTULO 7

414 25 84
                                    


AXEL

Siempre me tenía que dar la contraria o salir con alguna de sus ironías... vaya chica.

Debía admitir que esa personalidad respondona y atrevida era la que me llamaba la atención de ella, pero cuando tenía problemas, todo eso se iba. Era como ver dos personas distintas en una sola, dos facetas opuestas que sabían en que momento cambiar su papel.

Estábamos caminando por la vereda en dirección opuesta a la casa de Catalina, podía pensar con cabeza fría lo sucedido y bueno, hablar con Miguel sirvió para disipar un poco mi revolución interna de enojo, impaciencia y tensión, pero este tío era el culpable de esto. Y a él se le ocurrió una forma de disculparse: una tarjeta.

Ya me había disculpado con ella el día anterior cara a cara, no iba a andar regalando disculpas a diario, por lo que me pareció una buena idea su propuesta y así lo hicimos.

Ya le había dejado la tarjeta y estaba esperando que Catalina responda, pero no lo hacía.

Sacaba el móvil a cada instante para ver si había alguna notificación con su respuesta, pero nada. Ya habían pasado 10 minutos de eso y NADA, ni llamada ni mensaje.

-Calma tío, que debe estar suspirando por lo escrito -se burló Miguel.

-No empieces Miguel -advertí.

-Disculpa a este tonto que solo te hace rabiar -citó las mismas palabras que escribí, seguida de su estruendosa carcajada. Me estaba tocando los cojones y que sea mi amigo, no le libraría.

-Miguel -dije entredientes antes de desatar mi ira con este idiota.

-Tío, es que te hubieras visto cuando escribías esa carta -otra carcajada brotó de su garganta. -Esa chica está que te hace ser un cursi total. -se estaba riendo acosta mía. - ¿No me quieres ayudar con unas cartas para unas chicas? Por más que las intento afanar, ellas se resisten a mis encantos -añadió seriamente y negando con un movimiento de cabeza.

Nos detuvimos en una pared y pegamos nuestros espaldares a ella, mientras yo seguía en el mismo entretenimiento de sacar y guardar el móvil. No le respondí porque iba a seguir hablando sus idioteces.

Además, él me llevó a hacer esta ridiculez, por su culpa Catalina se había enterado de la peor forma lo que le había hecho a su ex.

Recuerdo que la vi, con la mirada triste, sin derramar ni una sola lágrima al contarme lo sucedido, yo solo tenía furia en ese momento, furia que en ningún momento demostré. Tenía unas enormes ganas de romperle la cara a puñetes a ese imbécil y eso hice.

Esa noche aparqué a una cuadra de la casa de Kevin, sabía perfectamente donde vivía por lo que no tuve problemas en llegar y le dije a Sara que se quedara ahí, felizmente no me contradijo.

Del coche saqué una pata de cabra que guardaba para cuando... las cosas se ponían feas, pero eso era otro cuento. La sostenía con la mano izquierda y sentí toda la rabia invadir cada parte de mi cuerpo, como disfrutaba esa sensación de venganza. Caminé a paso decidido sin borrar esa sonrisa de malicia que se me había formado.

Al estar más cerca de su casa pude divisar su moto. GENIAL. Ya sabía que estaría ahí, su preciosa Harley Davidson Street 750 estaba disponible para mí, sabía que lo que había planeado se iba a efectuar.

Dejé la pata de cabra a un costado de esta moto y toqué la puerta. Su mamá me recibió.

Sus ojos se sorprendieron al verme y una sonrisa cálida me regaló.

- ¡Axell, hijooo! ¡Tanto tiempo sin verte! -exclamó alegre y rápidamente me abrazó, cosa que correspondí.
La señora era lo opuesto a su hijo.

Toqué Fondo #StarsAwards17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora