CAPÍTULO 11

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CATALINA

Subí corriendo las escaleras como alma que llevaba el diablo y la verdad, me importaba muy poco casi caer por el camino, solo quería llegar al lugar que consideraba "mi refugio".

Sentía que me ahogaba y no precisamente por correr.

Hubiera sido eso.

Hasta que te compadeces de mí...

Llegué a mi habitación y cerré la puerta de golpe colocándo el seguro. El sofoco que sentía en mi pecho era intenso y mis ojos picaban demasiado, sabía que no podría contener por mucho tiempo más las lágrimas. Pegué mi espalda contra la puerta, me deslicé hacia el piso y abracé mis piernas con mi cabeza entre ellas.

Y me dejé ir.

Mis lágrimas empezaron a deslizarse por mis mejillas, haciéndome saber que no siempre podía ser fuerte, que el pasado regresaba y no precisamente para hacerme feliz.

Mamá quiso hablar conmigo y precisamente, eso hicimos. Hablamos y ella me confirmó lo que Cristian ya me había advertido.

Mañana mi padre vendría a la casa a comer.

Ella sabía perfectamente lo que significaba para mí la mención de mi padre y ahora, me tocaría compartir con él la misma mesa, estar bajo que el mismo techo con el hombre que solo colaboró colocando su esperma en el óvulo de mi madre.

Él se negó a ser mi padre y ahora quería venir y compartir la mesa como si fuésemos la gran familia feliz.

Menuda idiotez.

Cuando yo lo quería como padre, a él no le importé. Cuando yo quería que me abrazara, que me hiciera cosquillas así como otros padres le hacían a sus hijas, él no estuvo a mi lado. Él no supo el dolor que fue para mí cuando era una niña y ver como en la actuación que realizabamos en el colegio por el día del padre mis compañeras se iban corriendo a abrazar a los suyos y ellos les recibían con un gran abrazo y les besan diciéndoles palabras bonitas :

Hija eres la mejor.》

《Mi niña estoy orgulloso de ti.》

《Te amo mi pequeña.》

Yo solo les veía de lejos y me iba hacia mi mamá que estaba esperándome con una sonrisa. Ella hizo un gran esfuerzo por ocupar su lugar, pero hubiera querido que él también estuviera presente.

Es cierto que varias veces intenté ganar su cariño, intenté acercarme a él, incluso antes, el saber que vendría me hacía ilusión, pero eso cambió. Simplemente quedó en el pasado ese sentimiento gracias a sus constantes rechazos. Yo ya estaba lastimada ¿Qué podía esperar de los demás si mi propio padre me rechazaba? ¿Cómo alguien más podría quererme si el que debía hacerlo decidió ser un fantasma en mi vida?

-Abre la puerta Cata -pidió Marco tocando la puerta.

Se quedaría esperando.

-No Marco, vete.

-Por favor Cata , permíteme ayudarte -suplicó.

Me reí irónicamente.

-¡¿Qué vas a hacer por mí?! -grité.-¿Decirme que todo pasará? ¿Decirme que tengo que calmarme? -ironicé y me reí- Eso ya lo sé Marco y créeme, no funciona.

-Quiero estar ahí contigo aunque sea pequeña ardilla. Ábreme la puerta, por favor -rogó ignorando mis gritos.

-¡No! -dije tajante. -Ya te dije que no Marco. Quiero estar sola, entérate de una vez.

Toqué Fondo #StarsAwards17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora