CAPÍTULO 20

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AXEL

Ambos nos separados por el susto con el agua de la ducha aun cayendo sobre nosotros. Nuestras respiraciones estaban agitadas. Sus labios hinchados por mis besos y sé que los míos estaban en el mismo estado.

—Hey —susurré. —Cálmate. Ya pasó —traté de tranquilizarla. Estaba tensa, mirando a la puerta de nuestra ducha.

La puerta que abrieron no fue la nuestra.

Ella no me prestaba atención.

Le tomé de las manos y me las llevé a los labios, dándole un beso casto. Dios, desde hace mucho había querido hacer eso y, ahora, habíamos llegado incluso, un poco más allá. Eso la hizo reaccionar y me miró, aún con temor porque nos descubrieran. Yo estaba de la misma forma. Lo último que quería era meterla en problemas.

—Todo estará bien. Confía en mí —le pedí mirándola fijamente.

Sus ojos estaban muy abiertos y tuve miedo. Miedo que lo que le prometí, no lo pudiera cumplir. Negó con un movimiento de cabeza y cambiando su expresión.

—Nos van a encontrar y —me miró de pies a cabeza. —Tu aspecto no ayuda —me reprendió haciéndome sonreír.

Aquello me causó gracia. Estaba toda asustada por ser descubierta, pero a la vez, disgustada por mi escasa ropa.

Si bien es cierto, tenía que parecer que me estaba bañando en caso que, a la directora se le ocurriera entrar y si me viera vestido, obviamente sospecharía, pero también quería sacar provecho de la situación, y tenerla conmigo un rato, poder besarle como lo había hecho, recorriendo sus curvas con las manos hasta donde me fuese permitido. También le había propuesto quedarme completamente desnudo, pero recibí un manotazo por parte de ella de inmediato. No pensaba hacerlo, pero fue gracioso verle la cara toda colorada.

Le hice una señal con el dedo para que guardara silencio.

—Señor Manson, vístase, por favor —era la voz de la directora.

—Estoy duchándome, directora. Creo que eso es lo que se hace aquí o vino a espiar—su ironía fue palpable.

—Controle esas hormonas y dígame si ha visto a unas chicas por aquí.

Catalina se tensó. Y le pedí con la mirada que se calmara.

Manson era mi amigo y no nos delataría.

Escuchamos su risa.

—Créame directora, con todo el debido respeto, si hubieran entrado chicas aquí, estuviera haciendo de todo, menos dándome una ducha. Téngalo por seguro.

Le sonreí a Catalina para tratar de tranquilizarla. Estaba demasiado nerviosa, pero me devolvió la sonrisa. O más pareció una mueca, pero no la culpaba.

Traté de escuchar algo de su plática, pero solo se escuchaban susurros. Eso me preocupó.

—Todos. Desocupen las duchas —gritó el capitán.

Mierda

Catalina palideció y estaba seguro que sus amigas estaban igual.

—Voy a hacer algo, pero necesito que confíes en mí. Todo saldrá bien.

Ella solo asintió.

Solo esperaba que mis palabras no me traicionaran.

Envolví la toalla en mi cintura y salí de la ducha.

—¿Por qué hay tanto alboroto? —pregunté frunciendo el ceño. Me hice el sorprendido —Señora directora, buenas tardes. ¿Qué hace aquí?

—Señor Echevarría, buenas tardes —noté como se sonrojó. —¿Usted ha visto unas chicas entrar a estos vestuarios?

Toqué Fondo #StarsAwards17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora