Después de llegar a un acuerdo, y que Ana y Eugenny hicieran las paces, Joseph se acercó al pequeño grupo para dar un aviso a su ama.
Por atender a Jack mientras estaba convaleciente, la hija del Dr. Eric Olid, había descuidado sus labores para con la gente humilde. Por lo regular, cada tercer día ella bajaba al pueblo y visitaba a los enfermos, los revisaba y atendía con ayuda de sus criados quienes habían aprendido bastante de medicina. Al no poder ella ir, los pueblerinos tomaron la decisión de ellos ir a buscarla hasta su propiedad. Eran alrededor de treinta personas: mujeres, niños, ancianos, hombres; todos esperando a ser atendidos por Ana.
Ella dio la orden de que se instalaran en el salón principal, dentro de la casa y que les fueran preparados alimento y bebidas calientes para que comieran mientras esperaban a ser revisados.
Jack miraba desde lo más alto de una gran escalera las actividades de Ana. Sí que le sorprendía esa mujer. Era inteligente, era poseedora de una gran fortuna y además de un gran corazón. Sin darse cuenta, una muy ligera sonrisa se había estampado en sus labios. Se sentía raro, un sentimiento extraño comenzaba a surgir en su interior. No era del tipo de alteraciones que una vez sintió por una hermosa española, ni la lujuria que le producía la rubia que conoció en Port Royale. No era nada de eso, no, no. Se trataba de algo totalmente diferente ¿Admiración tal vez? Quizá. Jamás había tenido la oportunidad de conocer a alguien así, a alguien de su clase, con ese tipo de ideales, dispuesta a ayudar sin mirar a quien y sin importarle que los demás la señalaran. ¡Un momento! ¿Qué estaba ocurriendo? ¿El Capitán Jack Sparrow sintiendo admiración por alguien? ¡Eso no podía ser! La sonrisa se borró del rostro cuando se dio cuenta de ella. Jamás había admirado a nadie más que a él mismo. Él era el Capitán Jack Sparrow, bandido, un descarriado, un muy afamado pirata buscado por todos los siete mares, no podía sentir esa clase de cosas. No podía. No debía.
—Ella siempre fue así. —la voz de Eugenny lo volvió a sacar de su ensimismamiento.
—¿Disculpa?
—Ana. Sus padres le inculcaron todo esto. Le gusta ayudar a las personas más necesitadas. Sin contar a la mayoría de nuestra clase, todos en el pueblo quieren mucho.
—Me doy cuenta de eso. —Jack se llevó una mano a una de sus heridas y recordó cómo lo había tratado mientras estaba grabe. Nadie lo había tratado así en mucho tiempo.
—Me agradas Jack —"Capitán Jack Sparrow", corrigió el pirata en su mente, la rubia prosiguió —. Pero no quiero que le causes más problemas a Ana. Lo mejor para todos es que te vayas lo más pronto que puedas.
Dicho eso, la mujer rubia bajó las escaleras, se despidió de su amiga y se retiró de la propiedad.
Eugenny tenía razón, él debía de irse lo más pronto posible. Comenzaba a sentir los estragos de estar tanto tiempo en tierra firme.Desde uno de los balcones de la casa, vio como el grupo de gente se marchaba. Ana los despedía desde la puerta. Todos se marcaron menos una mujer joven que se quedó conversando un poco más con la aspirante a médico, los demás llevaban cajas de madera con frutas, vegetales y otros alimentos. Desde lejos podía ver que iban muy contentos.
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No todos los tesoros son de oro y plata
FanficEl Capitán Jack Sparrow ha sido encontrado herido en una isla en el caribe, una joven huerfana, heredera y aspirante a médico cura sus heridas. La vida de los dos cambia por completo cuando ambos se ven enredados en un juego de mentiras en el cual e...