Un hombre alto y delgado, de aspecto horrendo llegó a la Isla Tortuga en un pequeño barco que intentaba hacerse de suministros.
El sujeto de nombre desconocido, vestía únicamente con un par de botas de cuero, un pantalón oscuro, un chaleco que había perdido la mayoría de los botones y un sombrero de paja. Traía un pequeño morral colgando a un costado, en donde guardaba sus menguadas pertenencias.
Caminó por las caóticas calles de la ciudad, escuchando la diversidad de la música, gritos y cristales chocando contra el suelo o las paredes. Se adentró a una taberna conocida como La Novia fiel, buscó entre las mesas y se acercó a un hombre mayor que tenía sentada sobre sus piernas a una linda jovencita.
—¿Tú eres Joshamee Gibbs? —preguntó el hombre que acababa de llegar.
El otro sujeto se molestó ante la interrupción —Así es. ¿Qué quieres?
—Traigo un mensaje para ti.
—Así ¿Y cuál es ese mensaje?
El hombre más joven sacó de entre sus cosas un trozo de papel maltratado y doblado, se lo entregó a Gibbs quien antes de leer su contenido, reconoció la letra.
—¿Puedes disculparnos, tesoro? —se dirigió a la joven que se encontraba sentada en sus piernas, ella obedeció y se retiró. El hombre comenzó a leer el breve mensaje que le habían llevado, no decía de quien provenía peo eso no era necesario, sabía perfectamente quien era el autor.
"Vuelve con mi precioso Perla, perro sarnoso. Sigo en Punta Dorada, en Santa Rita."
Le dio al hombre un par de monedas y después este desapareció.
El maestre Gibbs se levantó de su asiento y reunió a la tripulación del Perla Negra.
En la Isla de Santa Rita, Jack y Ana seguían con su tortuoso pacto de mentiras; el pirata sentía que se volvía adicto a ellas y eso le preocupaba.Por lo mismo no veía la hora en que esa rata asquerosa de Gibbs llegara a rescatarlo. Aunque él era un maestro del engaño, Ana mentía tan bien que comenzaba a creer en sus palabras. Cada que ella le decía que lo amaba, cada que ella pronunciaba una frase de amor se sentía tan vivo como muerto. A pesar de que le gustaban sus falsas declaraciones, no podía dejar de sentirse terrible, que en venganza le respondía de una forma tan convincente como ella lo hacía, con la esperanza de que Ana también se sintiera como él.
Sin embargo, no se arrepentía del juego en el que se había metido. Se imaginaba que todo era real, aunque cada palabra y cada beso, se habían vuelto dulces y amargos a la vez.
Ambos se encontraban en la playa bajo el acantilado en la casa de Ana. Ella le había contado la razón por la que todos llamaban a su casa "Punta Dorada" : cuando el sol se metía, los últimos rayos del sol se reflejaban en la mansión y todo el acantilado, y todo se tornaba de un color dorado que podía apreciarse desde el pueblo. Dicho dato, le había parecido interezante para Jack, ya que le había servido como referencia para darle su ubicación a Gibbs.
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No todos los tesoros son de oro y plata
FanficEl Capitán Jack Sparrow ha sido encontrado herido en una isla en el caribe, una joven huerfana, heredera y aspirante a médico cura sus heridas. La vida de los dos cambia por completo cuando ambos se ven enredados en un juego de mentiras en el cual e...