capitulo 16 Epilogo IV Mi rara, pero hermosa familia

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Parado en la rama de un árbol enorme y frondoso estaba un ANBU con máscara de halcón, alto, cuerpo bien proporcionado y marcado, pero sin exagerar, cabellera alborotada en picos de color negra. Desde donde se encontraba el ANBU podía ver la entrada de la aldea de Konoha. -Teme ya falta poco, así que deja de ver la aldea o la vas a degastar con tu mirada gélida. –dijo una voz ronca y varonil en un tono burlón y juguetón. El ANBU chasqueo la lengua con molestia y volteo hacia arriba viendo que parado boca abajo en la rama que estaba unos metros arriba de él estaba otro ANBU de cabellera corta de color rubia que la tenía algo revuelta, cuerpo bien proporcionado y marcado, usando una máscara de zorro. -Estoy ansioso por regresar y ya no tener que aguantar a un dobe como tú. Con un mes estando contigo fue más que suficiente para mi integridad mental. –dijo con fastidio empleándole un leve tono de burla. -¡Teme! –gruño molesto dejándose caer dando una voltereta en el aire para caer de pie a su lado. – deberías de sentirte honrado por haber hecho esta misión larga con el futuro hokage. –dijo con arrogancia poniendo sus manos en la cadera estilo jarra y el pelinegro rodo los ojos bajo su máscara. -Pues solo siento ganas de alejarme lo más posible de ti y no verte en un buen tiempo. –dijo con desagrado y el rubio frunció el entrecejo bajo su máscara. -Pienso igual. –dijo cruzándose de brazos a la altura de su pecho y volteando su rostro a lado contrario mientras que el pelinegro lo miraba de reojo. -Tienes treinta y tres años, compórtate como tal y deja tu berrinches. –dijo con cansancio y el rubio bufo molesto. -¡Vámonos que ya no aguanto tu amargura que peligro es contagiosa! –dijo con desagrado. –no sé cómo tus hijos y esposa te aguantan. -Lo mismo digo de tu esposa e hijos. -¡KYyaaaa...! ¡es verdad! ¡ya tengo ganas de ver a mi familia! –el rubio empezó saltar las ramas de los árboles. – ¡espéreme chicos que ya casi llego! –grito enérgico saltando con más velocidad. -Dobe. –el pelinegro negó resignado con la cabeza y comenzó a saltar las ramas de los árboles también siguiendo a su compañero. El par de ANBU ya se había adentrado en la torre de la Hokage y estaban siendo guiados por Sizune hacia su despacho. La pelinegra se detuvo frente la puerta y los ANBU atrás de ella, Shizune toco levemente la puerta y la abrió cuando recibió el consentimiento de la quinta al otro lado. Los tres se adentraron al despacho viendo a la rubia sentada atrás de su escritorio (que por cierto gracias a su jutsu sigue manteniéndose igual de joven la canija ¬¬) y frente a ella estaban tres chicos de entre quince y dieciséis años, junto con un castaño alto de cuerpo bien formado, con un extraño peinado en forma de piña, parado de una forma curvada algo despreocupada. Al oír pasos los chicos junto con el castaño voltearon levemente dejando ver su rostro.

El que estaba parado a la izquierda era un chico de estatura promedio para su edad, pelo largo algo alborotado de color castaño, ojos color almendra y levemente rasgado, piel bronceada, de facciones salvajes y apuestas. Vestía una chamarra roja con negro y un pantalón del mismo color, sandalias ninjas rojas, la banda de la aldea la tenia amarrada en su cuello, y su estuche de armas en su pierna izquierda. Luego estaba una chica un poco más baja que el castaño, piel levemente clara, facciones delicadas, femeninas y lindas, ojos grandes de color marrón, cabellera larga de color pistacho y la llevaba recogida en dos medias coletas. Vestía un pantalón holgado estilo chino color blanco, una blusa de tirantes color azul, la banda de konoha la llevaba amarrada en la cintura, y su estuche de armas lo llevaba amarrado en su pierna derecha, sus sandalias ninja eran de color celestes al igual que sus coderas. El tercer chico era de cabellera lacia de color negra, la tenia levemente larga y cortad en leves capas y unos cortos mechones cayéndole en la frente. Era el más alto de los tres chicos, su rostro era hermoso con facciones delicadas y masculinas, sus ojos rasgados eran de color negro, tenía una mirada penetrante. Vestía un bermuda de color negro y una playera de mangas cortas holgada de color blanca con el símbolo de un abanico blanco con rojo bordado en su espalda, sus sandalias ninja eran de color azul al igual que sus coderas y rodilleras, llevaba amarrada en la frente su banda de konoha y sus pies estaban vendados. Miraba con curiosidad al ANBU pelinegro que lo ignoraba y solo miraba con aburrimiento a la quinta. -¡retírense! –dijo la quinta mirando a los chicos y el castaño adulto, los cuales dieron media vuelta. -¡Bienvenido! –susurro el pelinegro cuando paso alado del ANBU pelinegro, el cual sonrió de forma torcida bajo su máscara. -¿y bien? ¿Cómo les fue? –pregunto con seriedad la quinta cuando la puerta fue cerrada. -¡De maravilla vieja dattebayo! –dijo enérgico el rubio quitándose su máscara dejando ver a un apuesto hombre de piel bronceada, facciones maduras y varoniles, unas extrañas marcas en las mejillas que parecían bigotes, ojos rasgados de color azul cielo, sonriendo de oreja a oreja dándole un aire zorruno. -¡Que no me llames vieja idiota! –grito exaltada la rubia en el momento que tomo su escritorio y se lo aventó estampándoselo en la cara, el ANBU pelinegro alcanzo a saltar quedando parado en el techo usando su chakra. -Baka. –dijo resignado el pelinegro mientras se quitaba la máscara dejando ver un rostro varonil con facciones hermosas y masculinas, piel clara, sonrisa torcida, ojos rasgado color negro que miraban con burla al rubio tirado en el piso con ojos en forma de espiral.

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