25. Fin del juego

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Hoseok y Jimin estuvieron lo que quedaba de mañana limpiando. Luego comieron y estuvieron jugando a videojuegos en la Play Station. Se hicieron las cinco y estaban ya un poco cansados de tanto pique.

-¿Crees que debería irme? ¿A dónde irá Kook? –preguntó Jimin.

-Que viene de madrugada, pesado... Y seguramente irá a tu casa.

-Ya estamos, como no dejes de decirme cosas desagradables voy a tener que castigarte –dijo el del pelo naranja alzando una ceja.

-¿Ah sí? ¿Y cómo piensas castigarme? –preguntó Hoseok divertido.

-Eso es muy fácil, te ato a la cama y me desnudo delante de ti.

-¡No! ¿Y yo vestido?

-Claro, tú vestido, igual me desnudo bailando y luego me voy, te dejo allí atado con la erección.

-Vale, eso es un castigo horrible. No me castigues.

-También puedo atarte y jugar a tocar y besar las partes de tu cuerpo que me apetezca mientras que tú simplemente tienes que aguantarte, vestido.

-¿Por qué siempre quieres atarme? –preguntó Hoseok.

-No sé, para que no puedas defenderte –dijo el menor divertido.

Estaban sentados en el sofá. No tardaron en quedar el uno encima del otro, el mayor debajo y el otro sonriendo, bastante divertido encima de él.

-¿Por qué tienes que sonreír así? Deja de sonreír, niño.

-¿Por qué? ¿No te gusta mi sonrisa? –preguntó Jimin.

-El problema es ese, que me encanta.

-Pues eso no es un problema –se quejó el menor.

Se quedaron mirándose en silencio y terminaron quedándose abrazados en el sofá, con los ojos cerrados, dejándose caricias mutuamente. Estaban disfrutando, tenían confianza y estaban a gusto en silencio sin nada de fondo, el castaño llegó a notar como el otro se quedaba dormido a ratos.

A veces se movían y se dejaban algún beso en alguna parte del cuerpo. Todo se terminó cuando Jimin se levantó para ir al baño, dejando al otro tumbado en una posición que a él le parecía bastante sensual.

-¡Hobi no seas tan sexy! –se quejaba el otro mientras se iba por el pasillo.

Hoseok sonreía. Su amigo se le venía a la mente cuando se quedaba solo, pero en realidad iban a terminar. ¿Qué había de malo en estar así con el chico del pelo naranja unos días antes de que terminaran? Por no hablar de que no sabía lo que estaba haciendo él con el tal Suga aquel.

Escuchó como el menor salía del baño y se iba a la habitación, así que decidió seguirle, tal vez iba a vestirse porque se iba ya.

-Hobi... ¿Dónde tengo la mochila?

-Aquí –comentó el mayor y la cogió de detrás de la puerta, en un perchero. La mochila estaba vacía de la ropa que había llevado.

Le pasó la mochila pero antes de que pudiera cogerla se la escondió detrás de la espalda.

Jimin lo miró divertido y se acercó a cogerla, pero el otro se movió, así que terminaron jugando de nuevo, muy pegados, y los labios del castaño se acercaron a encontrarse con los otros. Fue correspondido, y de nuevo apareció esa sonrisa pilla del menor.

Sus labios se unieron de nuevo, la mochila cayó en la cama pero ya ninguno la buscaba, ahora sus manos buscaban más tocar sus cuerpos.

-Jimin...

Danger [SuKook & HopeMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora