1. Un íntimo mensaje

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Era la hora del medio día y hacía bastante sol puesto que iba a empezar el verano. El calor a las doce de la mañana era bastante insoportable y por eso la mayoría de las personas estaban refugiadas en sus casas o bañándose en algún lugar donde pudieran encontrar agua fresca. Las calles de aquel pueblecito deberían estar desiertas, pero no era así, había bastante gente en la calle.

Min Yoongi era uno de los paseantes que estaba de un lado a otro con su cámara, sacando fotos de las cosas curiosas y observando el lugar. Las calles estaban repletas de pequeños puestos ambulantes que seguramente en invierno no estarían allí, pero en las épocas estivales había más puestecitos que personas. En ellos se vendían pulseras, juegos para los niños, comida, jabones, inciensos, hierbas para el té... Lo típico que solían vender en los pueblos turísticos como aquel. Estaba situado cerca de Haeundae, Busan. Un lugar con una preciosa playa y sin tener que soportar el ajetreo y el ruido de la ciudad.

Yoongi era un chico con el pelo negro, no muy largo pero con flequillo. Tenía 25 años recién cumplidos y era bastante guapo y atractivo. Su trabajo era el trabajo que él consideraba el mejor del mundo, reportero para una revista. Le encantaba viajar y hacer reportajes de todo lo que veía, sacar fotos y escribir sobre las cosas que experimentaba, simplemente era como un sueño para él poder viajar por todo el mundo y no solo por Corea, pero últimamente estaba centrado en el turismo de su país y por eso estaba en aquel pueblo turístico, un lugar que no era como esas ciudades llenas de hoteles y centros comerciales, con anuncios de Hello Kitty o Doraemon cada tres pasos, con tiendas tecnológicas llenas de pantallas y paneles luminosos, tráfico en las calles... era un pueblo sencillo y rural, con personas que solían ir caminando o en bici como modo de transporte. Era un sitio donde no había hoteles, solo podías dormir en dos hostales o alquilando habitaciones o casas, las cuales eran muy baratas.

El chico ya tenía hambre por lo que se disponía a volver al hostal, cuando vio un puesto de libros. Se quedó mirándolos y casi los había leído todos, pues le encantaba leer, pero vio uno que era bastante antiguo. También lo había leído, era un libro que había leído todo el mundo que hubiera ido a la escuela ya que solían mandarlo leer a los chicos adolescentes en clase porque era un libro muy importante para la literatura coreana... "La historia de los tres reinos", escrito por Kim Busik y obviamente adaptado a una literatura más adolescente en coreano moderno.

Compró aquel libro para releerlo, le apetecía simplemente recordar aquella historia y lo compró antes de volverse al hostal, donde pudo comer mirando al mar ya que el bar tenía una terraza desde la que se accedía a la playa. No había más tranquilidad que comer mirando al mar en un lugar poco bullicioso y sin contaminación de ruidos o luces.

Ese era por desgracia el último día que estaría en aquel pueblo de HaeunDae, tenía que volver a su casa en Incheon, ciudad bastante distinta, con tráfico, humo, contaminación y personas corriendo por las calles...

Después de volver a la habitación y redactar el reportaje acerca de aquel pueblo en el que estaba, quería disfrutar de un fin de semana tranquilo en otro pueblecito costero como en el que estaba, se estaba planteando realizar reportajes por todos los pueblos que hubiera en Corea, aunque claro, la gente seguramente no estaría interesada en leer siempre lo mismo, por lo que descartó aquella idea.

Cuando terminó de comer no le quedó más remedio que volver a la habitación para hacer las maletas, dentro de un par de horas tendría que ir a casa de nuevo y el viaje que le esperaba era bastante largo con el coche, eso era lo malo, además le gustaba más ir en avión cuando viajaba a los sitios, pero solo solía hacerlo cuando salía del país.

Terminó de hacer la maleta y cuando miró el reloj vio que le quedaba bastante rato, por lo que pensó que lo mejor que podía hacer era comenzar a leerse aquel libro que acababa de comprar mientras se asomaba al balcón, en aquella silla, con el mar de fondo. Pero no comenzó a leer como esperaba. Nada más abrir el libro después de observar tranquilamente la pasta, la portada y todo lo que se podía observar en cualquier libro viejo... abrió la tapa y en la primera hoja se encontró una curiosa nota que le hizo reír levemente por el contenido, a pesar de sentirse curioso.

Danger [SuKook & HopeMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora