34. La venda

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Hoseok y Jimin seguían besándose pegados a la puerta, y el mayor tenía cierta urgencia por tocar cada parte del cuerpo ajeno. No era para menos con lo trabajado que estaba, sin embargo el menor estaba algo más relajado.

El castaño empezó con el siguiente paso, para lo que metió la mano bajo la camisa blanca que llevaba su ahora novio, pero este le agarró la mano para parársela.

-¿No quieres que te ayude...?

-No, porque tengo algo que mostrarte –dijo Jimin sonriéndole y le robó un corto beso.

-¿Qué es?

-Siéntate en la cama. Te mostraré el examen que tuve esta mañana, he sido el mejor de clase y lo quiero compartir contigo.

-¿Vas a bailar para mí?

-Eso es, modificaré el baile un poco para la ocasión.

Mientras Hoseok se acomodaba en el centro de la cama con la espalda apoyada en el cabecero, Jimin puso la música en su móvil y además se tapó los ojos con una venda morada que brillaba un poco, puesto que el tejido era raso.

Comenzó a bailar sin ver nada, pero a Hoseok aquello, aparte de parecerle increíble, le ponía muy caliente. Era muy sexy y los pasos que hacía eran muy tentadores, acordes con la música que había puesto.

En un momento dejó de bailar tan bien para quedarse quieto y empezar a moverse algo más en el sitio, desabrochándose la camisa. Cuando le quedaba solo un botón se dio la vuelta y a abrió, pero el mayor no pudo ver nada. La música se terminó y él seguía de espaldas con la camisa abierta.

-Ven...

La voz del menor parecía dictada por los deseos de Hoseok, que ansiaba ir hasta él. Lo agarró por detrás con una mano alrededor de la cintura y, aprovechando que enseguida Jimin llevó su diestra a su cabeza ladeando la cabeza, él puso la mano sobre la del menor, acoplando su rostro cerca de su cuello.

-¿Por qué me gustas tanto...? –preguntó el mayor en un tono sensual.

-No lo sé... Pero tú a mí también me gustas...

Hoseok fue guiando la mano de su chico, desde su cabeza hacia el cuello de él y luego fue bajando las dos manos hasta el pecho de él. Hizo una pausa, pues tenía que dejar un beso en su cuello antes de retomar la marcha por el abdomen y llevar las manos hacia la entrepierna del menor. Jimin tocaba su miembro con su propia mano sintiendo la del mayor sobre la suya, dejó escapar un gemido para ponerle más caliente.

-Nos falta un espejo –susurró Hoseok y dejó otro beso en el mismo lugar que antes.

-En el baño, en el armario, seguro que hay uno.

-¿Puedes ver algo?

-Nada –susurró Jimin y dejó escapar otro gemido al notar el siguiente beso que le dio, algo más húmedo que los de antes.

Seguido de aquello, pues no pensaba irse a buscar un espejo, el castaño guio la mano del chico por dentro del pantalón para que pudiera tocarse mucho mejor.

No tuvo que decírselo, el del pelo naranja empezó a acariciarse el bulto que notaba en el bóxer, no iba a ser la primera vez que se masturbaba, aunque sí era la primera vez que lo hacía delante de alguien. Hoseok sacó de allí la mano y le desabrochó los pantalones, luego los bajó lo justo para que cayeran por la propia gravedad. El menor sacó de allí sus pies y metió él solo la mano debajo del bóxer para tocarse más cómodamente.

El castaño empezó a llenar de besos húmedos todo su cuello, aunque la camisa le molestaba ya que quería seguir su camino por los hombros. Ya que no podía, subió a la oreja dejando escapar suaves jadeos mientras que sus manos disfrutaban de tocar los abdominales del menor, recreándose con tranquilidad en ellos.

Danger [SuKook & HopeMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora