Danger [SuKook & HopeMin]

27. Siempre malhumorado

Habían pasado dos semanas de aquello. A pesar de que todos trataban de llevar sus nuevas relaciones con normalidad, era complicado. Jimin había llevado muchas de sus cosas a la casa de Hoseok, no eran novios, pero su atracción no había parado de crecer a pesar de la culpabilidad que sentían y, sin sexo, dejaban que sus instintos llevaran a sus manos y labios a besar y tocar al otro cuando estaban cerca.

Por su lado JungKook estaba haciéndose a la idea de vivir solo, sin tener a nadie que le esperase en casa o volver con Jimin de las clases. Cocinando solo para él, durmiendo solo en aquella cama grande y pensando en qué estarían haciendo los otros dos. Pero no todo era malo, se mensajeaba con Yoongi y se llamaban muchísimo, casi todo el tiempo, y a veces hacían video llamadas. Ya le había contado todo lo ocurrido aquella noche y trataban no sacar el tema, aunque a veces era imposible.

Aquel jueves por la tarde habían ido Jimin y Hoseok a la casa del menor, iban a cenar juntos. La casa estaba algo más recogida que cuando solía vivir allí Jimin, por el contrario, estaba más desordenada la del mayor.

-Espera, ya llegan, voy a colgar –dijo JungKook mirando la pantalla de su móvil, en ella estaba Yoongi.

-Noooo... No me cuelgues.

El castaño fue a abrir la puerta riendo por lo insistente del mayor, siempre quería quedarse más con él y, sin duda, le gustaba que fuera así.

-Suga... me tengo que ir.

-Espera, espera... lánzame un besito de esos tuyos.

JungKook le lanzó un beso bastante cute entre risas cuando sonó de nuevo la puerta.

-¡Adiós Suga! Te hablo luego –dijo el menor y colgó, lo último que vio en la pantalla fue la cara de desaprobación del pelinegro, pues le parecía gracioso lo tierno que podía llegar a ser.

Abrió la puerta y aparecieron los dos con tres cajas de pizzas. Se saludaron alegres aunque había cierta mentira en tanta felicidad. No tardaron en ponerse a comer mientras se contaban lo que habían estado haciendo durante los días que no se vieron tanto, pero el momento fue interrumpido por una llamada de teléfono al del pelo naranja.

-¿Qué? No, pero estoy en casa ahora. ¿Quieres subir? –la persona al otro lado de la línea le colgó.

-¿Qué pasa? –preguntó Hoseok.

-Qué raro... Taehyung, llevaba sin hablarme meses. Dice que va a subir a casa –comentó Jimin y sonó la puerta, se fue a abrir.

JungKook suspiró, ya sabía por qué había ido. Le iba a contar lo que vio de él y Yoongi a su ex.

No tardó en aparecer, se le veía molesto, bastante de hecho. Ni si quiera saludó, pero se quedó mirando a JungKook y luego miró a Jimin, y volvió a su cabreo interno.

-¿Me quieres decir que pasa? –preguntó el del pelo naranja.

-¿Sigues saliendo con él? –preguntó Taehyung señalando con desprecio a JungKook.

-No, hemos cortado. ¿Por qué? –preguntó Jimin.

-Porque... ¿Entonces qué haces aquí con él?

-Seguimos siendo amigos –aclaró JungKook.

-¿Después de lo que le has hecho? –preguntó Taehyung.

-Sí, bueno, le hice algo parecido con su mejor amigo... Hoseok. ¿Te acuerdas de él?

-Hola –dijo el mayor.