Danger [SuKook & HopeMin]

29. El esperado encuentro

Habían estado besándose desde que entraron por la puerta, sonriéndose y mirándose con cariño. Yoongi ni si quiera había visto el resto de la casa, apenas se había fijado en la entrada y en el sofá donde estaba sentado, en el salón. Pero solo tenía ojos para el castaño y atenciones para él.

Les paró de sus besos las tripas del menor que sonaron en más de una ocasión, pero ya empezaban a rugir.

Los chicos comieron y Yoongi pudo conocer su casa. Había fotos de él, de más gente que salía con él. La decoración era bonito y se le veía una persona ordenada y limpia, como él, y eso le gustaba mucho.

Después de la comida, el postre no se hizo esperar. Lo que empezó con unos besos de sabor a chocolate, terminó siendo una apasionada tarde. Primero en la cocina, sobre la mesa, y después de un descanso en el sofá, siguieron allí terminaron en la ducha. Las dos semanas sin estar juntos se notaron tanto que no podían dejar de amarse.

Casi era la hora de cenar y ellos estaban en el sofá con los cabellos mojados, abrazados y dejándose caricias por cada trozo de piel libre que encontraban, y si no había, metían las manos bajo sus ropas.

-Suga... ¿Cuándo voy a saber más de ti?

-¿Qué quieres saber?

-Todo... No sé tu nombre, por ejemplo. Tú sabes el mío.

Yoongi dejó escapar una risa cuando dijo aquello y luego dejó escapar el remolino que había formado en el cabello ajeno con dos de sus dedos y se quedó en silencio pensando la respuesta.

-Es cierto que sé tu nombre, pero no lo utilizo, te llamo Nochu.

-Pero lo sabes, y sabes cómo es el nombre de mis amigos, dónde estudio, cómo es mi casa, cómo es... todo.

-Mira, Nochu, está bien, te diré mi nombre. No es que no quiera decírtelo, en realidad tengo ganas de escuchar cómo pronuncias mi nombre con tus propios labios... Pero pensando sobre ello he decidido que cuando te diga mi nombre, será en un momento muy especial entre nosotros.

JungKook lo miró y parpadeó un par de veces, ya hacían cosas especiales, no sabía qué podía ser. Tal vez hablaba del inicio de una relación más seria, o cuando le presentase a sus padres, o... En realidad no tenía ni la menor idea de cuándo sería eso.

-Me voy a enterar el día de la boda –bromeó el menor tras quedarse en silencio unos segundos y luego se acurrucó cerrando los ojos.

Yoongi rió un poco y se acercó a darle besos por el rostro para que no se enfadara con él. Solo tendría que esperar un poco más si la cosa iba como había ido hasta ese momento.

-¿Cuándo te dan las vacaciones? –preguntó el pelinegro.

-Pues... se supone que cuando acabe los exámenes si no tengo que recuperar, y eso sería dentro de dos semanas. Esta semana me dejan estudiar y no tengo clases ya.

-¿Ya? ¿Y cómo llevas los exámenes?

-Menos un par de ellas que son más complicadas, el resto aprobaré con buena nota. Estudiaré más las dos que se me dan mal. ¿Tú cuándo tienes vacaciones?

-Yo puedo trabajar desde casa, desde la playa, desde un avión o colgado de un paracaídas... Bueno, no, desde un paracaídas no porque allí no creo poder llevarme el ordenador. A veces voy a la oficina, me gusta hablar con mis compañeros de vez en cuando.

-¿En serio? ¿Vas cuando te da la gana?

-Sí, o cuando necesito algo. Es lo bueno de mi trabajo, solamente tengo que visitar los lugares que me asignen o que yo proponga y escribir sobre ello. Ah, debo hacer fotos también pero es hasta un placer, me encanta la fotografía –dijo el mayor.