33. Un gato con una nota especial

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Yoongi y JungKook estuvieron viajando en coche un rato, y llegaron a un garaje donde el pelinegro aparcó y sacó las cosas para ir al ascensor. Llegaron a un piso y él abrió la puerta, el castaño no sabía dónde estaban o dónde le había llevado. No había ido prestando atención al camino y no sabía si era un hotel, un apartamento para unos días o su casa.

Entraron, estaba todo decorado bastante moderno y estaba ordenado y limpio. Pero tenía demasiados detalles decorativos como para que fuera un hotel o un apartamento para unos días.

-¿Dónde estamos...? –preguntó el menor.

-Bienvenido a mi casa. ¿No te quejabas de que querías saber muchas cosas más de mí?

-¿Me has traído...? ¿Esta es tu casa?

-Sí... ¿No te gusta? –preguntó Yoongi.

No tardó en enseñarle la casa entera y luego lo llevó a cenar fuera, a uno de sus restaurantes favoritos, y le mostró los lugares que solía frecuentar contándole algunas cosas de su vida. También se sacaron muchas fotos. Lo único que interrumpió su maravillosa cita, fue un mensaje de Jimin con la ubicación que debía mandarle a su amigo.

Una vez reenviada y tras haberle insistido a Hoseok que no faltara porque debía contarle algo extremadamente importante, siguieron disfrutando de su compañía. La maleta de JungKook había sido preparada mínimo para una semana, pero no sabía qué clase de sorpresas le tenía preparada aquella semana el mayor.

Por otro lado estaba Hoseok. Por un lado seguía molesto, Jimin no había vuelto a casa y no tenía ganas ningunas de salir, pero su amigo lo necesitaba así que, preocupado, se arregló bastante normalito con unos jeans y una camiseta para ir hacia el lugar donde le había mandado la ubicación. No sabía qué hacía allí y no estaba en su casa.

Se dirigió hacia un restaurante que había en una azotea de un edificio. Lo cierto es que nunca había ido allí y no sabía cómo era, pero google maps logró llevarle sin problema alguno.

Se había hecho de noche y al llegar a la parte de arriba, comentó que un amigo estaba esperándole. Le acompañaron pero se sorprendió de lo bonito del lugar. Estaba iluminado con luces anaranjadas, íntimas, pero eso no era lo que más le sorprendió, fueron la cantidad de rosas que había en ese sitio, de todos los tipos. Entonces recordó que alguna vez había escuchado que en Seúl había una azotea con un jardín de rosas, debía ser ese. Había algunas parejas cenando, grupos de amigos, pero lo llevaron a un sitio al fondo en el que dejaba de haber gente y, bajo una pérgola con una decoración de farolillos de colores, vio a un chico sentado esperándole, y no era JungKook. No dijo nada porque estaba acompañándole una camarera.

-Aquí es, disfruten del entorno, enseguida vendremos a tomarles nota.

La chica se fue dejándolos solos y ellos solamente se miraron en silencio. El menor con una sonrisa y el otro con cara de sorpresa, había estado bastante enfadado pero ahora ni lo recordaba.

-Jimin...

-Siéntate y sonríe un poco, cada vez que hago algo bonito me miras como asustado –bromeó el menor.

-Pero... ¿Y JungKook? ¿Está bien...?

-Está con su chico en su casa, en la casa del chico, vamos que está muy lejos de aquí.

-¿Y entonces...? ¿Cómo lo has planeado...? ¿Y por qué? –preguntó Hoseok.

Se sentó despacio, mirando alrededor. Se fijó en la ropa que llevaba Jimin, era simple pero en él quedaba estupendamente. Llevaba puesto sus jeans habituales, con los que había salido por la mañana de casa, pero arriba tenía una camisa blanca. Además desprendía un olor bastante masculino pero a la vez dulce, no era una colonia que él llevara, desde que lo conocía no había olido nunca así.

Danger [SuKook & HopeMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora