Especial-Entre mundos

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Salazar yacía ante el portal el cual estaba cerrado, posó su mano en este sintiendo el frío de la piedra, alzó la vista puesto que se informó de un eclipse solar por lo que apreció el cielo viendo con lentes como la luna se acercaba al sol, se preparó puesto que leyó que si lo intentaba cruzar ocurriría algo increíble pero solo eran leyendas mas su mente comprendía la realidad más allá del cuento, dio un suspiro y se sentó en la estatua, Forest ya había cruzado y volvió al mismo tiempo. ¿Pero que pasaría en un eclipse solar si el de Forest fue lunar?

Sintió el bajón de aire, oxígeno y demás le costó respirar unos segundo al oscurecerse el lugar oír el eclipse, por unos milisegundos no sintió extremidades pero sí su cuerpo alargarse en gran manera hasta que salió por el otro lado de la academia estatua a ese mundo desconocido.

Por otro lado una chica también cruzó el portal cayendo de tropezón frente esta, algo confundida miró alrededor desorientada, seguía en Canterlot pero se sentía distinto, los estudiantes eran lose mismos pero nada era igual, nadie la conocía la cual la hizo sentirse extremadamente ofendida pero solo tenia un objetivo el cual era... Su amada Rainbow Dash. Caminó sorprendiéndose fugazmente al ver a algunos alumnas y alumnos nuevos, no pudo evitar la risa al ver como algunos tenían prótesis mas se espantó como una intentó darle un puñetazo al rostro, logró agacharse viendo como Battery se retiraba tronandose los dedos.

Decidió ir a la cancha de futbol donde estaría practicando su amada y se sorprendió aun más al descubrir a un chico también, este era imponente sin duda alguna, Lemmon confundida se dispuso a examinarlo puesto se dio cuenta que era sin duda muy cercano a Dash pero a su vez no tenía ningún interés en ella, quizás lo podría usar para separar a su querida Dashie, puesto no podía ser de nadie más salvo ella, ni siquiera la insegura de Fluttershy la cual pensaba que era una clara estúpida, cobarde e idiota. Un suave rubor pasó por el rostro de Lemmon al ver como Dash se quitó un momento la camisa para secarse el sudor. Siguió discreta a McLaggen hasta las duchas mixtas, en las cuales se debía usar bañador, viendo el vapor aprovechó a entrar y quedó sorprendida de gusto... El chico yacía abrazado a Zephyr, el hermano menor de Fluttershy besándose con McLaggen el cual lo abrazaba de la cintura, la chica de inmediato sacó el móvil comenzando a grabarles, puesto esto para sus planes era definitivamente oro puro.

Pasaron las horas hasta el almuerzo donde parecía que Fluttershy y Rainbow discutían por algo, al parecer al buzón de la pelo arcoíris llegaban fotos de chicas desnudas, lo cual enojó demasiado a Shy al punto de llorar de rabia, la gota que colmó el vaso fue justo al llegarle un mensaje a la ambientalista la cual le rompió el corazón. A pesar que Dash intentó alcanzarla no lo logró. Rainbow cayó de rodillas y se sentía como algo, muy dentro de ella se resquebrajaba, dañando cada parte de su cuerpo y alma. Lemmon se acercó a consolarla mientras que aprovechándose de la dolencia sonrió a sus espaldas. "Nadie nos podrá separar" pensó la viajera entre dimensiones mientras miró los ojos de Rainbow antes de besarla pero se molestó un poco al no ser correspondida. "Quizas deba quitar más obstáculos de en medio".

Intentó recurrir a las Dazzlings pero estas yacían reconfortando a Sonata la cual estaba extremadamente alterada por la desaparición de su pareja la noche anterior, decepcionada fue donde su "mascota" y sonrió al ver a McLaggen dispuesto a obedecerla.

—Ya hice lo que querías... ¡¿Qué quieres ahora?!— Rugió el muchacho pero se volvió sumiso al ver un video.

—No me hables en dicho tono sino todo Canterlot High se enterará de que su más macho jugador después de Vulk es... Un marica— Sonrió con suficiencia notando el pánico en el rostro de McLaggen.

El chico apretando los dientes salió casi atropellando a Lemmon con múltiples cartas, las entregó pero su corazón se impregnaba de un sentimiento raro, doliía pero confundía su cabeza desde que al entregar la segunda carta chocó con una chica de cabellera roja y negra. Sintió unas punzadas al entregar la ultima carta. Ya en su hogar puesto que salía temprano rugió con tal fuerza de ira que logró hacer vibrar las ventanas.

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