Primera Prueba

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Twilight miraba el portal y volteó a sus amigas, ellas sabían que la pelo morado debía ir con la Princesa Celestial original, la aparición del Rey Sombra era algo con lo cual alarmarse sin duda alguna. Una vez que cruzó el portal cayó de boca al suelo al haber estado parada de forma erguida, Spike le ayudó a levantarse y estiró las alas algo entumecidas, comenzando a andar al salón del trono donde podría hallar a Celestia y a Luna. Una vez ahí les puso al día con lo que ocurría en aquel otro mundo, Celestia tenía una expresión seria al igual que Luna.

—Deben estar muy pendientes, el Rey Sombra alimenta su magia del dolor y la fuerza de los dragones, por eso su "ejercito" parece no tener emociones, ya los logró corromper arrebatando cualquier sentimiento en sus corazones, un ejercito sin piedad ni emoción según él puede derrotar lo que sea— Indicó Celestia mientras atraía con su magia un libro de la biblioteca.—Perdón Flash, no te vi de camino— Tras haber golpeado por error al guardia.—Si es cierto lo que me dices... Cuida muy bien de Spike y los demás alumnos, quédate unas horas para descansar... Te lo mereces. Twilight bostezó asintiendo y siendo escoltada por Luna fue llevada a su alcoba. 

En el otro lado Cinch revisaba los entrenamientos, desde las sombras de las otras academias pero le llamó la atención como el Rey Sombra era quien se encargaba de hacer las pruebas de ensayo mientras su amuleto parecía brillar. Por otro lado los de la academia Burning Soul solo veían las instrucciones y reglas de la prueba asintiendo mientras hablaban entre si. Nuestras chicas no entrenaban al haber detectado a Cinch antes de tiempo. Sunset reía viendo como Applejack se había inscrito en diseño para competir con el chico que celaba a Rarity.

—Chicas, voy a entrenar tiro con arco, la verdad suplantaré a AJ en esta categoría— Sonrió mientras tomaba un arco y algunas flechas empezando de forma fácil y sencilla, vio a la encapuchada acercarse y le invitó a unirse.— Bienvenida a Canterlot, me llamó Sunset Shimmer... ¿Y tú querida?— Exclamó mientras extendía la mano viendo a la encapuchada.

—No se... El director me halló en un vertedero de basura y me trajo a Burning Soul, lo consideró como un padre, no recuerdo mucho de mi vida antes de que me hallará, lo que si se es que me nombró "Outrider"— Mientras tomaba otro arco y sin quitarse la capucha apuntó en menos de 0,5 segundos dando al centro de la diana.

—¡Vaya, rápida y precisa— Se sorprendió Sunset al ver como hizo lo mismo con cada blanco, logró ver por un milésima de segundo el  ojo izquierdo de la chica, el cual parecía tener números en vertical pasando a gran velocidad lo cual confundió a la pelirroja.—¿Me dejas ver tu cabello? Lo poco que se te ve es increíble— Fingió Sunset pero solo obtuvo una negativa como respuesta. 

La encapuchada se dispuso a ir a la cafetería junto a otros tres de su academia los cuales tenían tapada alguna parte de su cuerpo, uno tenía tapados los brazos y otra el cuello, como evitando revelar algo. Las chicas dispusieron un picnic frente la estatua de la entrada para esperar a Twilight e informarle de la información recolectada.  Twilight antes de cruzar decidió hacer una ultima pregunta.

—¿Qué relación tuvo usted con un tal... Ozpin?— Dudó la joven pero se sorprendió al ver una expresión afligida en la alicornio. —Perdón no era mi intención recordar algo malo.—Exclamó muy apenada.

—La curiosidad no es ningún delito alumna mía, pero es algo que se debe tratar con mucho cuidado, ven siéntate, por que es una larga historia— Suspiró Celestia mientras se ponía cómoda al igual que Twilight. La Princesa comenzó su relato con una expresión melancólica pensando bien cada palabra.

Narra Celestia

Hace mucho tiempo, cuando Luna y yo eramos unas jóvenes, novatas en cuanto la magia, un corcel de crin gris y ojos dorados se ofreció como nuestro guía, nos sorprendimos al ver que era un Alicornio... El único macho que habíamos inclusive hasta la actualidad, nos enseñaba con piedad y honor, nunca debíamos discriminar a nadie sea lo que sea, poni terrestre, pegaso o unicornio, todos eramos iguales cuanto espíritu y vida. Nuestros estudios avanzaban a gran manera junto a él. Cuando debía marcharse solo decía "Es algo importante, practiquen, ya casi lograrán cierto hechizo" y desaparecía durante días sin dejar rastro hasta que...

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