Sweet Lies // KaiLu (TERMINADA)

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-de verdad Luhan no sé qué sería de mí si nunca te hubiera conocido –Sehun le decía a Luhan mientras caminaban por una calle en el centro de Seúl

-no pienses en algo que nunca fue ni será, lo importante es que recapacitaste a tiempo y ahora eres alguien nuevo –Luhan lo miraba sonriente y Sehun lo tomaría de la mano sin importarle el qué dirán, lo amaba y lo demás que se fuera al carajo

*Parada en Gangnam-Gu* -una vez más la voz del transporte público sacaba de sus sueños y recuerdos a Luhan, suspiró hondo y bajó del bus para entrar al edificio KimKo, todo el dolor que los recuerdos de Sehun le producía desapareció al ver a Jongin sentado tranquilamente en su escritorio

-que tal ¿dormiste bien? –lo saludaba sonriente

-si un poco –respondió con una media sonrisa mientras se sentaba en su silla

-¿Cómo te fue con...? –Jongin no quiso ni pronunciar el nombre de Sehun

-fue extraño, no me dijo mucho porque se tuvo que ir inesperadamente –hubo un silencio incomodo –Jongin ¿crees que me puedes conseguir un lugar en donde vivir? –le preguntó un Luhan avergonzado por su petición

-ya sabes que sí, ya te ofrecí mi departamento

-¿no vives con tus padres? –lo miró nervioso

-claro que no, hace tiempo que me salí de mi casa –Jongin había salido de su casa desde muy joven, en cuanto cumplió la mayoría de edad

-pero... ¿no crees que haya problema? –Luhan se cohibió y Jongin entendió su pregunta

-Luhan tranquilo, te prometo que no va a pasar nada, en mi departamento hay 3 recamaras así que tendrás tu privacidad y yo la voy a respetar –Jongin le sonrió de manera confortante, Luhan aceptó de inmediato pues no tenía otra opción así que decidieron que esa misma noche después de ir a comer con los padres de Jongin Luhan se mudaría al departamento de este, tenía que actuar rápido pues no soportaría volver a ver a Sehun una vez más en su departamento.

Parecía que iba a llover pues un par de nubes grises rondaban por el cielo de Seúl en esa tarde tan importante para Jongin, estaba muy emocionado de que su madre iba a conocer a Luhan el chico que en los últimos días le había robado el sueño y que era una nueva ilusión que le había dado motivos de seguir adelante

-¿Cómo te sientes? –le preguntaba Jongin a un Luhan notoriamente nervioso que en todo el trayecto no había dicho ni una sola palabra y no había despegado los ojos de la ventanilla del copiloto

-bien, ¿ya casi llegamos? –quiso evadir la pregunta

-sí, de hecho ya llegamos –entraron a un gran cancel en color negro que los llevaría a una gran residencia en colores claros con grandes jardines delanteros, al llegar a la entrada se bajaron y uno de los criados tomó las llaves del auto y se lo llevó a un garaje que estaba a un costado de la casa

-¿tus padres viven aquí? –Luhan miraba boquiabierto todo ese lujo

-anda vamos –Jongin no era esa clase de chicos que presumen lo que no tienen pues nada de eso era de él, era de sus padres pero no de él y era muy consciente de eso.

La casa era bastante espaciosa y Luhan seguía asombrado por todo aquello, llegaron al comedor y vio a dos personas mayores, el presidente Kim y a una linda y elegante mujer junto a él

-¡pequeño Kai! Por fin llegas –su madre se levantaba para abrazarlo, en verdad se veía lo mucho que lo quería

-Mamá por favor, hay visita –decía Jongin avergonzado por Luhan entonces su madre enfocaría su mirada en Luhan y correría a saludarlo

-no sabes el gusto que me da conocerte pequeño, tanto mi hijo como mi esposo me hablan maravillas de ti –le sonreía amablemente la señora Kim

-muchas gracias por sus palabras señora –inclinaba su cabeza respetuosamente

-es todo un genio –el presidente remataba y Luhan al escucharlo sintió que sus intestinos tronaban por el asco

-bien pues vamos a comer –Jongin hacia que todos volvieran a sentarse. Jongin se sentaría a un lado de su padre y Luhan a un lado de este, la charla era de lo más amena, Luhan disfrutó mucho la compañía de la madre de Jongin, era una señora que inspiraba mucha confianza

-bueno familia están en su casa, tengo que ir con el presidente Kang a resolver unos negocios –el padre de Jongin se levantaba de la mesa después de un rato de charla para seguir en sus negocios sucios disfrazados

-Kai cariño lleva a Luhan a que vea el jardín anda –La señora Kim animaba a Jongin a que pasaran un rato solos

-¿Quieres ir? –le preguntaba Jongin

-claro –sonreía Luhan, entonces ambos se levantarían de la mesa para salir al jardín

-¿Qué te pareció mi madre? –le preguntaba Jongin mientras caminaban por el jardín japonés que tenían en la parte trasera de la mansión

-es una señora maravillosa, muy amable

-lo sé, es la mejor –suspiraba Jongin

-¿puedo preguntarte algo? –Luhan se notaba curioso

-dime –Jongin lo miraba

-¿Por qué tu madre te llama Kai? –Luhan se moría por saberlo y Jongin sonreiría

-ven vamos a sentarnos, es una historia que quiero que conozcas –ambos se sentaron en una banca que estaba en el jardín, las nubes grises que amenazaban tormenta se habían ido dándole paso a un cálido sol, había un poco de aire que hacía que las ramas de los arboles sonaran de forma relajante, a lo lejos el acompañante perfecto, el sonido de una pequeña cascada que había en el centro del jardín y unos cantos de pájaros que revoloteaban por los alrededores

-en realidad yo no soy hijo de mis padres –Luhan se sorprendía demasiado

-¿Qué dices?

-así es, a mí me adoptaron cuando tenía 2 años y mi madre cuenta que lo único que decía cuando me preguntó mi nombre fue Kai, yo sinceramente ya no recuerdo eso pero le creo a ella, de echo querían registrarme con ese nombre pero a mi padre le pareció ridículo así que él escogió Jongin pero mi madre siempre me ha dicho Kai –Luhan admiraba la tranquilidad con la que le había contado eso

-¿nunca has sabido quienes son tus padres biológicos? –se interesó el chino

-no jamás, además no tiene caso pues yo soy feliz con mis padres adoptivos, me aman y yo a ellos y me han dado una buena vida, mi madre me acepta tal y como soy y está orgullosa de mí

-¿el presidente Kim lo sabe? –titubeo Luhan

-si lo sabe, pero prefiere no hablar de eso

-eres muy afortunado –Luhan miraba triste el piso

-¿tus padres no te aceptan? –Jongin se preocupó

-es por unas de las razones por las cuales me fui de China –trató de esconder su tristeza pero era más que evidente

-no sabes cómo lo siento, espero que algún día tus padres se den cuenta del hijo tan maravilloso que tienen –Luhan miraría a Jongin agradecido por sus palabras y este sin decir más lo abrasaría fuertemente

-nos van a ver –Luhan trataba de zafarse

-¿y? aquí todos lo saben –Jongin no soltaba a Luhan para nada, necesitaba abrazarlo así que Luhan por primera vez también lo abrazaría y de inmediato se sintió una conexión que nunca había sentido, sus corazones palpitaban al unísono y su respiración se conectaba, si uno de los dos pensaba algo el otro era seguro que lo entendería, sin lugar a dudas eran el uno para el otro y Jongin lo sabía y no iba a dejar que nadie lo alejara de la parte que tanto había buscado y que por fin había encontrado en Luhan.