Falling for The boss

Periodista lastimado

-¡Bam!- en ese momento sentí que el tiempo paró...nadie del público pudo ocultar su cara de sorpresa ante tal disparo...Daniel cayó al piso, segundos después reflexioné lo que pasó, corrió para recibir el disparo él, en lugar de Victor...

P.O.V Victor.
Daniel...corrí antes que cayera al suelo, apenas si podía hablar con un enorme nudo en la garganta.
-Da...Daniel...¿Por qué?-
En su último aliento de vida estiró el brazo para quitar la lágrima de mi rostro, tomó mi mentón para acercarme a él y susurrarme algo al oído, algo que hizo que mis lágrimas aumentaran aún más...y se marchó.
-Imbécil, ¡No me puedes dejar! ¡No me abandones!-
Los hombres de tío...De Adolfo me tomaron con fuerza, no podía dejar de mirar al suelo...Dany...mi mejor amigo...se ha ido...
Tuve suerte que el resto del equipo estaba en una misión por lo que solo nos hallábamos dos en casa, nos noquearon para transportarnos...

P.O.V- Noah
Nos lanzaron a Victor y a mí a una celda oscura, contaba con apenas una litera para encerrarnos cruelmente, Rizo solo estaba ahí, sentado, con la cabeza baja...Diablos, jamás lo había visto así de deprimido...pero...que esperabas cuando se murió tu mejor amigo...
-V...Victor yo...lo-lo siento- posé mi mano en su hombro, su reacción inicial de pequeño brinco me asustó un poco, pero rodeó su mano en la mía.
-Yo lo siento...Debí hacerte caso...-
No quise hablar más para no incomodarlo, así que decidí irme al otro extremo y sentarme en la litera de abajo, le tomó unos minutos a Victor para levantar la cara y recobrar la compostura y acercarse hasta quedar frente a mí.
-Quiero la de abajo.- Dijo seco.
Aunque haya soñado rudo, ésta vez podía tolerarlo por su situación...Así que desocupé la cama de abajo para subir hasta la superior para recostarme e intentar dormir...

6:00 am
-¡Arriba! ¡Apúrate!- Los gritos y patadas me obligaron a levantarme, froté mis ojos cuando un tipo enorme me obligó a bajar de la litera para acto seguido atar mis manos por detrás de mi espalda, al salir de la fría jaula, me encontré a Victor en la misma situación que yo, con una expresión completamente neutral, a ambos nos vendaron los ojos para hacernos caminar a un rumbo desconocido, intenté llamar a Rizzo recibiendo un golpe a cambio...
Caminé sin rumbo hasta llegar a una silla de frío metal para de nuevo ser atado a los extremos de la silla...
Los minutos se volvían horas lentas y eternas, y yo aún seguía cegado...y creo que solo puesto que no escuché nada, unas cuantas horas después unos pasos se hicieron presentes en la habitación, añadiendo la situación de que seguía cegado sólo hacia que mis nervios aumentaran.
-Hola, pequeño traidor- Una voz que podía caracterizar a sólo una persona resonó en el cuarto, no contesté.
-Ah, ¡Claro! ¿Dónde está mi hospitalidad?-
En ese momento los pasos se acercaron poco a poco para después recuperar mi visibilidad y ver un enorme cuarto blanco, que solo contaba con una mesa y dos sillas de las cuales yo ocupaba una.
-Se que la decoración no es buena, mio errore-
Aún estaba confundido y mudo, el enorme tipo arrastró la silla sobrante para sentarse frente a mí y mirarme a los ojos.
-Yo se que eres un pequeño acosador, Noah Brown, Así que iré al grano-
Mientras más se acercaba, mi miedo incrementaba...
-Ahora...Mi sobrino tiene enormes cantidades de mercancía, pero la más relevante está escondida en algún lado de su casa, aquí entras tú diciendo que está en...-
Apuntó hacia mí con su mano repleta de anillos, no logró ofenderme ya que estaba acostumbrado a recibir el nombre de "acosador", pero jamás habría imaginado un cuarto secreto bajo la mansión Rizzo.
-¿Y bien? No tengo todo el día, Niño-
-Yo...Yo no...—
-Ah...¿No piensas contestar?-
No dejó de mirarme a los ojos cuando de repente pateó mi silla haciéndome caer, segundos después sus patadas abandonaron la silla para impactar en mi estómago y cara, poco a poco el dolor aumentaba, golpes después sentí múltiples descargas por todo mi cuerpo, el tipo tenía un arma de electricidad, mientras el aire abandonaba mi cuerpo, deseaba que esta tortura terminara...
Los malvados secuaces me aventaron de nuevo a la enorme jaula de metal, donde encontré a Victor, estaba sentado en su cama, completamente golpeado y ensangrentado, con su ropa rasgada y varios cortes en su piel, me dolió tanto verlo así que sólo corrí para abrazarlo, el chico de cabello oscuro rodeó mi cadera con sus brazos utilizando la poca fuerza que tenía haciendo que me sentara sobre sus piernas.
-¿Cómo estás?- Dijo con voz ronca, secando la sangre de su nariz.
No quería preocuparlo, así que no le conté sobre las marcas que se ubicaban en partes no visibles de mi cuerpo, miré hacia abajo y aguantando lágrimas solté un "bien"
Victor tomó mi mentón obligándome a verlo a los ojos, aún con lágrimas en mi mirada posé mi mano sobre su mejilla, haciendo él una pequeña reacción de dolor, el miedo me invadía rápidamente porque no sabía cuánto tiempo estaríamos aquí, sin nadie quien haya visto o un informante que nos pueda ayudar, pero debo verme fuerte, por Victor..