Periodista preguntón

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Apenas pude dormir, Rizzo me mantuvo practicando día y noche por tres días sobre cosas de modales y cómo tratar a su tío Adolfo, al parecer le importa mucho la impresión que dé, además...después del asunto de S está claro que no me tiene tanta confianza, Rizzo acomodaba la corbata de mi traje negro, para ser honesto, la manera en la que hablaba tan emocionado sobre su tío lo hace ver muy tierno, totalmente lo opuesto a lo que vi días atrás.
-Está aquí- Anunció Alezo con emoción.
-En camino- dijo Rizzo antes de que su ayudante se marchara, segundos después se dirigió hacia mí.
-Recuerda...- se acercó a mi cuello mordiéndolo un poco en señal de marcar territorio.
-El tío Adolfo puede ser un poco...bromista-
Sentía su respiración...
-Así que no tomes en serio todo lo que diga-
Se apartó, acto seguido Daniel entró a la habitación preguntando si estábamos listos, a lo que Rizzo contestó que se encargara de mí en lo que recibía a Adolfo, caminó con rapidez para abandonar la habitación.
-No te preocupes, no es tan malo como dice-
Daniel terminaba de arreglar la fina corbata, hablando con una pequeña sonrisa y girando los ojos, noté su intención de quitar el nerviosismo de mi cuerpo por lo que reí con él, mientras acomodaba el traje el chico bajó el cuello de mi camisa, creo que notó la marca que debió haber dejado Rizzo, aparté su mano rápidamente y miré al suelo, al levantar lentamente la cara pude ver una mirada de empatía acompañado de una risita, me dio dos palmadas en el brazo.
-Vamos- dijo relajado, lo seguí por detrás.
Observaba con cierta discreción por él balcón del segundo piso hacia el primero, las enormes puertas se abrieron para recibir a un hombre grande, con camisa color vino y pantalón negro junto con una pequeña coleta, finalmente como cereza de pastel, tenía a S de su lado como escort, me queda claro que esa niña es más que una pequeña traficante de armas.
-¡Dolcezza! ¡Tío Adolfo! Pasen por favor, benvenuto-
La apariencia de Rizzo tan cercana a un niño lo hacía ver aún más tierno, al punto que ya no podía despegar mis ojos de él, Daniel me hizo una seña con sus ojos azules indicando que debía bajar con ellos.
Una vez en la primera planta, el señor Adolfo se dirigió al ojiazul.
-¡Daniel! Que grande, ya eres todo un hombre-
Él agradeció con un saludo de mano, la voz del señor tan animada junto con la relajada voz de Daniel hacían una combinación que resultaba relajante, al notarme el señor preguntó.
-¿Y este chico quién es?-
-Mi-Mi nombre es Noah, un gusto-
Sonreí lo más natural que pude y estiré su mano, ¡Ow! Este tipo si que es fuerte...
-Me llamo Adolfo, pequeño ¿Cómo llegó este chico?-
-Es mi nuevo aprendiz, lo estoy ayudado en su nota periodística- Dijo Rizzo
Ambos rieron, la risa de Adolfo era escandalosa, me dio una enorme palmada en la espalda que resultó dolorosa, seguro dejó marca.
-¡Ay muchacho!, ni modo, solo me queda decirte que tengas más cuidado-
Asentí fingiendo que no me llevan diciendo eso desde que llegué.
Tomamos asiento en el enorme comedor, para que tanto la familia como Daniel y S se hundieran en una enorme platica de anécdotas bajo el candelabro de la larga mesa.
En poco tiempo el cuarto se llenó de risas, a pesar de su apariencia fría, Adolfo era un hombre carismático y muy divertido, hasta yo pasé un buen rato, poco después todos se fueron retirando menos los dos protagonistas de la cena.
-S, si gustas puedes dormir aquí esta noche- dijo Rizzo con una sonrisa, misma que S devolvió.
-Gracias, Victor...Ven conmigo, Noah-
Miré al chico de ojos chocolate quien me lanzó una mirada de que cumpliera con la orden de S, el señor Adolfo se despidió y procedimos a retirarnos dejándolos solos.
La chica de cabello rizado y yo estuvimos varios minutos en mi habitación hablando y riendo, de verdad que es una chica simpática, para nuestra primera impresión un tanto...peculiar, parecemos mejores amigos.
-¿Sabes...? Alguna vez hice un reportaje sobre los lujos que un narco, claro que nunca fue publicado-
Le hablaba sentado en el piso, recargado en el sofá, S estaba recostada con la cabeza colgando al lado de la mía.
-Cool, ¿Y no planeas desarrollar ese tema en tu reportaje?-
Levanté los hombros -Ni si quiera he podido avanzar-
Me miró unos segundos para después hurgar en las bolsas de su chaqueta, me entregó un celular, por lo que veo es de última generación, ni si quiera estoy seguro que haya salido en Atlanta.
-Tiene localizador y es administrada cada actividad las 24 horas, así que cuidado-
A pesar de la frialdad de su tono, se escuchaba simpático.
-Wow, gracias-
Tenía tanta ganas de preguntarle...
-O-Oye, S-
-¿Sí?-
¿Qué siente ella al ser la hija de alguien tan peligroso?...
-¿S-Si no hubieras entrado a esto, qué te habría gustado hacer? ¿Estudias?-
Me miró por unos breves segundos hasta que se acomodó correctamente en el sofá, recargando un pie sobre la mesa.
-En realidad sí...si estudio, supongo que no es sorpresa que en una de las preparatorias más prestigiosas de Atlanta-
-Oh...¿Y qué tal? ¿Tus materias? ¿Tus compañeros?-
Soltó una risa y cambió de posición.
-De verdad, eres un preguntón- esta vez noté algo distinto en su voz, tan serena, divertida, reímos juntos y continuó.
-Pues bien, soy un promedio muy alto, claro que todos piensan que por mi papá-
Hablaba con sonrisas tan lindas, que no parecían reales...
-Nadie se mete conmigo, aunque creo que es obvio que no me deben bajar de niña de papi, hueca que solo pasa por su influyente familiar-
Eso se oye un poco duro...
-Pero al final te adaptas...-
-Y ¿algún hobbie?-
-Yo...una de mis pasiones más grandes es bailar, expresarme a través del movimiento, transmitirles mensajes al espectador sin utilizar ni una palabra, el escenario, los reflectores, aplausos...-
Hacía movimientos en su manos, su mirada como si se hubiera transportado a su mundo me dejaba en claro que tenía vocación.
-Entonces...¿Por qué no te dedicas a eso?-
Suspiró regresando al mundo real.
-Por Dios, Noah, ¿Quién iría a ver a una chica como yo sabiendo lo que hago-
La miré a los ojos, ella devolvió la mirada con una sonrisa más pequeña.
-Una vez que entras en esto, no puedes salir, si me presentara en un espacio tan abierto, me haría un blanco más fácil para algún enemigo indiscreto-
Sentí que necesitaba algo...una muestra de afecto, aunque en realidad no sabía cómo acercarme por lo que opté por posar mi cabeza en su pierna.
-Debe ser triste no hacer lo que amas-
-Algo, pero es un pequeño porcentaje del precio a pagar por la "lujosa vida" de la mafia-
Este es mi momento...
Antes de poder decir algo, el suelo comenzó a temblar, en la parte baja de la casa habían puesto música...¿Podrían ser?
-Ups, creo que llegó el momento en el que están tan borrachos que hacen desastres-
Reímos a carcajadas el solo sentir el piso temblar, S se despidió de mí y salió de la habitación, entre tanta música apenas me concentré hasta que caí dormido...
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3:00am, tengo mucha sed, ni siquiera lo pensé cuando fui escaleras abajo por agua, apenas bajé encontré a Rizzo tirado en el suelo de la sala, Adolfo no estaba por lo que deduciría que lo llevaron a su hotel, en principio quería pasar de largo, pero no pude evitar sentir pena por él, con mis flacos brazos apenas pude cargarlo hasta recostarlo en el sofá, le quité sus zapatos y la corbata, al deslizarla por su cabeza, logró levantar el flequillo que caía por su ojo, no pude evitar mirarlo, analizar cada una de sus finas facciones, sus largas pestañas, sus mejillas brillantes por el sudor, un ligero sonrojo gracias al alcohol y sus labios entreabiertos, se veía tan lindo, La paz que reflejaba resultaba encantadora, quería tocar su cabello, remover las gotas de Ron de sus labios, más no tuve el valor por miedo a que despertara, tomé una cobija y la coloqué sobre él, así me aseguraría de que durmiera bien...sacudí mi cabeza ¿Por qué demonios me preocupo por este borracho? fui por mi objetivo inicial y subí rápidamente las escaleras, el leve ardor se hacía presente en mi cuerpo por lo que traté de ignorarlo y me dediqué a dormir nuevamente...

Falling for The boss Donde viven las historias. Descúbrelo ahora