Periodista secuestrado

35 2 0
                                    

Ouch...mi cabeza...¿Dónde estoy? Por lo que signo estoy en una silla, quise levantarme, pero para lo mucho que forcejeé no pude, estaba atado, cuando moví un poco la cabeza me quitaron la bolsa con brusquedad.
-Gracias caballeros, pueden retirarse-
Decía un hombre con un traje negro, era enorme y con una cara que me hizo pensar mucho, el tipo golpeó mis manos aferrándose a la silla y se acercó a mi cara.
-Te dije que no nadaras tan profundo-
Después de esa frase instantáneamente recordé  donde había visto esa cara, el día que me dieron los datos en el elevador, tantas preguntas invadían mi cabeza que no podía evitar transmitir confusión, cosa que el hombre claramente notó por lo que me dio un fuerte golpe en la mejilla haciendo que la silla se tambaleara.
-¡Te estoy hablando! ¿¡Qué no oyes!?-
Tenía miedo de mirarlo, pero sabía que si no lo había me iría peor...
-Alezo, lascia il bambino-
Un hombre entró de sorpresa, caminando lento acomodándose sus guantes negros con anillos lujosos por encima, el hombre que al parecer se llama Alezo caminaba rápido hacia su dirección.
-P-Pero señor...-
El segundo hombre era ligeramente más bajo que ese tal Alezo, por lo que subió la mirada con tanta confianza, que intimidaba demasiado.
-Yo me encargo-
Su voz era ronca y grave, junto con un pequeño acento italiano que casi no se distinguía. Alezo se fue por donde entró el otro chico, el cual se acercó a mí en tono amenazador.
-Bien, empecemos con algo fácil, Noah Brown-
Tomaba mi cara con sus dedos pulgar a índice, examinándome muy de cerca.
-¿Co-Cómo sabe mi nombre?-
Estoy tan asustado...sin embargo, no puedo dejar de ver su mirada penetrante sobre mí, es más guapo de cerca...¿Qué estoy diciendo?
-Investigo lo que me interesa, cucciolo-
Me encontraba tan nervioso, que ni siquiera me pregunté cómo demonios me había llamado, el chico de ojos chocolate prosiguió.
-¿Qué edad tienes?-
Se apartaba de mí un poco, sin evitar el contacto visual.
-...21- respondía con impotencia, él solo sonrió.
-Muy bien...obediente. Ahora ¿Qué fue exactamente lo que viste?-
Su tono cambió de dulce a serio, tenía terror, una respuesta errónea y no sé que sea capaz de hacer este tipo...
-Ah...¿No piensas responder?- sacó una navaja y empezó a jugar con ella para después pasearla por mi cara.
-Recuerda que yo sé todo sobre ti, sé en que editorial trabajas, se por donde andas, que lugares frecuentas y tus amigos...¿No quieres que nada les pase o si?-
Negué tímido con la cabeza.
-¡Auch!- exclamé, creo que cuando me desmayé unos pedazos de vidrio de la botella de alcohol se clavaron en mi mano. El chico los miró, tomó un pañuelo de su saco y procedió a sacar el vidrio y remover la sangre de mi mano, las suyas eran cálidas, a pesar de la situación en la que estoy, me siento cómodo con sentir sus manos, una vez terminó se levantó para proceder a irse.
-De acuerdo, esta vez te perdonare la vida, pero tendrás que pagarme alguna forma-
Que extraño...Para su aspecto se ve que tiene mucho dinero, ¿Cómo le pagaría?
-¿Y- Y si no lo hago, qué pasa?-
Agachó su cuerpo hasta llegar a mi.
-¿En el trabajo no te mencionaron que perdieron la localización de un periodista?
Tragué saliva, será mejor que de ahora en adelante mantenga la boca cerrada.

Los segundos, minutos, y hasta horas pasan, siguen discutiendo lo que van a hacer conmigo, tengo mucho miedo, el chico sabe demasiado sobre mí, así que un movimiento en falso y pueden seguirme, dos tipos llegaron de sorpresa para desatarme de la silla, me obligaron a pararme bruscamente y me llevaron escaleras arriba a una enorme sala, pensé que seguía en la fábrica, pero no, me encontraba en una casa, un cuartel...más bien, una mansión, el mismo chico de hace unas horas estaba recostado en un sofá muy fino de dos lugares, mientras que los que me llevaron se localizaron en lugares individuales pero igual de finos por los lados, miré hacia atrás para observar un enorme balcón con un hombre más, posado hacia mí y fumando un cigarrillo.
-Permíteme presentarnos- el chico se levantó.
-Él es Alezo- dijo señalando al hombre uniformado, -Experto en secuestro y mi informante-
-Él es Daniel, mi mano derecha, administrador y mi mejor amigo- Daniel me miró con sus fríos ojos azules
-Y ahí detrás está Evans, encargado de los tráficos internacionales, y "policía"- escapó una risa al decir esa última palabra, ahora se a quien NO recurrir si logro escapar.
-¿Y tú?- hablaba con un hilo de voz.
-Oh, cierto, que grosero de mi parte- se sentó en el sofá, -mi nombre es Victor Rizzo-
No lo pude creer, lo vi rápidamente con sorpresa, él volvió a sonreír, con más cinismo, estoy entre un grupo de asesinos y mafiosos, ¿Ahora qué voy a hacer? ¿Qué pasará conmigo?
-Acércate, cucciolo- tembloroso obedecí su orden acercándome a paso lento, Rizzo tomó mi cadera con sus dos manos y me acercó con brusquedad, se levantó de su asiento y volvió a examinarme con su penetrante mirada, hacía lo posible por no hacer contacto visual.
-Si...servirá como ayudante-
-¿¡Qué!?- todos intercambiaron miradas con maldad, como si supieran otro propósito además de "ayudante" acto seguido con un movimiento extraño pero increíble juntó mis manos por detrás de mí.
-No me molesten- anunció para después levantarme sobre su hombro e ir escaleras arriba.
-¿¡Pero qué!? ¡Hey! ¡Ya suéltame!-
Ignoró por completo mis quejidos hasta llegar a una habitación al final de todo, me lanzó hacia la cama para después comenzar a quitarme lo que tenía y tocarme.
-¡Oye! ¡Ouch! ¡E-Espera!-
Intentaba patearlo, pero se puso por encima de mí entonces no tuve más opción que dejar de moverme, Rizzo también se calmó conmigo.
-Muy bien- sacó mi celular del bolsillo de mi pantalón y comenzó a manipularlo.
-¡Deja eso!- trataba de alcanzarlo hasta que por accidente le di una cachetada, él paró y me miró con enojo dejándome paralizado, con velocidad tomó mis dos manos y las pegó a la cama inmovilizándome, prosiguió esta vez con una sola mano, segundos después me soltó y me devolvió mi celular, lo aparté de mi muy molesto.
-¿Qué le hiciste?-
-Le quité la localización...ahora trabajas para mí, por lo tanto debes hacer todo lo que te diga- cada vez se acercaba más a mi cara, el teléfono comenzó a vibrar por lo que Rizzo me dio una señal de que contestara pero que no dijera nada, activó el altavoz...
-¿Ho-Hola?-
-Buenas noches, joven Brown-
-Señor Tremblay, qué tal, ¿Necesita algo?-
No dejo de temblar...
-Solo llamo para ver cómo va su nota-
-O-Oh, si, todo bien, fui a visitar algunos lugares-
Y de paso me secuestraron...
-Joven Brown, tuve una junta con la mesa directiva y se decidió que a todos los periodistas del caso "Rosso" se les otorgarán un par de meses sin trabajo para poder dedicarse al cien por ciento en el reporte-
Oh no....
-Claro señor, muchas gracias-
Ayuda...
-Descanse señor Brown-
Colgó...
Rizzo tomó el celular listo para irse.
-Duerme, que mañana tenemos mucho trabajo, cucciolo- se despidió con un guiño.
Esto es lo peor que me ha pasado, nadie me puede ayudar, ahora solo me queda esperar a ver que va a ser de mí...

Falling for The boss Donde viven las historias. Descúbrelo ahora