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—Sí… suelen dejarme así de vez en cuando —sonrió de forma leve ante la respuesta de su nuevo acompañante.

Lo tomó con cuidado y ocultó debajo de su cama al escuchar pasos en su dirección, la puerta fue abierta de golpe y recibió una mirada fría por parte de Sans.

—¿con quién hablas? —se acercó a paso rápido y la tomó del brazo con brusquedad—, respóndeme, anda.

—No hablo con nadie, comediante —rodó los ojos intentando ignorar el aprete—. ¿Con quién voy a hablar? ¿con el aire? Pff, sí, y ahora largo o gritaré por Papyrus.

El albino dió un suspiro y la soltó, Chara estuvo a punto de agradecerle hasta notar que la mano se dirigía ahora a su cuello a la par que la atrabapa con la otra. Sans la estaba ahorcando.

—como estés hablando con alguien para delatarnos me gustaría avisarte algo de una vez —sonrió, la castaña le estaba dando batalla para lograr gritar—: di palabra alguna de lo que está pasando y lo pagarás caro. dejarás de caminar, de comer e irás al sótano para pudrirte con gaster.

Dicho esto la soltó, la castaña comenzó a buscar oxígeno con desespero, no era una amenaza grave pues no tenía sentido dársela a alguien que está a tu merced. Chara sonrió de forma amarga y asintió con dificultad, debía tener más cuidado de ahora en adelante.

Debajo de la cama el nuevo acompañante luchaba internamente para no atacar al albino, ¿quién se creía para tratar así a la chica? Trató de calmarse para no invocar algún ataque, las amenazas siguieron. Definitivamente una vez Chara le recordara la obligaría a salir de ahí.

—¡SANS! ¡¿QUÉ TE DIJE DE TRATAR ASÍ A NUESTRA INVITADA?! —el ruido de un golpe resonó en la mente de la flor, quien rogaba en su interior no descontrolar su magia.

—sure, sorry bro' —soltó un suspiro y se alejó, dando un portazo al salir.

Chara sólo bajó la mirada, el menor comenzó a revisar su cuello y brazo, el agarre le dejó una marca. La de ojos corinto murmuraba por lo bajo mientras el albino le daba una mirada llena de pena.

—Lamento haber salido —habló—, no creí que Sans se acercara, suele evitarte. Me sorprendió verlo aquí.

—No me interesa, largo.

—Pero Cha-

—¡LARGO! —Papyrus se acercó para darle un abrazo y salir de ahí. Cerró con seguro desde fuera, no permitiría que Sans entrara de nuevo.

La flor dorada comenzó a susurrar de forma que sólo ella le escuchaba, Chara sonrió levemente y la tomó en brazos. 

—¿Por qué no simplemente te ayudo a escapar? —preguntó curioso, y preocupado por su posible respuesta.

—No quiero dejarlos de nuevo… aún si Sans me hace daño, sé que Paps siempre va a defenderme. Sea tarde o no —le abrazó con cuidado. La flor sólo suspiró en sus adentros, había llegado demasiado tarde—. Como sea, ¿cuál es tu nombre? Dudo que seas simplemente una flor.

—Acertaste… no soy una simple flor. Soy una flor monstruo…

Un fuerte dolor le interrumpió, bajó la cabeza al comprender, aquello era parte del trato. La castaña le miró preocupada, sin embargo la flor le indicó que era normal.

—Soy… bueno, puedes decirme Flowey. Un gusto, te ayudaré a sobrellevar este encierro hasta que te dejen salir —sonrió—. Podemos llegar a ser los mejores amigos, no sé, piénsalo.~

—Entonces… eres una flor monstruo llamada Flowey… —bufó—, no lo creería de no ser por haber platicado con arañas hace unos meses y haber sido criada por magos.

Aquello hizo que la flor comenzara a temblar, siendo inmediatamente apegado a la chica.

[. . .]

—No vuelvas a hacerle eso o lo pagarás caro, ¿lo entiendes, hermano? —miró furioso al mayor, éste estaba atado al techo y sonreía como si nada—. Le dejaste una marca, deberemos aplazar la fecha de nuestra salida a la feria o llamará la atención.

—bro', tranquilo. él está bien, soportó millones de cosas como para que aquello lo mate.

—¡Por última vez, Sans! ¡Chara es mujer, es una chica y debes respetarla! —lo obligó a alzar la mirada, un fuerte golpe en su cabeza bastó para que comenzara a sangrar—. Y como me hagas perderla de nuevo te sucederá lo mismo que a papá. Ahora fuera, vete a un hotel. Tú no dormirás hoy en esta casa.

Sans suspiró y asintió, rompió su agarre para después tomar sus cosas con suma tranquilidad. Todo aquello ante la impaciente mirada del menor.

Mientras tanto…

—Creo que finalmente encontré buenas pistas —susurró con suavidad a la par que acomodaba diversos papeles y fotos del incidente en la mansión Dreemurr.

Recordaba a la perfección no haber estado ahí cuando sus tíos la necesitaban, todo por querer unas vacaciones en el pueblo Ebott, una de las maravillas de lugar. Las lágrimas se acumularon al ver esa foto en el marco de la entrada a la habitación, tonos rosas y verdes suaves, la ambientación familiar que el cuadro presentaba… no lo soportaba. No soportaba saber que ellos ya no estaban ahí por su capricho.

Porque Frisk sabía que ella pudo hacer algo para evitar todo eso, ella sabía que si tan solo hubiera checado mejor a sus conocidos todos ellos estarían bien. Todos ellos estarían vivos y junto a ella, pero ahora no servía de nada querer volver al pasado. Después de todo… eso es imposible, ¿no?

Sonrió con amargura, ¡por supuesto que era imposible! ¡Sus vidas no eran un juego que podía ser reseteado al más mínimo error! Tomó otras fotos y las estampó con fuerza en la pared, tomándose un corto tiempo para lograr tranquilizarse.

Frisk sabía que su prima, Chara, estaba viva. Y encontraría la forma de salvarla, aún si sus padres no le creían. Aún si el mundo no le creía ella seguiría intentando recuperar esos momentos al lado de los Dreemurr.


❥❥ ¡Feliz navidad, pásenlo bien!

Sister [Chara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora