c o l o r e s ☹ r.s

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-¡Estoy tan cansada!.- Exclamó Blue cuando cruzó la puerta de la mansión . Ella fue la última en subir y la última en bajar de la la limusina, por ende fue la última en entrar a lá mansión.

-Estabas dormida hace cinco minutos - reprochó Reiji.

-Necesito por lo menos dieciséis horas completas de descanso, Sir anteojos.

Reiji soltó un bufido al oír de nuevo el ridículo apodo que la americana le había dado, así que decidió subir a su laboratorio a seguir trabajando en su proyecto.

Shu desapareció desde el momento que entró por la tarde puerta, Kanato subía las escaleras en silencio junto con Ayato y Yui. Blue solo los observo desde la misma posición en la que Reiji la había dejado, suspiro y decidió ir a buscar la cocina.

Dio  muchas, pero muchas vueltas en toda la casa, hasta se topó con Shu tres veces dormido por el pasillo tratando encontrar la cocina, sin embargo todo esfuerzo tiene su recompensa.

Blue encontró la cocina, finalmente, era toda de color negro y rojo bastante opaco y fríos, y Blue solo pudo pensar en la cocina de aquel restaurante aleman en la entrada de Manhattan.

Recordó como ella y Sunnie habían entrado aquel restaurante tan fino, la cocina era toda color blanco crema, elegante, tenía casi la misma forma de la cocina de la mansión exceptuando que era más pequeña y más tétrica. Río por lo bajo al
recordar como las hacharon a patadas porque no estaban vestidas apropiadamente.

-nfu~ bitch-chan ¿porque tan sola? nfu~

La voz de aquel pervertido la saco de su recuerdo.

-¿Que quieres?

-Comida nfu~

-¡Oh! Really? Yo también tengo hambre, ¿A qué horas es la cena?

-La mía, justo ahora nfu~

-¿A qué te refiere...

Blue no pudo terminar la pregunta porque el pervertido ya la tenía acorralada sobre la repisa de la cocina. Raito le levantó la falda acariciando los delgados y blancos muslos de Blue, la pelo azul
se removió incómoda tratando de zafarse.

-Tranquila, bitch-chan está es tu función nfu~. - Después de eso Raito levantó el muslo derecho de Blue y la mordió.

Instintivamente la chica gritó ante el indescriptible dolor que sentía en sus piernas, pensó que iba a violarla, pero no, la mordió, le estaba chupando la sangre, tanto de zafarse de nuevo, ahora de forma más brusca, no sabía cuanto más iba a soportar el dolor en su pierna.

Se canso de forcejear, se sentía débil, cansada, los párpados le pesaban sobre sus ojos, ya no sentía la fuerte mano de Raito sujetándola de la cadera para que no se moviera. Todo se volvió negro.

🍁🍁🍁

Reiji escuchó un desgarrador grito de una chica y no tardo en convencerse de que había sido la pelo azul, sintiendo un impulso no propio de él mismo decidió ir a ver que lo ocurría.
No se sorprendió al verla acostada en la isla de la cocina inconsciente.

-La bitch-chan es deliciosa ¿quieres probarla? nfu~.

-No es correcta dejarla de esa forma en un jugar donde se come.- Hablo indignado el azabache mientras se acomodaba los lentes.

-nfu~ estoy comiendo nfu~

- Suéltala.- demandó. 

-Reiji, si quieres comerla tendrás que esperar tu turno ¿Acaso no sabes que es de mala educación interrumpir la cena de alguien más? nfu~ nfu~ 

-Raito no voy a repetirlo.

 Reiji no tomo reparos en el cinismo de su hermano. Estaba acostumbrado a su comportamiento inconsciente y perverso de cada uno de sus hermanos, cada uno mas sádico que el otro, cada uno mas cruel que el otro. Decepcionado pero no sorprendido observo al castaño morder una vez mas el muslo de Blue quien seguía inconsciente.

La observo de re ojo con una mirada desinteresada por encima de sus lentes recostada en la isla. Sus labios pálidos y entre abiertos, su caucásica piel más blanca de lo que considera normal, sus párpados cerrados ocultando los dos océanos que poseía. La sintió tierna y frágil. 

Raito quien se encontraba deleitándose del liquido rojo proveniente de aquella chica teñida de azul. Retiro sus colmillos de su piel sintiéndose satisfecho con su cena, la tomo en brazos acercándose a Reiji para que este la tomara. El azabache quien quiere pensar que fue más un acto inerte que uno consiente por el estado de la chica. La tomo en sus brazos con y su teletransportación la llevo a su laboratorio. 

No tardo mucho en llegar a su amado laboratorio. Recostó a Blue en uno de los sofás y la observo de nuevo, porque aparentemente siempre encontraba algo nuevo e interesante en la pequeña anatomía de la americana y esta vez fueron sus pestañas que no eran muy largas, mas bien cortas y ralas, pero le hacían buen juego a sus ojos en una extraña combinación que de manera inconsciente le gustaba. Carraspeo un poco para regresar a su conciencia y decidio trabaja en su laboratorio. 

🍁🍁🍁

La niebla era espesa y redundantemente gris haciendo juego con el tétrico paisaje que se alzaba a su alrededor. Oscuro y denso, así se sentía la niebla con el extraño clima que la envolvía a pesar de eso trato de caminar pero se sentía pesada. Divisó una melena rubia opaca y decidió acercarse más y más pero parecía alejarse más. No entendía y estaba a punto de rendirse pero la figura rubio dio la vuelta.

A Blue se le atoró el aire en los pulmones y su corazón se detuvo, lo sintió detenerse. 

Era su madre. 

Más joven, sí. Pero su madre. Era fácil de distinguir, esa cabellera rubia opaca y maltratada, sus ojeras grandes y oscuras como las dos pupilas azules que alguna vez fueron grises y maltratadas tenían una especie de brillo que ella nunca había visto. Y se enamoro de nuevo, se enamoro de su madre como todos esos años que la vio destruirse y pensó que era el arte más puro de la destrucción humana, ahora era un ángel porque esa belleza antes de ser arte fue un ser divino. 

Quería gritarle, iba a gritarle. Quería decirle que la extrañaba y que la amaba muchísimo, que estaba estudiando y que iba a ser algo más que una callejera del Bronx. Pero ella se adelanto, su madre gritó un nombre que nunca había escuchado en su joven y desperdiciada vida. 

-¡Richter!

¡Richter!

¡Richter!

¡Richter!

¡Richter!

Era eso si quiera un nombre, se cuestiono mentalmente y en medio de sus cavilaciones sin sentido pero necesarias para su existencia su madre desapareció con el susurro de aquel extraño nombre.