{Capítulo 8}

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●SECUESTRO SUBTERRÁNEO●

Stiles quedó sorprendido al ver como el mantel estaba rasguñado.

Él sabía que eso no estaba ahí antes, Lydia es una de las personas más pulcras y perfeccionista que existe.

Sólo quedaba la única opción coherente para él. Y es que Alexa no era tan humana como parecía.

Al salir en ese estado de trance, el muchacho se dirigió donde su mejor amigo. Este estaba junto con Allison, tratando de arreglar las cosas, pero como siempre la chica no quería eso.

La castaña se marchó de la vista de Scott con una simple vuelta de ojos.

-Scott -susurró Stiles acercándose al chico-. Debes de ver esto.

-Ahora no -rechazó-. Debo irme.

El amigo se marchó, siguiendo a la chica la cual iba hasta el patio.

Stiles comenzó a tartamudear sin saber que hacer. No sabía si seguir a Alexa al exterior de la casa, o ir tras su amigo y que lo acompañe.

-Hola Stiles -saludó Matt-. ¿Has visto a Alexa?

-Eh... si -miró la puerta-. Salió hace un momento.

-¿Qué le pasó?

-No sé... Se mareo y se fue corriendo -hizo una pausa- ¿Me acompañas a ver qué le sucedió?

Matt asintió, y ambos salieron de la casa. Stiles daba pasos más apurados.

Lo que había visto en la mesa era de preocuparse, y quería averiguar si lo que pensaba en realidad era verdad.

El castaño de ojos verdes seguía lo más rápido posible al otro chico. Tal punto que Matt tuvo que sacar de su bolsillo un inhalador.

Stiles se detuvo al notar el sonido del objeto y se acercó al muchacho.

-¿Estás bien?

-Si -realizó un toque al aparato- Perdón... Tengo asma.

[...]

El hombre de mascarilla soltó una fuerte carcajada al oír los insignificantes gritos de la castaña.

-Estoy de broma, no necesito esto para sacarte los ojos -dijo el hombre para luego sonreír sínicamente.

-Pe...Pero no entiendo ¿qué quieres de mí? -preguntó nerviosamente.

-¿Puedes dejar de fingir que no sabes nada? -gritó enojado acercándose peligrosamente a la chica.

-Es que yo...no sé de qué me hablas

-Yeux verts querida mía... -sentenció el hombre.

[...]

Ambos chicos seguían merodeando por las calles, pero no había ni rastro de Alexa, parecía que nunca hubiese estado allí.

Cuando llegaron a un oscuro callejón, pensaron en regresar, ya que andar en esa zona del pueblo tan tarde no era muy recomendable.

Pero lo que detuvo su retorno fue el motor de un auto que se escuchaba a unas pocas cuadras, por el silencio que había en ese momento pudieron deducir que se acercaba.

-Necesitamos escondernos -dijo el de ojos verdes en un susurro casi inaudible, más para si mismo que para Stiles.

Sin darle tiempo de respuesta, lo sujetó del brazo y lo llevó con el hacía el basurero que estaba unos metros adelante.

Stiles comprendió la situación y se mantuvo quieto y en silencio, cuando Matt sacó la cabeza para mirar el auto este estaba doblando una de las esquinas.

-¿Puedes ver algo desde ahí? -pregunto ansioso el castaño.

-Si, pero ya deja de moverte o notarán algo raro -susurró.

En unos pocos segundos, el auto acelero bruscamente. Además de que la calle era totalmente recta, como si estuviera preparada para una carrera, no había nadie más rondando por el lugar, siquiera otros autos.

-No... -dijo Stiles poniendo cara de preocupación.

Los dos salieron de su escondite al ver que el auto dobló nuevamente en otra esquina, desapareciendo totalmente de las vista de los jóvenes.

-¿Estas seguro que allí estaba Alexa? -preguntó Matt volteando al otro chico- Quiero decir, tal vez solo es un tipo luciendo su nuevo auto.

La mirada de Stiles estaba perdida, pensando en que podría tener razón.

-Tenemos que decirle a la policía -se dió media vuelta para dar un par de pasos.

-No puedes -lo detuvo-. No estamos seguros, ni siquiera vimos si metian a Alexa dentro del auto. No podemos ir y denunciar, o dar por hecho algo que no sabemos.

[...]

Lydia despertaba algo desconcertada en su cama, no recordaba muy bien como había llegado allí después de que la fiesta finalizó.

Ya era pasado el mediodía, y su madre ya se encontraba en casa.

-¡Lydia! -gritó Natalie, la madre de la chica, desde la planta de abajo.

La pelirroja apartó sus sabanas de encima suya, viendo que aún tenía puesto su vestido. No dio importancia y se levantó, se puso sus tacones que estaban al lado de la cama y bajo hasta la segunda planta.

Lydia no perdía la elegancia en ningún momento...

-¿Qué sucede? -preguntó casi cayéndose de las escaleras.

-¿Qué te dije de hacer fiestas? -la miro seria- Me voy unas horas, y cuando vengo la casa está hecha un desastre.

La muchacha no hizo respuesta alguna, solo miró a varios lados de la casa, observando varios vasos por el suelo, algo de comida y cotillón.

-Estas castigada. No saldrás a ningún lado, solo al instituto -ojeó a su hija de arriba abajo-. Y dame tu celular.

Con pereza en su rostro, subió a su habitación para buscar su teléfono.

Ya arriba se adentró en su cuarto, recogió su celular ubicado en su mesa de luz del lado de su cama.

Decidida a bajar por las escaleras sintió como su estómago empezaba a doler, como si le estuvieran clavando agujas. Corrió al baño, levantó la tapa del inodoro y comenzó a vomitar.

Después de esto, abrió sus ojos, y presenció que en realidad lo que había vomitado, era sangre.

Lydia pegó un grito que retumbó por toda la casa.

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¡Hasta acá el capítulo!

Espero les haya gustado y gracias por la espera.

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¡Hasta el próximo capítulo!

DELTA 🔺️ [Teen Wolf] [FanFic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora