{Capítulo 9}

32 6 0
                                    

ROJO DE PELEA

Lydia se levantó deprisa con terror en su rostro, el hecho de ver que su vómito era sangre le revolvía aún más el estómago.

Pasó su mano sobre sus labios en busca de limpiar sangre que hubiese quedado en su boca, miró su mano pero no vió nada. Se dió media vuelta, quedando frente al espejo.

Quedó quieta poco segundos ante este, para después notar como del inodoro comenzaba a sobresalir y salpicar más sangre.

Volvió a darse la vuelta, pero no provenía más nada del retrete, simplemente estaba su vómito.

-¿Estás bien? -gritó Natalie desde el piso de abajo, para a los momentos estar en la puerta del baño.

-Si... -suspiró, evitando que su madre viese lo que había dentro del escusado- Solo era una araña.

Su madre la miró con sospecha, decidiendo asentir la cabeza y bajando nuevamente las escaleras.

Lydia dio un último vistazo al retrete, bajo la tapa, y tiró la cisterna.

[...]

El fin de semana ya había terminado, y la fiesta de la pelirroja era una de las más habladas por los pasillos.

Esta vez eran Scott y Stiles los que entraban por las puertas, pero claramente ellos eran quiénes no llamaban la atención.

No sólo por ser ellos, sino que una pequeña "manifestación" se encontraba a la mitad del camino rumbo a la enfermería.

-¡Justicia para Max! -gritaban y exigían algunos pocos estudiantes, sosteniendo carteles con la foto de un chico.

Un chico de pelo negro, con ojos color marrón, un peinado alborotado y con un sonrisa en la cara. El mismo joven que había sido asesinado por aquellos cazadores hacía unos días. Pero claro, nadie lo sabía.

-¿Qué es esto? -se preguntó Stiles tratando de leer los carteles.

-"Queremos justicia, ayúdenos a encontrarlo" -citó Scott leyéndolo desde una de las pancartas.

-¿Lo conoces?

-No...

Ambos amigos se acercaron a una de las chicas que estaba entre el resto. Parecía la más enojada, como si quisiera golpear al resto con el cartel que sostenía.

-Perdón -llamó la atención Scott.

-¿Vieron a Max? -preguntó alterada- ¿Saben dónde está?

-No, lo siento.

El rostro de la muchacha se tornó con desprecio y desesperanza.

-¿Entonces que vienen a molestar? -dijo enfadada.

-Solo queríamos saber que pasó con este chico -contestó Stiles- No lo habíamos visto nunca.

Esa fue la gota que desbordó el vaso.

La joven lo miró con rabia, y con lágrimas en sus ojos soltó un grito sobre Stiles, este se echó para atrás y la muchacha salió con caminata rápida por el pasillo, para llegar a la esquina de este y estrellar su cartel con la pared.

Los amigos quedaron de piedra ante la situación, al igual que toda aquella persona que se encontraba allí.

La foto de Max calló al suelo dejándola divida por los ojos del chico.

[...]

Las horas de clase pasaban y Lydia no podía dejar de pensar en lo ocurrido en la mañana del domingo, estaba asustada, pero no quería acudir a su madre, y ya tampoco tenía algún amigo de confianza para hablar. Por desgracia ni su propio novio lo era.

Decidió saltarse la hora de Lenguas e ir a ver a la enfermera del instituto.

Al llegar a esta notó como las cortinas estaban bajas, por lo que no podía ver nada dentro, tocó la puerta varias veces, pero al notar que no había respuestas, entró.

-¡Ey! -dijo Betty levantándose rápido de una silla- No te había escuchado golpear

-Pensé que no estabas, toqué varias veces -respondió, haciendo una mirada sobre un par de frascos con líquido violeta, que se encontraban en una mesa al fondo.

-Solo son algunos medicamentos -se defendió la morena al notar la mirada de Lydia sobre ellos.

-Claro, si no importa. Vine porque ayer de mañana me pasó algo realmente raro.

-Bien... cuéntame -dijo mientras miraba a la pelirroja esperando una respuesta.

-Verás, el sábado tomé bastante en la fiesta que hice, no era alcohol -corrigió-. Simplemente refresco.

-Okey...

-Ayer de mañana me levanté, normal, sin ninguna molestia. Pero después me empecé a sentir mal, sentía como tirones en la panza -señaló- Y... vomité, sangre.

Betty parecía muy sorprendida, estuvo unos momentos pensado en silencio y analizando la situación.

-¿Recuerdas si pudiste haber tomado algo en mal estado o...? -preguntó, dirigiéndose a su masa en busca de una tablilla.

-No recuerdo, pero seguramente no es eso. Yo compré todos los refrescos y los alimentos y siempre me fijo en las fechas de vencimiento.

Antes de que Betty pudiera contestar y seguir anotando en su tablilla, un agitado Matt apareció por la puerta.

-Oh, lo siento, no pensé que hubiera alguien en horarios de clase -se justificó el castaño.

[...]

Alexa seguía en el mismo lugar, atada sobre aquella mesa de metal poco oxidada, no sentía que ninguna de sus extremidades faltase, puesto que a los pocos minutos que aquel científico sacó su motosierra, se desmayó.

Solamente podía sentir como el frío le recorría por todos lados. No podía visualizar mucho de la habitación, estaba oscuro y lo único que iluminaba era aquel foco que colgaba del techo, esos típicos de hospital, que se encontraba algo gastado.

Empezó a forcejear un poco aquellas cuerdas que sujetaban sus manos y pies. Pero le era algo inútil.

-Es increíble que no hayas podido romper esas cuerdas -dijo el científico, apareciendo de la oscuridad con una sonrisa de burla en su rostro- Creí que lo tuyo ya lo tenías dominado. Parece que me equivoqué.

-¡¿Quién eres tú?! -gritó en modo de ataque.

-¡Uy! Que carácter... -rió- Raro que no lo sepas, también egoísta.

Lexa lo miró de forma asesina, sin respuesta ante aquel tipo. Ni siquiera forzando a reconocerlo.

-Parece que no quieres hablar -se dio vuelta rebuscando entre unos cajones de una mesada- Veamos con que podemos torturarte.

La chica busco en el científico algo que pudiese usar para liberarse de ahí. Vió un cuchillo que llevaba colgado desde su cinturón de herramientas.

El hombre la volvió a mirar y caminó hasta ella, en donde quedo cara a cara. Encendió el taladro que llevaba en su mano y comenzó a acercarse a la cabeza de la chica.

Alexa se sacudió tratando de evitar el taladro, esto para distraerlo a su vez y poder sacarle el cuchillo.

Cuando lo logró, le dio un cabezazo, dejándolo algo atontado.

La muchacha gracias a la fuerza de la adrenalina, cortó una de las cuerdas, para después empezar a cortar la otra. El científico recobró el equilibrio y le arrebató el utensilio.

-No vas a escapar -señalizó-. No esta vez...

_______________________________________________________________________________

Espero que les haya gustado el capítulo.

Si es así dejen su estrella y comenten.

¡Hasta el próximo!

DELTA 🔺️ [Teen Wolf] [FanFic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora