La Niñera

Pequeño roce

—Bueno, comenzaremos con lo primero—Dije apartándome de él—. No dejas de coquetear conmigo.

—Bueno, va una—Dijo riendo.

—Segundo, no quiero que tu mano toque algo que no deba tocar.

—Van dos—Rio aún más.

Nege con la cabeza mientras rodaba los ojos.

—Y bueno, yo no necesito más razones para tener que estar a la defensiva contigo—Dije cruzándome de brazos.

Dylan me miró unos segundos sin decir nada, luego sonrió. Esperó que me distrajera vigilando a sus hermanos y me dio un pequeño roce en los labios.

Se levantó antes de salir lastimado y se acercó a Jazzy que estaba preguntándole si podía darle más impulso.

Me quede unos segundos estática luego de haber sentido los labios del castaño contra los míos, fue como un deja-vu.

Volví a mi infancia, cuando tenía 9 años y ambos habíamos dado nuestro primer “Beso”.

<<¿Has besado a alguien alguna vez?>>—Me preguntó el castaño mientras vigilaba que Tom no fuera a encontrar nuestro escondite. O perderíamos y tendríamos que contarla para buscar el escondite de nuestros compañeros.

<<Nunca, ¿Y tú?>>

<<Tampoco>>

Un breve silencio se había apoderado del momento. Dylan me miró y yo hice lo mismo; estuvimos así un momento, hasta que el castaño habló:

<<¿Quieres que lo intentemos?... digo… somos amigos y podemos compartir un beso, ¿No?>>

<<Yo… yo creo que sí>>

Él se acercó y nuestros labios se rozaron cortamente, sin embargo mi estómago se revolvió completamente.

Volvi a la realidad. Dylan estaba jugando con recuerdos del pasado y eso no se lo iba a permitir. Me levanté enojada de la silla y lo sigui.

—Claro, eso sí es maduro—Le grité para que me escuchara.

Dylan se volteó y me miró con una sonrisa burlona que me molestó aún más—. Eres un tonto, ¿Cuándo vas a entender? No me vas a meter en tu cama y no voy a caer rendida a tus pies como tú piensas, así que DÉJAME EN PAZ

Me di media vuelta y me aleje a paso rápido de allí.

Dylan la miró como se alejaba, completamente extrañado. ¿Por qué había reaccionado tan mal? Parecía bastante molesta y sólo había rozado sus labios. un segundo como mucho.