Scarlett suspiro profundo antes de responder, sentía que el aire le faltaba, la voz le fallaba y posiblemente, en cualquier momento terminaría desmayándose, este momento parecía tan lejano que aunque lo estaba viviendo, quería pensar que era mentira, que era solo un mal sueño, que aún tenía un poco de tiempo para pensar, pero el tiempo se le había acabado.
-Acepto – murmuro casi sin voz, haciendo que el juez frunza su ceño extrañado, seguro que era la novia más triste que había visto.
-Señorita Scarlett, le pregunto de nuevo, ¿Acepta usted al señor Elliot Johnson como su esposo? ¿Está segura de querer casarse? – dijo de nuevo, ella era, probablemente, la novia más insegura que había visto en su vida, parecía estar a punto de llorar amargamente.
-Si estoy segura, acepto – repito ella, aunque su voz se rompió a mitad de la palabra aumentando las dudas del juez, pero poco podía hacer, había aceptado.
-Por el poder que se me ha concebido, yo, los declaro marido y mujer, puede besar a la novia –finalizo el juez luego de las respectivas firmas, pero en cuento giraron se miraron el uno el otro, Elliot no se atrevió a besarla, la tristeza en sus ojos lo desarmo por completo, ¿Acaso se había convertido en ogro al llevarla hasta el altar? Miles de veces, había justificado su actuar diciéndose a sí mismo que la estaba ayudando con sus problemas económicos, pero eso en este momento no le servía de nada. Así que simplemente, dejo un pequeño roce en sus labios y se alejó rápidamente para luego girar hacia os invitados y sonreír.
Scarlett salió de su ensoñación y al igual que su ahora esposo, tenía que recuperarse y pronto, no podía tener esa cara de tristeza en su boda, llamaría la atención de los presentes, debía comportarse como una mujer enamorada; se giró hacia los invitados colocando su mejor sonrisa, aunque empezaba a sentirse aturdida por el flash de las cámaras, y claro, eso no haber comido nada durante todo el día seguro que tenía algo que ver.
Llevaba varios días viviendo en casa aún no se acostumbraba a todo esto de ser el centro de atención, esa mañana, al ser despertada por todo un ejército de maquilladores, peluqueros y ayudantes solo fue el inicio del peor día de su vida, porque aunque su cabello estaba peinado de lado con hermosas ondas y pinzas llenas de brillantes, a pesar de que tenía un hermoso collar de diamantes en su cuello y usaba un vestido, aunque hermoso, demasiado extravagante para su gusto con tanto encaje y tanta piel a la vista de todos, se sentía fuera de lugar, como una intrusa en un mundo que no era el suyo, y lo peor es que no sabía cómo acostumbrarse a él.
Elliot la tomo de la mano y la guio fuera del salón dispuesto para la ceremonia hacia el enorme jardín preparado para la celebración, y aunque no era su mejor apoyo, tomo con fuerza su mano y no lo soltó hasta que estuvo segura de poder mantenerse en pie por sí sola, unos pasos antes de llegar a la mesa principal; se detuvo y soltando su mano se acercó a su ido, la música inundaba el lugar y sería difícil ser escuchada con tanto ruido.
-Necesito ir al baño, solo será un momento, no tardare – susurro, cuando estaba por darle la vuelta, él la tomo por el brazo y volvió a acercarla para hablarle al oído tan como ella lo hizo.
-¿Quieres que te acompañe? Estas algo pálida y no quiero darte sola – ella negó con la cabeza y soltándose lentamente de su agarre emprendió el camino hacia el baño.
Antes de que todo esto de la boda iniciara, decidió llevar el día tan bien como le fuera posible, no quería discusiones y mucho menos problemas, así que se comportaría como la esposa tranquila y alegre que no era, ya tendría mucho tiempo para pelear con él, su boda no era el momento ni el lugar.
A pesar de las miradas extrañas de todos los invitados con los que se cruzaban, siguió caminando con la espalda recta y la cabeza bien en alto, pero al llegar al baño se derrumbó, se recostó en la fría pared y tomo una onda respiración sin dejar de verse a espejo, esa no era ella. El vestido era bastante escotado, con un profundo escote en su busto realzándolo, aunque le gustaban los diseños del encaje; se ajustaba perfectamente a su cuerpo y tenía un escote en su espalda, no era el vestido con el que algún día soñó casarse pero supuso que no era de importancia, pues su boda era una farsa.
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Manipulando el amor - CAPITULOS DE MUESTRA
RomanceScarlett es una joven que sueña con darle lo mejor a su pequeña hermana y a su padre, pero las necesidades económicas por las que esta pasando ponen a prueba todas sus fuerza, y para completar, su madre no ayuda en nada. Cuando su situación llega a...